LA HABANA, Cuba.- Al otro lado de la bahía de La Habana, en uno de esos barrios a los que nunca llegan los turistas, el aire que se respira no es el ultramarino que las publicidades venden. Hace poco más de quince días el suburbio que se forma en la intersección de las calles Facciolo, Rafaelli y La Piedra, cercano al Parque de las Madres en el municipio de Regla, ha sentido como en cada rincón de sus viviendas se acumula un sospechoso polvo.
Muy cerca de este asentamiento, a menos de cincuenta metros en algunos casos, se encuentra la base de tanques de aceite para el consumo humano, una entidad encargada de recepcionar toda la carga que de ese producto traen los barcos al puerto de la ciudad.
Dichos enormes envases de metal “necesitan mantenimiento, y contrataron a Cupet para que los limpiara, proceso que cuando empezó hizo que soltaran arena de sílice y en la fase en la que estaban hace unos días lo que estaban liberando al ambiente era granalla de carbón, y todo esto porque para la limpieza usan mangueras de alta presión con abrasivos”, contó Yuniel Martínez, miembro de una de las casi cuarenta familias que habitan aquí.
Según conoció este reportero, unos vecinos presentaron su inconformidad en la Dirección Municipal de Higiene y Epidemiología, como primer paso, sin más respuesta que conocer que su queja ya había sido asentada. Una semana después, y a raíz de la capa de hollín que acumulaban en su casa, su malestar los llevó a reunir otra evidencia y presentarse con ella en el Gobierno Municipal.
“Al hacer dicha protesta ̶ cuenta Esteban Betancourt ̶ automáticamente el personal del Gobierno vino a analizar la situación porque teníamos las pruebas del daño. Llamaron a contar a la gente de la empresa de aceite y ellos presentaron todos los permisos que tenían para hacer esos trabajos, incluyendo un autorizo del Citma*”.
A pesar de que las obras se detuvieron el 24 de julio, fueron reiniciadas al día siguiente con la excusa de que solo tardarían media hora en terminar, y así comenzarían a pintar los tanques, pero ya el daño estaba hecho, tanto a los inmuebles como a la salud. El delegado del Poder Popular y el presidente de la circunscripción se reunieron con alrededor de ocho personas, identificadas como los líderes del barrio, para recoger su malestar; sin embargo, “el horario altamente matutino en que dicha reunión se celebró, impidió que más familias se unieran al debate”, explica Betancourt.
De acuerdo con Félix Rosales, otro de los afectados, “ambos dirigentes comenzaron a explicar que estas obras son de vital importancia para el país, porque en ellas se acumula el aceite nacional, y que el barco está por llegar. No obstante, ellos estaban recogiendo las opiniones para que esto no siguiera sucediendo. Básicamente, se pusieron de parte de la empresa y no del pueblo que representan”.
De acuerdo con el sitio web www.quiminet.com “los usos y aplicaciones industriales de la arena sílica se derivan principalmente de sus propiedades químicas y físicas”, ya que este “es el abrasivo más comúnmente utilizado en la industria para una limpieza efectiva y de bajo costo”. Por su parte, “la granalla es uno de los materiales mayormente utilizados como abrasivo, este se puede encontrar en forma de partículas redondas o angulares. Posee una composición química de alto porcentaje de carbono”.
La arena de sílice es la materia prima fundamental en la producción de vidrio, y además se emplea en las fórmulas de detergentes, pinturas, hormigones y morteros especiales. En el caso de la granalla, esta se utiliza en el lavado de piezas de fundición y troquelado, la preparación de superficies grandes y pequeñas de acero, concreto, hierro y asfalto, así como estar considerada de indispensable para el corte de bloques de granito.
“Aquí hasta hubo personas mayores que necesitaron ayuda para limpiar sus casas por toda la acumulación de ese polvo. Cayó un aguacero y todo, pero esa sustancia es tan pesada que el agua de lluvia no la limpia por sí sola, sino que hay que fregar a fondo y con escobas porque se cuela en todos lados”, reveló Rosales.
Por su parte, el doctor Alexis Álvarez comentó brevemente que “estas son sustancias de riesgo profesional para trabajadores de la construcción, la minería y el vidrio, por ejemplo, y a corto plazo pueden influir en la salud humana con infecciones respiratorias repetitivas, mientras que a largo plazo derivan en cáncer de pulmón”.
La exposición a estos polvos generados por el desgaste del abrasivo y las partículas provenientes de la pieza granallada son abordados en los resúmenes solo desde la afectación a quienes trabajan directamente con ellos, obviando la cercanía de civiles a las áreas industriales. “Los informes médicos también vinculan la respiración del polvo de sílice con artritis incapacitante e irritación en la piel y los ojos”, expone www.quiminet.com, espacio donde se advierte que “no debe usarse este material nunca sin un respirador. El área de trabajo también debe estar bien ventilada mediante aire forzado durante y después del uso de este material”.
Un caso fuerte de este barrio, con altas implicaciones para la salud, es el de un menor de cuatro años que tiene parálisis cerebral, y según su madre “iba a ser operado este 24 y cuando fue a la última auscultación se le detectó que tenía los pulmones muy comprometidos y así no podía pasar al salón de operaciones”. Pero este no es un paciente aislado; también “una señora mayor de la misma cuadra ha sufrido una crisis de asma por esta causa, y los niños juegan y corren por estas calles, porque están de vacaciones, y así respiran mucho más rápido ese aire lleno de polvo”, denunció la mujer.
Para los encargados gubernamentales, la justificación en este aspecto fue declarar que en esa zona siempre se ha padecido de problemas respiratorios, y se apoyaron en estudios realizados que demuestran la alta tasa de cáncer y enfermedades pulmonares que existe en Regla.
Ante tales declaraciones, Esteban Betancourt llama la atención sobre como “los gastos médicos que se producirían de aquí a cuatro años para atender los posibles casos de cáncer que esto generaría van a ser mayores que lo que podría representar sacar a estas entidades de la cercanía de la gente”.
Los operarios de Cupet declararon ante la población que ellos conocían desde un inicio sobre la existencia de un procedimiento sobre base húmeda que podía cumplir con las mismas exigencias del trabajo sin levantar todo ese polvo, pero que no contaban con el aditamento necesario para ello.
*Citma es el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba.
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