LA HABANA, Cuba.- Nadie duda de que Luis Toledo Sande es un intelectual orgánico del castrismo. Muchos años sirviendo incondicionalmente a la cultura oficialista, sobre todo en el intento de atraer la figura de José Martí hacia el bando de los que hoy detentan el poder en Cuba.
En los duros años 90 le encomendaron escribir una biografía del Héroe de Dos Ríos. Claro, ya existía el insuperable texto Martí el apóstol, de la autoría de Jorge Mañach. Pero, teniendo en cuenta que Mañach no era de los suyos, las autoridades de la isla querían un Martí construido por alguien que comulgara en un ciento por ciento con la maquinaria del poder.
Fue así como en 1996 vio la luz el libro Cesto de llamas, escrito por Toledo Sande. De inmediato esta nueva biografía de Martí recibió el Premio de la Crítica en la especialidad de Ciencias Sociales, y al autor se le concedió la Distinción por la Cultura Nacional, el más alto reconocimiento que otorga el Ministerio de Cultura de Cuba. Pero eso no fue todo: Toledo Sande fue premiado con el cargo de agregado cultural de la embajada de Cuba en Madrid, responsabilidad que desempeñó entre los años 2005 y 2009. Una prebenda que los gobernantes reservan para aquellos intelectuales que se “porten correctamente”.
Por estos días el académico Toledo Sande ha volcado sus ojos hacia lo que sucede en la hermana isla de Puerto Rico. Y por supuesto continúa insistiendo en que la salida de la crisis que afecta a esa isla caribeña está en la opción independentista, y no solo en un cambio de Gobernador. Al intelectual cubano no le importan las tantas veces en que la mayoría del pueblo puertorriqueño se ha manifestado en las urnas en contra de la independencia.
En un artículo aparecido en el periódico Granma (“Puerto Rico y el reclamo de Betances”, edición del viernes 26 de julio), el señor Toledo Sande escribe lo siguiente: “A menudo se quiere devaluar el independentismo puertorriqueño tildándolo de minoritario, cuando históricamente en el mundo las más resueltas y radicales posiciones revolucionarias ̶ entre ellas las anticolonialistas e independentistas ̶ se centran en la vanguardia de los pueblos. ¿Será necesario recordar que todo pensamiento revolucionario tiene su más avanzada y consecuente defensa en hombros de una vanguardia que, por definición, es minoritaria?
¡Brillante muestra de lo que significa la justicia social para aquellos que se mueven en la órbita del castrismo! Porque para Toledo Sande es más importante, y además legítima, la algarabía de cuatro gatos que abogan por la independencia ̶ solo el 6% de los votantes puertorriqueños favoreció esa opción durante las últimas elecciones generales en esa isla ̶ que el reclamo mayoritario de un pueblo expresado en las urnas. Sin dudas, una recomendación que muy bien podría derivar en el advenimiento de una sociedad totalitaria en la tierra borinqueña. Sería algo así como, parafraseando a Marx, “la dictadura del independentismo”.
Con semejante propuesta el señor Toledo Sande se quita la careta en el sentido de mostrar quién o quienes son los auténticos desconocedores del sentir de las masas populares. Él y sus superiores, que tanto dicen defender los intereses del pueblo.
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