LA HABANA, Cuba. – Un twittero procastrista que se identifica como @Mauro_Patria se apropió de un vídeo grabado por los periodistas de CubaNet Vladimir Turró y Enrique Díaz durante la jornada de disturbios que acompañó a la reapertura del Mercado Cuatro Caminos, el 16 de noviembre pasado. El material registra la detención de un joven y la desesperación de su madre, quien es abrazada y consolada por uno de los policías luego de que el muchacho fuera sacado del lugar en una patrulla.
Tras robar el video, reeditarlo y quitarle el logotipo de CubaNet, tanto el twittero como el portal oficialista Cubadebate lo han circulado con la intención de mostrar al mundo la bondad de la policía revolucionaria, en un intento descarado por hacer propaganda a favor del régimen, contrastando la “delicadeza” de los gendarmes cubanos con la represión que desatan las fuerzas del orden en otros países.
La lluvia de apologías azucaradas no se ha hecho esperar; entre ellas la de un forista que se identifica como Antonio Briña, quien comentó lo siguiente refiriéndose al gesto: “Eso los mercenarios pagados por el imperio del norte y viven en nuestro país que no es el suyo, no lo aceptan”. El usuario continuó su perorata —llena de errores ortográficos— empleando los calificativos con que el régimen de Cuba ofende y desacredita a todo aquel que públicamente critique las fallas del sistema; sin sospechar que esos mismos voceros, tan desdeñosos hacia la prensa independiente, tuvieron que recurrir a un sucio expediente para visibilizar el único atisbo de humanidad que asomó en medio del caos ciudadano en que se convirtió la reapertura de Cuatro Caminos.
Lo más cínico de todo este asunto es que por grabar ese vídeo e intentar entrevistar a las personas que procuraban acceder al mercado, Vladimir Turró y Enrique Díaz fueron arrestados, amenazados y confinados por agentes de la Seguridad del Estado durante varias horas en una oficina de la Cuarta Unidad de Policía, localizada en el municipio Cerro.
Tales detenciones arbitrarias son el pan de cada día para los colaboradores de medios no estatales, que trabajan en un clima de creciente persecución y peligrosidad. Es lógico que resulte doblemente ofensivo el plagio efectuado por quienes acusan a la prensa independiente de mercenarismo, intrusismo profesional y usurpación de la capacidad legal.
A propósito de la anarquía que se adueñó de la Plaza Cuatro Caminos, la reportera Talía González criticó a quienes grabaron con sus celulares escenas de vandalismo con el objetivo, según ella, de colgarlas en las redes sociales y hacer “campañas” contra el gobierno. Sin embargo, sus colegas no han tenido escrúpulos a la hora de echar mano a materiales “contrarrevolucionarios”, y adulterarlos en defensa de un régimen enemigo de la libertad de expresión.
Para los periodistas independientes se trata, ni más ni menos, de una absoluta falta de ética por parte de una prensa parcializada que hoy elogia la actitud de un agente del orden público ante una madre atribulada; pero jamás ha dicho una palabra sobre la salvaje golpiza que un policía guantanamero propinó al periodista de CubaNet Roberto Jesús Quiñones el pasado mes de abril, mientras éste se hallaba indefenso y esposado en el interior de un carro patrullero.
Todo parece indicar que la censura y el control le están pasando factura al periodismo de salón, obligándolo a apropiarse del arsenal “enemigo” para hacer la parte que le toca. Desde esta óptica, Vladimir y Enrique pudieran incluso sentirse reconocidos por su valiente labor; pero ambos saben que el proceder de @Mauro_Patria está a años luz de cualquier buena intención.
De más está decir que el vídeo original, publicado por CubaNet, captó el incidente completo y ha tenido mayor repercusión que el “recorte” preparado por el twittero, posteado luego por Cubadebate como “La imagen del día” para imprimir, sin éxito, un matiz piadoso a una jornada de barbarie que perdurará por largo tiempo en la memoria de Cuba.
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