LAS TUNAS, Cuba. – Mientras el Príncipe Carlos de Gales y la Duquesa Camila de Cornualles se paseaban estos días por La Habana, Radio Martí reportaba la detención violenta de 14 jóvenes y su internamiento en un establecimiento penitenciario en Guantánamo.
Los detenidos sujetos a prisión preventiva son: Argelio Lechuga, Yorie Céspedes, Daniel Manuel Estrada Gorra y Rafael Vadari Sánchez Ruíz, residentes en Guantánamo; Roinel Espinosa y Adonis Domínguez, vecinos de Holguín; Amari Martínez, Yordanis Ramírez, Yasiel Galván, Aniel Martel, Lázaro Valdez, Jesús Miguel Aguilar, Carlos Antonio García y Yasmani Marcelino Mendoza, residentes en Cienfuegos.
Las autoridades penales cubanas acusan a estas personas de “violar el perímetro de seguridad” y de “desobediencia”.
El Príncipe Carlos y la Duquesa Camila irían de la mano del historiador de La Habana, cuando el reportero Tomás Cardoso entrevistó a Yulieth Yero y a Lisbeth Téllez, esposas de Rafael Vadari Sánchez Ruíz y de Daniel Manuel Estrada Gorra, de 22 y 24 años de edad, que habían llegado a la base naval estadounidense en Guantánamo, donde fueron bien atendidos por las autoridades militares de los Estados Unidos, quienes antes de retornarlos a territorio cubano, los habían provisto de salvoconductos con la petición de no detener a los portadores, para según los acuerdos migratorios vigentes, estos fueran entrevistados por funcionarios consulares estadounidenses. Los que contactaron vía telefónica con las esposas de los detenidos.
Pero según las entrevistadas, sus esposos fueron despojados de los salvoconductos, encerrados en calabozos y procesados penalmente. Y, estarían el Príncipe Carlos y la Duquesa Camila fotografiándose en el Convento San Francisco de Asís, cuando los policías notificaron a las esposas de los enjuiciados, diciéndoles, luego de llevar dos semanas presos, que les procuraran abogados, pues, en cinco días, serían sometidos a juicio.
Siendo así, técnicamente, a estas personas se les ha negado el derecho de permanecer en libertad bajo fianza u otra de las medidas previstas en los procedimientos penales y hoy, están con medida cautelar de prisión provisional.
Y, estaría conversando en el Palacio de la Revolución el Príncipe Carlos de Gales con Miguel Díaz-Canel de La Habana, cuando, Idel Aníbal Martell, padre del detenido Aniel Martell, de 26 años de edad, residente en Cienfuegos, entrevistado vía telefónica por el periodista Tomás Cardoso, dijo que, los arrestos se produjeron el pasado 4 de marzo y según le refirió su hijo, las autoridades policiales habían golpeado y maltratado a los arrestados en el momento de la detención, que, ciertamente, los jóvenes habían tratado salir de Cuba rumbo a Estados Unidos, pero fracasado ese propósito, ellos mismos se habían entregado a las autoridades cubanas, sin ofrecer resistencia.
Vamos a ver, Príncipe y Duquesa: Que yo sepa, no existe el delito de… “violación del perímetro de seguridad” imputado, según sus esposas, a estos muchachos presos en Guantánamo mientras ustedes hacían turismo-político-comercial en La Habana. Sobre mi mesa tengo la última edición del Código Penal de la República de Cuba, anotado con las Disposiciones del Consejo de Gobierno del Tribunal Supremo.
Y dicen los familiares, Príncipe Carlos y Duquesa Camila, que las autoridades acusadoras los emplazaron para que designaran abogados, pues estos jóvenes presos en Guantánamo, también están acusados de… “desobediencia”.
Realezas… Tal acusación contra estos jóvenes sería una aberración jurídica por una sencillísima razón: el delito de desobediencia no puede cometerlo cualquier ciudadano, sino un funcionario judicial o administrativo.
Majestades… Desobediencia comete el empleado judicial o administrativo que no dé cumplimiento “a resolución firme u orden dictada por tribunal o autoridad competente y revestida de las formalidades legales”, conceptúa el artículo 134 del supradicho código penal.
Príncipe Carlos… El Dictamen No. 300, Acuerdo No. 9 de 10 de enero de 1989 del Consejo de Gobierno del Tribunal Supremo especifica: “El delito de desobediencia permite castigar al funcionario judicial o administrativo”.
Luego, cabe preguntarse: ¿Qué orquestación judicial ahora está sobre los rieles castristas? ¿Por qué estas personas están presas?
Estos jóvenes presos en Guantánamo, supuestamente, habrían incurrido en un delito de “Salida ilegal”, por haber realizado “actos tendentes a salir del territorio nacional”, dice el artículo 216.1 del Código Penal cubano, por lo que pueden ser sancionados con privación de libertad de uno a tres años, o multa de trescientas a mil cuotas.
Imagine el lector, apartándonos ahora del soberano gales, que todos los cubanos que hoy trillan los caminos del mundo, con tal de irse de Cuba, sean devueltos a la isla y que, llegados a ésta, las autoridades castristas los metan en la cárcel. Si lo hicieran, eso está dentro de los cánones del Estado policial que vive Cuba hace más de 60 años. Pero una cosa es querer y otra, poder.
Si hoy todos los cubanos que realizan “actos tendentes a salir del territorio nacional” fueran llevados a la cárcel, el castrismo se metería en un atolladero internacional y sería reprobado hasta por el mismo Príncipe Carlos de Gales y su mujer la Duquesa Camila de Cornualles, que han mostrado por estos días su connivencia con los crímenes de lesa humanidad cometidos en Cuba desde 1959 hasta el día de hoy; lo que no quiere decir que antes de 1959, ciudadanos británicos no hubieran incurrido también en complicidad delictiva en Cuba, proporcionando aviones Sea Fury para actos genocidas. Pero esa es otra historia.
La historia de hoy la escriben casi una veintena de jóvenes presos en Guantánamo, no en territorio de la base estadounidense, (que un día será devuelta a Cuba) sino en las cárceles del castrismo. Y la pregunta reiterada de esta historia es: ¿Por qué están presos esos catorce jóvenes en Guantánamo?
Déjenme hacerles estas anécdotas y con ella responder esa interrogante. Lejos de Guantánamo, en Puerto Padre, esta temporada los cazadores no pudieron ir por los tan añorados patos de la Florida (avutardas). La franja costera es la zona ideal para la caza de aves migratorias; pero retenes policiales durante el mes de febrero impedían a los cazadores internarse en los bosques cenagosos del litoral.
Un cazador que, burlando el control policial se internó en las marismas, fue a encontrarse con un pelotón de boinas rojas (policía militar) armado hasta los dientes. Y un chofer de alquiler que pretendió llevar algunos pasajeros a la playa, la policía le exigió que debía regresar con ellos. Y un grupo que hacía picnic en la costa, fue arreado del litoral cuales ovejas descarriadas. Y a los dueños de viviendas en la playa, se les hizo notificar cualquier visitante no asiduo. Motivos:
“El gobierno de los Estados Unidos está promoviendo una salida masiva de cubanos”, cuchicheaban entre sí policías y correveidiles.
Ni Radio Martí ni CubaNet hoy estarían reportando el enjuiciamiento espurio de 14 jóvenes en Guantánamo, ni ellos hoy estarían presos, si, en lugar del régimen enviar perros policías y batallones de policías a las costas orientales cubanas, la prensa oficial hubiera publicado una nota negando la legitimidad de “salidas masivas de Cuba”. Pero el castrismo es hacedor de cárceles y de presos.
Los guías turísticos cubanos del Príncipe Carlos de Gales y su mujer, la Duquesa Camila de Cornualles, para completar el tour debieron llevarlos al penal Combinado Sur en la región oriental de la isla. Los catorce enjuiciados en Guantánamo hubieran mostrado al Príncipe heredero de la corona británica cómo funciona la justicia en Cuba.