LA HABANA, Cuba. – El portal oficialista Cubadebate y el gobernante designado Miguel Díaz-Canel han celebrado la reciente intervención de la diplomática Heidy Villuendas en un evento organizado por el Subcomité para los Derechos Humanos del Parlamento Europeo, al cual debieron asistir también miembros de la sociedad civil independiente, impedidos de viajar por agentes de la Seguridad del Estado. La joven funcionaria de la embajada cubana en Bruselas declaró que en Cuba no se producen detenciones arbitrarias y aseguró que tanto los opositores políticos como los activistas pro derechos humanos carecen del respaldo y la legitimidad que otorga el pueblo cubano.
Para apoyar sus argumentos mencionó que los líderes opositores nunca han sido elegidos por los ciudadanos para integrar las organizaciones políticas cubanas, omitiendo que el aparato represivo de la dictadura castrista ha saboteado, gracias a su impunidad y dominio absoluto de las leyes y los comicios, la participación de cualquier candidato disidente en el sistema electoral.
El diario Cubadebate, fiel a su costumbre de tergiversar y ocultar información, señaló que al evento de la Eurocámara habían sido invitados “contrarrevolucionarios” de origen cubano, en clara referencia a Elena Larrinaga y Alejandro González Raga. Ambos activistas, radicados fuera de la Isla, denunciaron la indiferencia que la Unión Europea ha manifestado hacia las continuas violaciones de los derechos humanos en Cuba.
Al igual que Heidy Villuendas, el rotativo digital se guardó de admitir que el opositor Guillermo Fariñas, quien cuenta con suficiente apoyo ciudadano en su natal Villa Clara, había sido invitado al encuentro. Sin embargo, la vocera del totalitarismo fue más allá, negando que las autoridades cubanas transgredan arbitrariamente los derechos de los ciudadanos, y “aconsejando” a la Unión Europea tener una visión más amplia y plural de lo que ocurre en Cuba, siempre que ésta sea aportada por los que respaldan el discurso unilateral del régimen de La Habana.
La joven que tanto ha enorgullecido a Díaz-Canel, y que reclamó pluralidad a la Eurocámara con su actitud correcta y hablar pausado, es la presidenta de la OCLAE (Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes), una organización de izquierda que exacerba el anarquismo y la desobediencia civil entre los estudiantes latinoamericanos. También es la misma que en la Cumbre de las Américas celebrada en Lima (2018), se dio a la tarea de dirigir y documentar a la vociferante turba castrista que boicoteó el diálogo entre los actores sociales y los representantes de alto nivel de los gobiernos de la región.
En aquella circunstancia, y en un escenario que la diplomacia del régimen menospreció abiertamente, los funcionarios cubanos, entre ellos Villuendas, se comportaron de manera chusma y grosera para evitar que fuera escuchada la intervención de la opositora Rosa María Payá. El acto de repudio se prolongó tanto que otros representantes de comunidades latinoamericanas no pudieron exponer sus demandas.
La “sociedad cubana real” que defiende Heidy Villuendas y que a su juicio debería ser invitada al diálogo con el Parlamento Europeo, está conformada por peones subvencionados del Partido Comunista que carecen de dignidad y civismo, desconocen el significado de la palabra “democracia” y responden a la razón con agresiones, a falta de argumentos que puedan rebatir la veracidad de los reportes sobre la represión en Cuba, publicados en plataformas informativas independientes y redes sociales.
En Lima o Bruselas los alabarderos del régimen mienten descaradamente, aunque para ellos las capitales latinoamericanas no sean dignas del respeto y la mesura con que se conducen en el nodo principal de la Unión Europea. Gran esfuerzo debió hacer Heidy Villuendas para no mostrar la auténtica proyección de su “diplomacia” ante las denuncias de Larrinaga y González Raga; o quizás escogió la variante polite al no verse acompañada por otros alborotadores de su calaña para atacar en jauría, como prefiere hacerlo el castrismo. Lo que sí no debe ser puesto en duda es su esmerado adiestramiento para engañar, negar y comportarse con un cinismo que pocos jóvenes de su medio poseen.
Lo peor es que mientras ella miente ante funcionarios de la Eurocámara, la prensa independiente cubana publica casi a diario, y bajo permanente acoso, la comisión de actos violentos contra opositores y activistas. Mientras Heidy Villuendas se coloca su máscara para difamar a quienes denuncian los desmanes de un régimen dictatorial, mujeres como ella sufren violencia política en Cuba; son perseguidas, amenazadas, encarceladas y desalojadas.
Los miembros del Parlamento Europeo lo saben y aun así se tragan la desfachatez de una abanderada castrista que defiende a una claque criminal, dispuesta a llenar las cárceles de disidentes políticos acusados de falsos delitos, fabricados por agentes de la Seguridad del Estado en complicidad con la Fiscalía General de la República.
Si los eurodiputados tienen alguna duda sobre la naturaleza y los propósitos de agentes como Heidy Villuendas, que dicho sea de paso infestan a toda la Unión Europea con su izquierdismo intolerante, solo deben remitirse al caso más reciente de espionaje de alto nivel descubierto en España. Redes similares minan el viejo continente y socavan la estabilidad de sus sociedades. Después no digan que no les advirtieron.
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