LA HABANA, Cuba.- El año 2019 ha comenzado con numerosas situaciones adversas a la dictadura, pero no solo las que se corresponden con los problemas internos, que son muchos, sino aquellas que se desprenden de las “travesuras” que ha hecho el régimen –durante muchos años- en diferentes lugares del mundo.
Si pasamos la vista a América Latina podríamos poner en contexto lo que sucede con varios países, sin descartar que algunas de las dificultades son viejas, pero se han acentuado en estos momentos.
La divergencia con Colombia, con respecto a los 10 dirigentes del grupo terrorista ELN (Ejército de Liberación Nacional) se ha profundizado, a pesar de los llamados de Iván Duque, que no han sobrepasado la dosis de diplomacia. El jefe del grupo en Cuba, comandante Pablo Beltrán, ha declarado que ellos no sabían nada del atentado a una escuela de cadetes de policía en Bogotá, hecho que se adjudicó la propia organización. Por su parte la dictadura está pidiendo que se respete el protocolo firmado al respecto, para ganar algún tiempo, ya que no piensa devolverlos a Colombia.
También se han agudizado los problemas con Estados Unidos de América, a partir de que la administración de Donald Trump ha dicho que solo dilatará por 45 días el Título III de la Ley Helms Burton, algo que ha levantado grandes preocupaciones entre los inversionistas extranjeros en el país, ya que muchos de los lugares y las empresas en las que tienen puesto su capital, fueron propiedades confiscadas a compañías americanas.
Sin embargo, el régimen asegura que esto no traerá ningún tipo de problemas, porque no hay jurisdicción alguna sobre la isla; y para respaldar sus declaraciones ha enviado al ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, a exponer en el Foro de Davos (WEF), las maravillas que podrán encontrarse en el país, los que traigan aquí sus capitales, a través de la limitada Cartera de Inversiones, preparada al efecto. Cuba hacía 10 años que no se presentaba en este evento.
En estos momentos, en los que se vive una difícil situación en Venezuela, cualquiera que sea la solución final del conflicto, la repercusión en la isla, sin lugar a dudas, acrecentará aún más las penurias por las que pasa el pueblo, y le mostrará un escenario aún más difícil a la dictadura.
Claro, en el 2019 hay elecciones en seis países de América, y quizás aspiren a que la izquierda gane en algunos de ellos, para poder tener un “palo” donde recostarse. Aunque entre los presidentes que se someterán a escrutinio está Evo Morales, que, a pesar de haber perdido el referendo sobre su nueva postulación, todo parece indicar que piensa ganar las elecciones.
A lo mejor el régimen cubano tiene entre sus cartas una llamada Andrés Manuel López Obrador, aunque dicen los propios mexicanos que es muy difícil que ellos permitan que su país se convierta en otra Venezuela. Pero habría que estar atentos, porque frente a la crisis que está pasando Nicolás Maduro, todavía AMLO le está dando apoyo y se ha declarado de su lado. Una posición difícil, pues se enfrenta a sus socios del TLC (Tratado de Libre Comercio), Canadá y Estados Unidos de América, que ambos han reconocido como presidente interino de Venezuela a Juan Guaidó.
Todo lo anterior permite tener una idea de lo difícil que está el panorama exterior para la dictadura cubana al inicio de este año. Pero habría que decir que dentro de la isla las cosas no andan mucho mejor.
La falta de financiamiento, y el hecho de que no se esté honrando la deuda, ni a corto ni a largo plazo, a pesar de que se renegociara una parte de ella, ha traído acompañada muchas carestías, no solo las que ya eran costumbre, sino otras de artículos que antes se podían ver sin problemas en el mercado de divisas. Las personas se vuelven “locas” para poder llevar un plato de comida a la mesa; no importa que tengan dinero, el problema es que la escasez de productos alimenticios es mucha.
Si los que cuentan con recursos para poder adquirir productos en el agro (a precios muy caros), pasan trabajos para conseguir las cosas indispensables. ¿Qué puede esperar el resto de la sociedad? Los trabajadores, que en su mayoría tienen bajos salarios, se enfrentan a la alta tasa de cambio entre el peso cubano (cup), mal conocido como moneda nacional, y el peso convertible (cuc).
Sucede lo mismo con las medicinas. Aunque con respecto a meses anteriores, algunas se pueden comprar en farmacias, otras, como las pomadas y las cremas, brillan por su ausencia, y hay que someterse en muchos casos a la medicina tradicional, léase yerbas.
También se ha convertido en una odisea tenerse que inyectar, pues no hay jeringuillas desechables, ni siquiera en las farmacias en divisas. En los policlínicos y hospitales están racionadas, y el personal de enfermería solo puede tener acceso a un número limitado cada día. Hay un déficit considerable de materiales de curación en todos los centros asistenciales de salud.
No es necesario explicar entonces algunas de las demás dificultades sociales, como el transporte, pues es muy conocida la inestable situación que enfrenta, tanto el estatal como el privado, a lo que habría que añadir ahora la eliminación de algunas rutas de ómnibus. La lista de dificultades por las que pasa el pueblo de Cuba en estos momentos es muy larga.
Si se introduce todo esto en una batidora, y se mezcla, beberlo resultaría –además de desagradable- de un gran efecto nocivo. Sin embargo, los que mal dirigen el país no se dan ni por enterados de ello, andan por las nubes con sus consignas cansonas y hablando de continuidad.
Solo me resta añadir que la campaña en los medios de comunicación por el Voto Sí a la Constitución es alucinante. En ningún momento han considerado la posibilidad de que el pueblo diga no, porque conociendo la forma en la que actúan las dictaduras, seguro ya tienen los números preparados para dar la información final. Recuerdo al dictador de Irak, Sadam Hussein, que ganaba las elecciones con el 99,9% de los votos.