HOLGUÍN.- Cuba eliminará los canales analógicos de televisión para dar paso a la televisión digital terrestre (TDT).
La experiencia iniciará en el mes de julio por el canal Educativo, informó el diario oficialista Granma, que citó a Grisel Reyes León, presidenta del Grupo Empresarial de la Informática y las Comunicaciones (GEIC).
La noticia ha provocado incertidumbre y pesimismo entre los cubanos que en su mayoría poseen vetustos televisores de tubos de rayos catódicos incapaces de captar la nueva señal.
Cifras oficiales estiman que, de los 4 millones de televisores que existen en Cuba, cerca de 600 mil son modernos.
En un intento por remediar la situación, el Estado puso a la venta las cajas decodificadoras, un dispositivo de pequeño tamaño diseñado para captar las señales digitales y convertirlas al formato analógico, al que se conecta el bajante de la antena y su salida se acopla a un televisor mediante las entradas de audio-video.
Estos dispositivos son popularmente conocidos como “cajitas” y se venden a un precio que oscila, según el modelo, entre 44 y 50 dólares; un importe elevado en Cuba, donde el salario promedio no llega a los 30 dólares mensuales.
Para ayudar a la compra, las autoridades prometieron otorgar créditos y subsidios. Cuatro años después, la promesa no se ha cumplido.
Sin embargo, “las ‘cajitas’ podrían ofertarse a menor precio porque su costo de producción es de 15 dólares”, dijo bajo anonimato a CubaNet un representante del Grupo de Electrónica (GELECT), la entidad encargada de ensamblar con piezas chinas en Cuba la casi totalidad de estos equipos comercializados en la Isla.
Algo similar sucede con los televisores híbridos pantalla plana de 32 pulgadas, que captan la señal analógica y digital, ensamblados con suministros chinos en La Habana y cuyo precio de venta de 399,95 dólares quintuplica su costo de producción, asegura el empleado de GELECT.
Otro motivo para abaratar el precio de las “cajitas” —dice el trabajador— es el hecho de que China eximió a Cuba del pago de obligaciones de los derechos de propiedad intelectual por el empleo de la DTMB, única norma usada en el continente americano para la transmisión, recepción y producción de los programas de televisión digital.
“El Gobierno quiere mejorar sus finanzas a costa del pueblo vendiéndole las ‘cajitas’ y los televisores a sobreprecio”, comenta Miguel Ojeda, un barbero.
La “habilidad” gubernamental de negociar con la televisión digital en detrimento del poder adquisitivo de la población comenzó a finales del 2013. En aquel entonces los centros comerciales estatales vendieron las primeras cajitas decodificadoras y los televisores híbridos de tubo de rayos catódicos a 39 y 300 dólares, respectivamente. Los dos aparatos eran capaces de captar la televisión digital, pero en menos de un año envejecieron tecnológicamente.
“Estoy obligada a comprar otro televisor porque el que tengo es de tubos de rayos catódicos y está roto. En el taller me dijeron que no hay piezas de repuesto para estos equipos.”, apunta Belkis Batista.
Otra limitante de los primeros aparatos vendidos es que solo reciben la televisión digital estándar y no la digital de alta definición que salió al aire en el 2016.
Por ese motivo los que compraron esos equipos se sienten engañados. “Nos han estafado, para ver la señal de alta definición ahora tenemos que comprar otro televisor u otra ‘cajita’. ¿Por qué el Gobierno nos ocultó la información si ya sabían de antemano que saldría una señal de más calidad?”, se pregunta Frank Reyes, un mecánico de profesión.
En una tienda, un dependiente que prefirió identificarse como Evelio asegura a CubaNet que ellos tenían la orden de esperar que se agotaran los aparatos arcaicos para después comenzar la venta de equipos más modernos.
Para recibir la nueva señal digital no solo basta con una ‘cajita’. También son imprescindibles la antena, el cable y los conectores, elementos que están agotados en los comercios estatales y solo se pueden adquirir en el mercado informal a un precio exorbitante.
En esos lugares la antena se comercializa a 10 dólares, el conector llamado balum está a 1,20 dólares la unidad, la cinta de 300 ohmios a 40 centavos de dólar el metro (se necesitan cinco metros como mínimo) y el precio del adaptador del cable coaxial es de tres dólares.
En el caso del cable coaxial el precio es un dólar el metro y sus conectores están a 80 centavos de dólar la unidad. Todo esto sumado a la ya mencionada ‘cajita’. Es decir, para ver la televisión digital en la Isla el cubano tiene que gastar entre 60 y 70 dólares.
Según los especialistas, una buena recepción de la señal digital se obtiene con una antena exterior colocada a tres metros de altura como mínimo. Para ello es necesario fijar la antena a un mástil de metal que soporte las inclemencias del tiempo.
Ante la escasez de un soporte apropiado, la mayoría de los cubanos fija la antena en palos de escoba que son amarrados con alambres en una base.
Los que viven en la zona rural llevan la peor parte. En esos lugares la señal de la televisión digital llega muy débil. Para verla, además de lo antes mencionado, sus pobladores tienen que comprar un amplificador de señales de televisión, un equipo que el Estado vende a 10,65 dólares.