SANTA CLARA.- Cuba es un eterno verano, ya se sabe. Pero los cubanos lo viven de forma más intensa en julio y agosto, los meses destinados para las vacaciones. Pero las opciones para vacacionar son cada vez más limitadas.
El Campismo Popular, las instalaciones para vacacionar gestionadas por el régimen, no tiene la capacidad suficiente para la temporada. Las 16,000 preparadas para Villa Clara no tienen las mejores condiciones, sobre todo tras los daños que ha causado el paso del huracán Irma en 2017.
Una visita a las paradisíacas playas en los resorts de lujo en Varadero y los Cayos, propiedad de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), son una posibilidad real solo para quienes cuentan con familiares en el extranjero o para los cubanos que no viven de un salario estatal. Una sola noche vale el salario mensual de un trabajador común.
En el triste panorama vacacional solo quedan disponibles las playas menos agraciadas, las que no clasifican para el turismo internacional, y algunos ríos, aún sin contaminar, que los cubanos “asaltan” como peces sedientos de distracción.
Estas circunstancias han propiciado la aparición de varias iniciativas por cuenta propia que han arrojado un poco de luz sobre el oscuro panorama vacacional del país. Con precios más asequibles y destinos de alta popularidad, estos viajes colectivos se erigen como las ofertas que salvan el verano a muchas familias cubanas.
‘Turoperadores’ particulares
Estos viajes vienen a ser una “versión mejorada” de las excursiones de ida y regreso en un solo día a playas y otros destinos, que verano tras verano se realizaban en Cuba y que aún se mantienen. Actualmente las ofertas han crecido en días y beneficios, a tono con los tiempos que se viven. Solamente en Santa Clara hay más de cuatro “agencias” dedicadas a organizar estos recorridos por la geografía nacional.
Armando Jiménez (nombre ficticio a petición del entrevistado) es uno de estos organizadores de viajes por cuenta propia, pero sin licencia. “Nosotros realizamos excursiones todos los meses del año. Lo hacemos a los principales lugares que las personas quieran conocer. Por ejemplo, vamos a las provincias orientales y también hacia el Occidente, a Viñales, que es muy demandado”.
Por poner un ejemplo, entre el seis y el 12 de agosto ya están agotadas las 50 capacidades para un tour por Santiago de Cuba-Holguín-Las Tunas-Bayamo-Camagüey. Entre los lugares a visitar, Jiménez resaltó el boulevard de la ciudad de Los Tinajones, la Casa Insólita en Las Tunas, un día para recorrer la Ciudad cubana de los Parques, así como el Museo de Cera y los carnavales de Bayamo.
“En Santiago de Cuba llegaremos hasta el santuario El Cobre, la calle Enramada, el cementerio Santa Ifigenia, la Gran Piedra y el parque Baconao”, destaca. El monto de este viaje de siete días asciende a 1020 pesos en moneda nacional por persona, que incluye el pago por la trasportación y el alojamiento.
La alimentación no va incluida, “por lo que los turistas deben llevar más efectivo para estos fines”, recomienda Jiménez. Así funcionan la mayoría de estos recorridos, que utilizan bases de campismo u hoteles de los territorios a los que viajan para el hospedaje.
“Para trasladarnos utilizamos generalmente las guaguas Yutong, que alquila la corporación Transmetro, que son muy cómodas. Recomendamos a los clientes llevar entre 20 y 35 pesos para cada comida o el monto que estimen, de acuerdo a sus posibilidades”.
Jorge Muñoz se presenta como guía de turismo nacional y lleva cerca de ocho años recorriendo Cuba en viajes de este tipo. “Ya para julio y agosto tengo varios viajes planificados para Viñales, Santiago de Cuba y Varadero. Yo no paro. A veces fuera de vacaciones es cuando más viajes realizo”, refiere.
Muñoz ha rodado todo el país, incluso, por la Isla de la Juventud, y conoce en detalle cada ciudad y sus mejores opciones, de ahí que sus “paquetes” figuren entre los más económicos. “Si estos viajes los realizas por tu cuenta te va a salir mucho más caro”, advierte.
Además de organizar viajes por varios días, este “gestor” coordina pasadías por la capital cubana con visitas a la Habana Vieja, el Acuario y parques de diversiones, así como al Nicho, un destino natural ubicado en Cienfuegos, que incluye almuerzo por 150 pesos en moneda nacional.
“El viaje del Nicho está muy bueno porque llegamos hasta allí en barco, a través del lago Hanabanilla. Es un destino precioso, con unas cascadas muy ricas para estos calores”, promociona sonriente, tratando de venderme el lugar.
Estos “paquetes” suelen ser muy variados en cuanto a destinos y precios, para que las diversas economías que conviven en la Isla tengan idénticas posibilidades de disfrutar de su verano.
Estos “turoperadores particulares” promocionan sus ofertas con carteles en viviendas, repartiendo volantes en las zonas WiFi o la divulgación de boca en boca, que, según Jiménez, es la más efectiva. “Por eso tratamos de hacer estas experiencias lo más placenteras posibles, para que el cliente siempre regrese”.
Conozca a Cuba primero…
Por la imposibilidad de hacer turismo internacional, los cubanos le hacen justicia al viejo refrán de “conozca a Cuba primero y al extranjero después”. Así piensa Mariana Fuentes, una abuela de 72 años, cuyo pasatiempo es viajar. “Con estos recorridos ya he conocido toda la Isla, he hecho nuevas amistades y la verdad es que la paso muy bien”.
Caridad tiene amplia experiencia en este tipo de excursiones: en 2016 realizó 22, en 2017, 18 viajes y en lo que va de año ya se ha enrumbado en 5 excursiones. No tiene quejas de los hospedajes ni de la alimentación, “quizás porque me adapto bien a las situaciones, pero he ido a excursiones en las que el transporte no ha sido el mejor y hemos pasado calor”.
Sin embargo, a Caridad le preocupa que algunos guías inflen demasiado los precios, en busca de ganancias excesivas a costa de los turistas. “Ya lo hemos comprobado. Hay coordinadores que no te dejan acercarte a la recepción del campismo, por ejemplo, para que no sepas cuánto cuesta una noche y no comiences a sacar cuentas de sus ganancias. Al final ellos no hacen las gestiones gratis. Eso es también un modo de vida”.
Hasta Baracoa, la ciudad primada de Cuba, se dirigió Yudiley García en febrero de este año. Eran tantas sus ansias por vivirla en carne propia que no lo pensó dos veces cuando una amiga la invitó a este viaje de tres días, que además incluía una parada en el Cobre y recorridos por la ciudad de Guantánamo.
“El viaje es en ómnibus Yutong y te vienen a buscar a tu casa y todo. Pero el viaje se me hizo muy largo, cerca de 24 horas, porque paraban en muchos lugares para hacer compras”. Conocer Baracoa y otros sitios del oriente cubano le restó 800 pesos en moneda nacional de su bolsillo, monto que solo cubría el traslado y alojamiento en el campismo Duaba.
“El campismo todavía no se había recuperado de los embates del último ciclón y lo estaban reparando. Yo no me quedé porque estaba a más de 15 kilómetros de la ciudad y yo quería conocer Baracoa. Además, estaba un poco aburrido, sin televisores ni sala de juegos. No tenía piscina tampoco, solo un río.”
“Gasté más de 1,000 pesos porque tuve que pagar un hostal en la ciudad y la alimentación es carísima. Todo es muy turístico. Me quedé sin dinero en medio del viaje y tuve que pedirle a mi hermana que me trasfiriera”, explica Yudiley.
Pese a que este, su primer viaje no fue el mejor, pues la desorganización de las personas a cargo no permitió visitar todos los destinos planificados, Yudiley asegura que siempre vale la pena porque “conoces nuevos lugares y sumas experiencias de vida”. Sueña con ser una viajera a tiempo completo y vivir como los mochileros, conociendo el mundo. “Ahora tengo planeado ir a Santiago o a Viñales. Ya estoy ahorrando”.