“La palabra no es para encubrir la verdad, sino para decirla”
José Martí
MIAMI, Estados Unidos. – ¿Por qué llamo a este tema “Cien Mentiras de Fidel Castro”? Porque él afirma lo contrario de lo que piensa, disfraza su pensamiento haciendo que sus pronunciamientos parezcan otra cosa. Porque falsifica lo prometido quebrantando su palabra. De él podemos decir que “Miente más que habla”.
A fin de comprender las acciones de Castro, es necesario entenderlo como lo que realmente es, no como la gente quiere que sea. Es un hombre con dos caras, una es la cara de un revolucionario que promete prosperidad, democracia y la restauración de la Constitución cubana de 1940. La otra es la cara de un mentiroso que dice y promete cualquier cosa con objeto de permanecer en el poder de por vida.
Las siguientes infames mentiras fueron utilizadas por Fidel Castro para engatusar al pueblo cubano, para más tarde traicionar los verdaderos principios de la revolución convirtiendo la isla en un satélite de la Unión Soviética.
32. “Es falsa también por completo esa “bola” (rumor) de que el Gobierno Revolucionario iba a intervenir los colegios privados. ¿Por qué?… Algunos contrarrevolucionarios se dieron a la tarea de decir que el gobierno revolucionario iba a quitar la patria potestad, y hay gente que ha ido hasta psiquiatras por el problema ese.” (Discurso, 8 de Noviembre de 1960)
Escasamente cuatro meses después se desdice; donde dije digo, digo Diego: “Y, por tanto, anunciamos aquí que en los próximos días el Gobierno Revolucionario decretará una ley nacionalizando las escuelas privadas. Esa ley no puede ser una ley para un sector, esa ley tendrá un carácter general; es decir que serán nacionalizadas las escuelas privadas.” (Discurso en el Día Internacional Del Trabajo, Plaza Cívica, 1º de Mayo de 1961)
El refrán “primero se coge a un mentiroso que a un cojo”, le viene “como anillo al dedo.” Que se sepa Fidel no es cojo. La confiscación de todos los centros de enseñanza privada incluyó todos los bienes como instalaciones, edificios, cuentas bancarias, etc., sin compensación alguna a sus legítimos propietarios. Se puede caracterizar como un robo a mano armada.
33. ¿Por qué?, si nosotros estamos haciendo unos colegios maravillosos para el pueblo; nosotros estamos haciendo lo que siempre dijimos: que íbamos a hacer colegios para el pueblo mucho mejores, y es lo que estamos haciendo.” (Discurso, 8 de noviembre de 1960)
La intervención de todos los centros de enseñanza tuvo por objeto el implantar las ideas socialistas, no la educación por sí misma. Los llamados “logros” de los esfuerzos educativos del Castrismo han culminado en el fracaso después de 58 años de adoctrinamiento socialista en el sector de la educación. Los hechos hablan más que las palabras.
En 1958, con una población de 5.63 millones, habían 8436 escuelas primarias, de les cuales 3587 eran urbanas y 4849 rurales. En el 2016, con una población de 11.2 millones (ONEI 2016, Educación, Capítulo 18), existen 6863, de las cuales 2084 son urbanas y 4779 rurales. Actualmente hay menos escuelas primarias urbanas y rurales que en 1958. Las cifras hablan por sí mismas.
34. El 17 de diciembre de 1960, Castro, en el programa de CMQ-TV “Ante la Prensa”, afirmó que, “La tasa de analfabetismo en nuestro país es de 37,5%.” En el primer Congreso del PCC, celebrado entre el 17 al 22 de diciembre de 1975, dijo: “En 1953, año del ataque al Moncada, el 23,6 % de la población mayor de 10 años era analfabeta.” A pesar de lo que dijo Fidel Castro, el documento aprobado por el V Congreso del Partido Comunista de Cuba, en octubre de 1997, refiriéndose al período anterior a 1959, casi lo duplica, al afirmar que, “de un país con más del 40 por ciento de analfabetos.” (Granma Internacional, Octubre de 1997, La Habana).
La tasa de analfabetismo en Cuba era del 18% en 1958 para los mayores de 10 años de edad (Archivos del Ministerio de Educación de Cuba), ocupando el tercer lugar en América Latina. El régimen tiene como norma inflar el porcentaje de analfabetos antes de 1959, utilizando la tasa de analfabetismo de 23,8% correspondiente al censo de 1953. Las estadísticas del régimen reconocieron el verdadero porcentaje al confirmar que en 1961 que “de un total de 929.207 analfabetos identificados, se le enseñó a leer y a escribir a 707.212 de ellos; 221.995 no aprendieron”. (Verde Olivo, La Habana, 16 de agosto de 1968)
Campaña del Ejército de Alfabetización, 22 de diciembre de 1961
En 1958, la población mayor de 10 años de edad era de 4,97 millones, y el número de analfabetos 894.600. En 1961 la población mayor de 10 años era de 5.15 millones, y el número de analfabetos 929.207. La verdadera tasa de analfabetismo basado en las figuras del régimen fue del 18%, el mismo porcentaje que en 1958. Es obvia la manipulación de las cifras por parte del régimen.
35. “Desde luego, no se está engañando a nadie, aquí nunca se ha engañado a nadie, nosotros nunca hemos engañado a nadie. … Desde luego, si nosotros nos paramos en el Pico Turquino cuando éramos cuatro gatos y decimos: Somos marxista-leninistas —desde el Pico Turquino—, posiblemente no hubiéramos podido bajar al llano.” (Discurso, 20 de Diciembre 1961)
La manipulación, la mentira y el engaño son parte intrínseca de su personalidad sicopática, utilizando a la mayoría del pueblo cubano, después de seducirlos con sus cantos de sirena, para conseguir sus objetivos, la satisfacción de sus propios intereses. Este ha sido el gran engaño, la madre de todos los engaños.
36. El 26 de octubre de 1962, durante la Crisis de los Misiles, lo más cercano que jamás el mundo ha estado de una guerra nuclear, Castro escribió en su “carta de Armagedón” a Khrushchev: “Si los imperialistas invaden a Cuba con el objetivo de ocuparla, el peligro que esa política agresiva representa la humanidad es tan grande que tras tener lugar ese hecho la Unión Soviética no debe permitir circunstancias en las que los imperialistas puedan llevar a cabo un primer ataque nuclear contra nosotros…. ése sería el momento para eliminar este peligro para siempre, en un acto de la más legítima autodefensa. Por dura y terrible que sea la solución, no habría otra”.
Respuesta de Khrushchev el 30 de octubre de 1962: “En su cable del 27 de octubre usted propuso que deberíamos ser los primeros en llevar a cabo un ataque nuclear contra el territorio enemigo. Naturalmente, usted comprende a dónde nos hubiera llevado. No hubiera sido un simple golpe, sino el comienzo de una guerra mundial termonuclear”.
El 22 de octubre el presidente Kennedy, en un discurso radial y televisado, informó a la nación sobre el bloqueo naval de Cuba debido a la instalación de misiles con ojivas nucleares en ella. La gran mayoría del pueblo cubano no se percató del grave peligro que corría, pues Castro no les contó del cercano peligro de una guerra nuclear, solo les informo del bloqueo naval y de una posible invasión de los Estados Unidos. Como manipulador consumado omitió un pequeño detalle: obtener el consentimiento de 6.9 millones de cubanos que serían aniquilados en una guerra nuclear.
Castro, en su profundo odio contra los Estados Unidos, no vaciló en pedir el lanzamiento de un ataque nuclear preventivo contra objetivos estadounidenses. No le importaba que el uso de armas nucleares sellaría la muerte de millones de personas en los Estados Unidos y la Unión Soviética, y eliminaría al pueblo cubano de la faz de la tierra. Como buen cobarde, primero buscó su seguridad en el refugio antiaéreo de la embajada soviética, que le proporcionaba al menos una oportunidad para la supervivencia, sin tener en cuenta las consecuencias de su acción sobre la humanidad.
37. En el discurso del 31 de octubre de 1963, en la Habana, Castro dijo: “El devastador huracán que recientemente asolara las provincias de Oriente y Camagüey, con su secuela de destrucción y muerte (…) Independientemente de las medidas adoptadas desde los primeros momentos por la dirección política y el gobierno, y de la heroica actuación de los miembros del Partido, de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y de las organizaciones de masa, que en valerosa lucha contra la naturaleza, salvaron de una muerte segura a miles de ancianos, mujeres y niños (…) Miles de muchachas de las montañas en la capital, miles de muchachas y muchachos de la capital y del resto del país en las montañas de Oriente”.
Castro no hizo mención de los miles de muertos ocasionados por el huracán Flora, la mayoría de ellos jóvenes estudiantes que estaban realizando trabajo “voluntario” recogiendo café en las montañas de Oriente, albergados en barracones.
El régimen no se preocupó de evacuarlos a zonas seguras antes del arribo del huracán. Las lluvias torrenciales provocaron la crecida de los ríos y arroyos, las cuales ocasionaron grandes inundaciones, deslizamientos de tierras, y destrucción de caminos y puentes, causando la muerte de más de 2 000 personas. Castro utilizo a Flora como chivo expiatorio para justificar el estancamiento de la economía, ya en problemas antes que el huracán azotara la Isla.
El huracán moviéndose a una velocidad de 10 km/h, tocó tierra el 4 de octubre las 12 PM en la Punta de Maisí, saliendo por la costa norte de Oriente a las 10 AM el 8 de octubre, haciendo un lazo y permaneciendo sobre la isla por 4 días.
Reporte de U.S. Weather Bureau:
Boletín 3 A.M. del 4 de octubre de 1963. Las fuertes lluvias también harán los ríos y arroyos a través de Haití y el oeste de República Dominicana, peligrosos y sujetos a inundaciones…. Las personas en la provincia de Oriente, Cuba, y en la isla de Gran Inagua, deben apresurar los preparativos para protegerse contra los vientos huracanados, las mareas altas y las olas, y las fuertes lluvias.
Los boletines meteorológicos hicieron evidente la inminencia del peligro. Las estadísticas en la tiranía castrista se falsifican deliberadamente con fines publicitarios, manipulando o simplemente escondiendo la información, como en las estadísticas de los muertos causados por el huracán Flora, como se demuestra a continuación:
- El ciclón “Flora” causó estragos en Cuba – Se reportaron 100 muertos según el parte del Gobierno – Periódico Revolución, octubre de 1963.
- Flora, además, dejó un saldo dolorosísimo de vidas perdidas en esa ocasión: más de 1 000 personas (Discurso de Fidel Castro, mayo 26 de 1969, La Habana). Casi siete años más tarde elevó diez veces las pérdidas de vida.
- Un monumento para recordar a las víctimas del huracán Flora, que ocasionó la muerte a más de 1 200 cubanos (Juventud Rebelde, 7 de octubre de 2003).
- El más mortífero, sin embargo, fue “Flora”, en 1963, que dejó casi 2 000 muertos por las inundaciones que produjo en el oriente de la isla. La Habana, 13 de septiembre de 2004 (Agencia EFE).
El número actual de muertos fue veinte veces mayor que el estimado original. Las estadísticas de la tiranía castrista hablan por sí mismas. ¿Cuántos años han de pasar para realmente conocer las pérdidas materiales y de vidas humanas ocasionadas por los otros huracanes?
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