Candidatos vacunales cubanos: ¿remedio santo contra el coronavirus?

MIAMI, Estados Unidos. — En medio de una crisis económica sin precedentes, el régimen cubano se aferra a sus candidatos vacunales contra el coronavirus para salvar el desastre sanitario que va dejando la pandemia. Tras un año de relativa calma a partir del cierre de fronteras —en que la Isla reportó números relativamente bajos de muertes y contagios—, la transmisión del virus se disparó en 2021, hasta llegar a los 854 167 casos1 y a las 7 227 víctimas fatales2.
Aunque Cuba confirmó el primer caso de COVID-19 el 11 de marzo de 2020, no fue hasta agosto que las autoridades de la Isla informaron sobre Soberana 01, el primer candidato vacunal nacional, producido por el Instituto Finlay de Vacunas (IFV) en alianza con el Centro de Inmunología Molecular y el Centro Nacional de Biopreparados.
Desde entonces, han desfilado por la “escena” nacional otros cinco candidatos vacunales: Soberana 02, Abdala, Mambisa, Soberana Plus y Soberana 01A. Tres de ellos, Soberana 02, Abdala y Soberana Plus ya cuentan con autorización para el uso de emergencia a nivel nacional.
Sin embargo, a varios meses de que empezara la vacunación masiva en la Isla y con casi la mitad de la población completamente vacunada, los reportes que llegan sobre los fármacos generan dudas sobre su eficacia y sobre su capacidad para poner fin a la pesadilla que viven los cubanos.
Uso de emergencia y eficacia
La empresa cubana BioCubaFarma, organización empresarial que produce medicamentos, equipos y servicios de alta tecnología, aseguró en junio que el candidato vacunal Abdala había mostrado una eficacia del 92,8% para prevención de enfermedad sintomática en su esquema de tres dosis. Los datos fueron obtenidos en la Fase III de Ensayos Clínicos, momento previo a la aprobación para uso de emergencia.
Tres semanas después, el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Cuba (CIGB) informó que Abdala había mostrado un 100% de eficacia para prevenir la enfermedad sistémica severa y la muerte por COVID-19.
Otro tanto ocurrió con Soberana 02, candidato vacunal que mostró una eficacia del 91,2% para prevención de enfermedad sintomática en un esquema de tres dosis, la última de ellas a golpe de Soberana Plus, el otro fármaco de producción nacional.
En todos los casos, se trata de proyectos de vacunas de subunidades que, según las autoridades científicas de la Isla, utilizan proteínas derivadas del virus “conjugadas” a otras proteínas portadoras para desencadenar una respuesta inmunitaria.
La primera en ser aprobada para uso de emergencia fue Abdala. El Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos de Cuba (CEDMED), a través de la resolución n° 113, de fecha 9 de julio de 2021, dio el visto bueno al uso extendido del candidato vacunal, que ya se aplicaba entre la población. Entonces, la agencia reguladora cubana indicó que la vacuna cumplía “con los requisitos y parámetros exigidos en cuanto a calidad, seguridad y eficacia para este tipo de trámite”.
Algo similar ocurrió el pasado 20 de agosto, cuando el mencionado organismo dio la Autorización de Uso en Emergencia (AUE) de Soberana 02 y Soberana Plus.
Los resultados de eficacia de los candidatos vacunales en la Fase III de Ensayos Clínicos fueron aprovechados por el aparato de propaganda del régimen cubano, que no dudó en recordar que los porcentajes mostrados por ambos fármacos los ubicaban entre los mejores calificados del mundo para el enfrentamiento contra la COVID-19, casi a la par de las vacunas de Pfizer-BioNtech (95%) y Moderna (94,1%), y muy por encima de otras, como la producida por la Universidad de Oxford y AstraZeneca (72%-74%)
Si bien estos resultados ofrecidos por las autoridades científicas cubanas auguraban una mejora paulatina de la situación epidemiológica, las cifras del Ministerio de Salud Pública (MINSAP) se mantuvieron al alza durante el segundo trimestre de 2021. Los contagios y las hospitalizaciones aumentaron, pero las muertes por coronavirus también, hecho que ha puesto en tela de juicio el impacto real del proceso de vacunación en la Isla.
Vacunas, muertes y casos inconclusos
A mediados de agosto, Eduardo Martínez, presidente del grupo empresarial BioCubaFarma, informó al Noticiero de la Televisión Cubana que de los 2,5 millones de personas inmunizadas hasta ese momento en el país con los candidatos vacunales cubanos, 99 habían fallecido y otros 21 000 se habían contagiado con el virus.
En función de esos resultados, Martínez calificó de “notables” las cifras de la vacunación, señalando que los infectados vacunados no llegaban al 1% y que los 99 fallecidos representaban apenas el 0,003% del total de personas inmunizadas.
El funcionario también culpó a la variante Delta del aumento de la transmisión del virus en la Isla, al tiempo que aseguró que los candidatos vacunales cubanos estaban protegiendo a los pacientes de manifestaciones graves de la enfermedad.
“Existen evidencias importantes de que las vacunas en general y las vacunas cubanas están protegiendo de la enfermedad, de la enfermedad sistémica severa”, sentenció Martínez en aquella ocasión.
Desde entonces, las autoridades cubanas no han vuelto a informar sobre personas que han fallecido tras ser vacunadas. La mayoría de los reportes de muertes y efectos adversos en pacientes han aparecido en redes sociales, donde no pocos cubanos han cuestionado la efectividad de los fármacos.
Reportes de médicos dentro y fuera de la Isla advierten sobre efectos adversos vinculados a la pandemia, hecho que, si bien no es exclusivo de Cuba, ha sido invisibilizado por la prensa estatal castrista.
A finales de agosto, el Dr. Alexander Figueredo aseguró a CubaNet haber recibido reportes de personas fallecidas tras la aplicación de las vacunas.
“Estoy recibiendo bastantes reportes, porque han sido muchos los fallecidos. Yo simplemente estoy agarrando los datos de todos estos pacientes: cuándo se pusieron la dosis, cuáles son los síntomas y qué los llevó a la muerte. En Granma hay muchos pacientes que a raíz de la primera y segunda dosis de Abdala han presentado muchas manifestaciones adversas”, precisó Figueredo.
Uno de los grupos que se han visto afectados por la pandemia en la Isla es el de las embarazadas y puérperas. Algunas de ellas también han recibido los candidatos vacunales contra la COVID-19.
La aplicación de estas últimas también ha generado dudas entre especialistas fuera de la Isla. Al respecto, el Dr. Alfredo J Melgar, radicado en Miami, cuestionó el procedimiento para avalar el uso de los fármacos en embarazadas.
“¿Cómo se va a vacunar a una mujer embarazada en el segundo o tercer trimestre del embarazo con vacunas que no están certificadas internacionalmente por ninguna institución? ¿Quién fiscaliza la efectividad de esas vacunas? Pero, más que la efectividad, ¿quién responde por los efectos adversos? Eso es muy preocupante”, sostuvo el especialista.
Para el Dr. Melgar, se trata de un procedimiento “irresponsable” por parte de las autoridades médicas, que no solo puede dejar efectos adversos en la madre, son también en el futuro bebé, “que, aunque no muera, puede tener problemas a largo plazo”.
La cienfueguera Yeleinis Ruiz Padrón, de 24 años, perdió a su bebé tras haber recibido una de las vacunas cubanas contra la COVID-19.
La joven, residente en la ciudad nuclear de Juraguá, dijo a este diario que, tras ocho meses de “un embarazo perfecto”, una serie de complicaciones aparentemente derivadas de la aplicación del fármaco dieron al traste con el nacimiento de su primer hijo.
“Empecé en noviembre el embarazo, un embarazo perfecto. No tuve problemas de presión ni nada. Fue un embarazo perfecto hasta el 30 de julio de 2021, cuando me ponen la vacuna. A las 12 de la noche del 31 de julio, después de ponerme la vacuna, comencé con pérdida de líquido”, explicó Ruiz Padrón, quien perdería a su bebé semanas después.
Meses antes, en mayo, el portal digital Cibercuba informó que una mujer de 41 años ingresó al hospital Clínico Quirúrgico de Diez Octubre, conocido como La Dependiente, tras presentar una reacción adversa al candidato vacunal Abdala, cuando este aún no había superado los ensayos clínicos de Fase III.
La paciente presentó un cuadro febril intenso, falta de aire y decaimiento inmediatamente después de recibir la segunda dosis de la vacuna.
Cuba: vacunación en cifras
Cifras compiladas por el portal digital Our World in Data en base a registros de las autoridades sanitarias cubanas indican que hasta el 23 de septiembre de 2021 el 42,96% de la población de la Isla estaba completamente vacunada con alguno de los fármacos nacionales contra la COVID-19, por un 34,93% había recibido al menos una dosis de estos.
La estadística señala que la cobertura de vacunas en el país caribeño alcanza el 77,89%, con un total de 19,8 millones de dosis ya administradas.

Aunque Abdala, Soberana 02 y Soberana Plus han sido catalogadas como vacunas por el CEDMED, y pese a que varios lotes de estos fármacos han sido aprobados para su uso por países como Venezuela y Vietnam, hasta el momento, la Organización Mundial de la Salud (OMS) no ha autorizado el uso extendido a nivel mundial de los candidatos vacunales de la Isla.
Notas
1 Cifras actualizadas hasta el 25 de septiembre de 2021
2 Cifras actualizadas hasta el 25 de septiembre de 2021
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