El biólogo y activista cubano por causas medioambientales y LGBTI+ Ariel Ruiz Urquiola aseguró a CubaNet que tras su reciente intervención en la plenaria del Alto Comisionado de Derechos Humanos de Naciones Unidas siente la “satisfacción” de haber cumplido su meta.
“Después (…) de haber estado durmiendo en la acera por donde pasaban los transeúntes, en unos días cambió el escenario y estaba justamente en el pleno del Alto Comisionado de Derechos Humanos, en la Comisión de Tráfico de Personas”, dijo a la periodista Maite Luna, de CubaNet.
Durante su intervención en el seno de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, Ruiz Urquiola fue interrumpido cinco veces por el representante del régimen cubano, que junto a los diplomáticos de otros países aliados de La Habana, intentó acallar la voz del activista.
“La delegación cubana y sus aliados carecen de moral no solo dentro del Alto Comisionado de Derechos Humanos sino ante el mundo democrático y ante sus pueblos”, lamentó el científico.
Ruiz Urquiola realizó una huelga de hambre, sed y medicamentos en las afueras de Naciones Unidas, solicitando que se le permitiera dirigirse a la plenaria de ese órgano multinacional, para denunciar los “crímenes médicos” contra él y su hermana, la exprofesora cubana Omara Ruiz Urquiola.
La actuación del activista generó una oleada de apoyo en el seno de la sociedad civil cubana. “Si yo había perdido la confianza en la justicia no podía perder la confianza en la verdad”, aseguró el científico sobre el efecto de la solidaridad internacional.
Ruiz Urquiola acusa al régimen cubano del presunto “crimen médico” contra su hermana, paciente oncológica a la que las autoridades sanitarias le habrían suministrado medicamentos con efecto placebo y no la quimioterapia adecuada. Además, el activista asegura que le fue inoculado el VIH en su paso por el hospital provincial de Pinar del Río, mientras se encontraba condenado por motivos políticos.
La demanda sobre la supuesta inoculación del VIH a Ruiz Urquiola fue presentada por la Sociedad Internacional para los Derechos Humanos, con sede en Fráncfort, y la organización no gubernamental alemana Lesbian and Gay for Union, ante varios órganos internacionales de justicia.
Ruiz Urquiola detalló a CubaNet: “En el caso mío estaba una gran cantidad de evidencias técnicas que son de naturaleza inmunológica (…), pruebas que tienen que ver con la datación de la fase de la enfermedad, así como los test de VIH, negativos o positivos, que pudieron ser aplicados a mi persona durante el trayecto de las posibles fechas de infección”.
“De manera que con todas las evidencias directas y las bioquímicas se pudieron reconstruir los hechos”, agregó.
Con respecto a su hermana, Ruiz Urquiola dijo que la denuncia todavía no era un caso legal, sino que estaba en fase de recopilación de evidencias por parte de la institución de derechos humanos que “está interesada en presentar una demanda legal ante varios relatores” de Naciones Unidas.
En su extensa entrevista con CubaNet, Ruiz Urquiola terminó enviando un mensaje a todos los cubanos que han sido víctimas directas o indirectas del régimen:
“Es el momento de decir basta ya, es el momento en que todos nos tenemos que unir, es el momento en que hay que poner el miedo no debajo de los brazos, hay que poner el miedo en la basura (…) Nosotros tenemos que ir por la libertad de Cuba (…) No podemos seguir viviendo en ignominia porque vivir en cadenas es vivir en oprobio sumidos. Es el momento de rebelarnos pacíficamente como seres dignos y decirles basta ya, fuera de aquí, no los queremos más”.
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