MIAMI, Estados Unidos. – El opositor cubano Antonio Rodiles, director del proyecto Estado de SATS, aseguró en entrevista con el periódico Diario Las Américas que los datos sobre la pandemia de COVID-19 que hasta ahora ha presentado el régimen cubano “no tienen sustento teórico ni práctico”.
“Vemos que la curva (de contagios) ya se presenta aplanada cuando apenas se habían implementado unas pocas e insuficientes medidas de aislamiento social”, dijo Rodiles, quien es máster y candidato a doctor en Ciencias Físicas por el Instituto de Ciencias Nucleares de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y máster en Matemáticas por la Universidad Estatal de Florida (FSU, por sus siglas en inglés).
Desde el comienzo de la pandemia de COVID-19 el opositor cubano ha analizado regularmente las estadísticas y ha denunciado la falta de transparencia del Gobierno cubano.
“Al dar seguimiento a los reportes del Ministerio de Salud Pública (MINSAP) me llamó la atención el giro del patrón de crecimiento en los casos confirmados. Inicialmente los valores se comportaron con la tendencia exponencial descrita en el modelo matemático conocido como SIR (Susceptible, Infectado, Recuperado), pero a partir del día 28 de marzo nos presentaron un patrón lineal o aplanamiento de la curva, que resulta inconcebible incluso según modelos menos rigurosos”, explicó.
Aunque no tiene acceso a la información que recogen las autoridades cubanas ni en la Isla existen reportes independientes paralelos a los del MINSAP, Rodiles ha examinado el comportamiento de las cifras, cotejarlo con los modelos teóricos y con la evolución de la pandemia en diferentes países.
Para el opositor la poca confiabilidad de los datos se expresa, entre otras evidencias, en el aplanamiento de la curva de contagios de la COVID-19 que, según las autoridades sanitarias cubanas, ocurrió cinco días después del anuncio donde se ordenaba el cierre de bares y centros de recreación, la suspensión de eventos artísticos públicos y del transporte interprovincial. En ese momento, las calles y espacios públicos todavía se mantenían repletos de personas, recuerda el opositor.
“Con tan poco tiempo, resulta muy difícil aceptar tal aplanamiento (de la curva de contagios). La poca confiabilidad de los datos también se refleja en nuestras cifras de fallecidos por millón de habitantes que, asombrosamente, son de las más bajas de la región”.
El director de Estado de SATS sostiene que el número de 5,12 de fallecidos por millón en Cuba es una “cifra muy cuestionable en un país de población envejecida (una quinta parte rebasa los 60 años), con altos índices de hipertensión arterial y diabetes (…). En resumen, las cifras no tienen credibilidad, lo cual no es de extrañar tomando en cuenta la falta de transparencia tradicional del sistema (antes Chernóbil, ahora China) y la consabida práctica de Cuba de falsear estadísticas ante los organismos internacionales”, aseguró.
Además, el máster en Matemáticas dijo que posiblemente en Cuba se hayan subregistrado las muertes por coronavirus. “Como cualquier dictadura comunista, esta controla hospitales, morgues y sistemas estadísticos. No existe ningún actor independiente que pueda verificar la información reportada y mucho menos cuestionarla. Mientras esa sea la realidad, el sistema puede jugar con las cifras a su antojo”, opinó.
Según sus cálculos conservadores del opositor cubano, la Isla debería estar cerca de los 10 000 casos de COVID-19 confirmados.
“Tomo en cuenta el comportamiento de países de la región con elementos afines como clima, demografía y hábitos culturales. Además, no debe descartarse la situación en la que viven los cubanos: desabastecimiento (y su corolario: aglomeraciones), hacinamiento e insalubridad, carencias de agua, productos de higiene y limpieza, etc. Con todo, vale recordar que la cifra real suele ser mucho mayor que la de los casos confirmados, pues la detección depende de la aplicación masiva de exámenes, cosa que no ha ocurrido aquí”, explicó.
Asimismo, Rodiles aseguró que los casos de COVID-19 confirmados en Cuba “deberían ser entre nueve y diez veces más”.
En contra del discurso oficial, el máster en Matemáticas también cree que alcanzar el máximo en el número de casos diarios (el pico de contagios) “no implica que la curva caiga posteriormente con rapidez”, como ha venido informando el MINSAP.
“Las aglomeraciones, si bien menores, están muy lejos de desaparecer y esto hace que persista un nivel alto de contagio. Si se levantan las medidas de mitigación y no estuvieran controlados los focos, la probabilidad de un rebrote es muy alta. Es decir, el posible maquillaje de cifras terminaría cobrando la factura”, advirtió.
Para Antonio Rodiles, actualmente el régimen cubano está muy preocupado y “hace malabares a fin de que las cosas no se le escapen de las manos”, incluido el falseo de las estadísticas, el rígido control de la información y la represión contra periodistas, activistas y ciudadanos en general.
“Por un lado, alegan que todo está bajo control; por el otro, promueven escarmientos y acondicionan a la carrera unidades de cuidados intensivos. ¿Acaso esperan una avalancha de casos? Nadie lo sabe. En esto como en otras cosas vivimos bajo el signo de la incertidumbre. La epidemia está teniendo un fuerte impacto en el escenario local y global”.
“Creo que los sistemas autoritarios y dictatoriales serán los grandes perdedores. Seguramente tendremos una economía aún más golpeada y una sociedad abrumada y convencida de que no habrá mejoras a corto o mediano plazo. Y eso crea un escenario impredecible frente al cual no existe salida porque el sistema ya ha probado su inoperancia”, aseguró el opositor.
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