CDMX, México. – La vida de Ana Hurtado puede dividirse en dos: antes y después de las protestas del 11 de julio de 2021. Previo a las multitudinarias manifestaciones que sacudieron la Isla, la española era prácticamente desconocida en el país. Si bien había viajado a Cuba unos años antes para filmar un documental, no había mención a ella ni al audiovisual en los medios cubanos. Ni siquiera lo habían exhibido. Pero después del 11J todo cambió.
El 13 de ese mes, en medio de las condena internacional por la actitud represiva del gobierno comunista contra los manifestantes, Ana decidió colocar un marco de Fidel Castro a su foto de perfil de Facebook en el que se leía “Cuba se respeta”. Luego calificó las protestas como “acciones desestabilizadoras”, responsabilizó a Estados Unidos y señaló “la manipulación” de la prensa internacional al respecto.

La joven estaba calcando una a una las palabras del discurso oficial y eso, por supuesto, les gustó a las autoridades del régimen. De inmediato Hurtado apareció con foto y entrevista en Prensa Latina y Granma. El Ministerio de Cultura la citaba y mencionaba por primera vez su documental.
Los medios, que hasta ese entonces habían ignorado su existencia, la presentaron como cineasta y periodista. Era, según las rimbombantes notas, todo una institución a escuchar.
Por esos días el Gobierno cubano necesitaba más que nunca lavar su imagen y ella apareció dispuesta a ayudar. Graduada de Periodismo por la Universidad de Sevilla, Ana Hurtado trabaja para la productora Mallerich Films, con la cual hizo su primer y único documental. De ella no hay mucha más información en la web. Tampoco aparecen bajo su firma materiales periodísticos o artículos, salvo los que ha publicado en Cubadebate.
La joven resulta bastante irrelevante si de números y alcance en redes sociales se trata, pero simpatiza abiertamente con el régimen y se ha esforzado en amplificar su agenda. Eso fue suficiente para que se convirtiera (o la convirtieran) en una celebridad local.

Hay que decir que aunque ella se ha volcado completamente en difundir la propaganda oficial cubana durante el último año, su mayor éxito puede que sea su capacidad para enojar a los nacionales. Hurtado se ha vuelto célebre por sus polémicas e irrespetuosas declaraciones, y también por las respuestas que ha recibido de parte de los cubanos.
En el último episodio ofensivo que protagonizó, intentó difamar al cantautor Pablo Milanés llamándolo “gusano” y “contrarrevolucionario”, mientras el músico se encontraba convaleciente en un hospital de Madrid, en el que finalmente murió. Esto enfureció a los seguidores del trovador, quien, a diferencia de ella, es autor de una obra monumental.
Más allá de la burbuja nacional, Hurtado no tiene el menor impacto como agente de influencia. Con menos de 3 000 seguidores en Facebook (en su mayoría perfiles anónimos pro-régimen) su alcance es mínimo.

Ana Hurtado, la aliada de estos tiempos
Después de julio de 2021, el perfil de Hurtado cambió los típicos selfies y fotos de viaje que subía hasta entonces por imágenes de Fidel Castro, el Che Guevara y notas de la prensa oficial cubana. Incluso borró o cambió a privadas algunas fotos de ella cenando langosta y otros mariscos en restaurantes ibéricos. Se entiende, pues eso no era muy coherente con el discurso de austeridad que empezaba a promover. Ahora más que comidas lujosas había llegado el momento de publicar infinitas fotos del difunto dictador cubano. Su fascinación con Fidel Castro salta a la vista. Lo tiene como fondo de portada en sus cuentas y lo evoca en cada entrevista que da. Ha dicho que a Cuba la llevó su admiración por Fidel.
Pero Hurtado no se limita a “trabajar” desde las redes sociales, donde ubica un escenario esencial para “defender a Cuba”. En el último año la periodista se vinculó a “grupos de solidaridad” en España. Ahí, en democracia, defienden al régimen cubano de maneras en que el castrismo castiga con cárcel en la Isla: toman las calles y realizan manifestaciones.

Por su parte, el Gobierno cubano no ha escatimado en agasajar a su nueva aliada. CubaNet rastreó más de 20 notas sobre ella publicadas en sitios cubanos. Desde el MINREX hasta Radio Bayamo hablan de ella. Fuera de la Isla, en cambio, nada se ha publicado sobre la joven.
En un año, Hurtado pasó de ser una española anónima a ser elogiada por Lis Cuesta, la no-primera-dama, quien la calificó en Twitter como “linda, buena y fuerte”. En Cuba, Hurtado ahora viste camisetas con los grados de comandante y ha incorporado a su estilo una boina similar a la del Che. Además la reciben voceros de la dictadura con pasteles y celebraciones.
No en vano la muchacha dibuja a Cuba como el paraíso. ¿En qué país una persona común, como ella, sería recibida por el presidente, invitada a congresos, enviada a París a actividades políticas y entrevistada una y otra vez? Además, ella en Cuba se la pasa genial: Varadero, ron y puros.

Hubo una época en que la epopeya revolucionaria cautivó a artistas e intelectuales reconocidos que quedaron fascinados (algunos por más tiempo que otros) con el boceto que se presentaba al mundo. Pensemos en Gabriel García Márquez, Oscar Chávez, Jorge Castañeda, Antonio Gades, Jean Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Pablo González Casanova, Julio Cortázar, Pablo Neruda, Carlos Fuentes y José Saramago. Pero 63 años después, los artistas evitan que los relacionen con una dictadura. De hecho, hasta cancelan actuaciones en festivales. Ante los ojos del mundo no es bien visto asociarse a un régimen que viola derechos humanos, ya sea en Doha o en La Habana. Entonces, Ana Hurtado es lo que va quedando.

Ella, tan desconocida en España, encontró en Cuba su minuto de fama. Los “políticos locales” le han construido un personaje y la han dotado de la relevancia que no tiene. Su obra se resume al documental Herencia, sobre la música cubana, donde romantiza la pobreza que en Barcelona no padece.
Este material, que no fue exhibido en ninguna muestra medianamente conocida, apenas se proyectó en Cuba en la Casa de las Américas cuando la orden de darle visibilidad fue dada. Pero dicen los medios cubanos que el motivo del ostracismo para su material no es porque sea intrascendente, sino porque no ha tenido a los distribuidores de su lado.
Si se busca a Ana Hurtado en Google, aparecerán muchas notas cargadas de elogios en portales webs con dominio .cu. Fuera de ahí, no hay nada.
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