LA HABANA, Cuba.- Peloteros que antes aparecían como “dignos representantes de la afición”, hoy figuran en las secuencias narradas de un juego como gladiadores a los que la Dirección Nacional de Béisbol les premió con la suspensión de un partido o una Serie.
Medios oficiales evalúan de lamentable, incluso “prevenible”, los episodios de indisciplinas que afectan nuestro béisbol y que tuvo su pico el 17 de febrero pasado, con el encuentro entre Villa Clara y Matanzas. Un pelotero de Matanzas, Demis Valdés Galárraga, agredió con el bate al villaclareño Ramón Lunar, provocándole lesiones en la cabeza. Por este motivo también fueron separados de la actual Serie Nacional el pitcher Freddy Asiel Álvarez y el árbitro Osvaldo de Paula Arias Lazo.
Analistas deportivos, especialistas en psicología deportiva y en masculinidad, reunidos en la Mesa Redonda del 21 de febrero, menudamente coincidieron en que estas actitudes son consecuencia de los antivalores que inundan nuestra sociedad.
“La sociedad, que tiene todos estos problemas, se traslada a una institución sin orden, sin reglamentos, sin normas de comportamiento en un estadio, y se forma esta anarquía que nosotros vimos allí”, comentó el licenciado Oscar Sánchez, subdirector del Órgano Oficial Granma, refiriéndose a una de las causas que desató ésta y otras indisciplinas anteriores en el béisbol.
En tanto se castiga severamente (con multas excesivas) a los aficionados por arrojar botellas o cucuruchos de maní al terreno, los estadios de béisbol se han convertido en espacios autónomos donde prima la violencia e impunidad de jugadores y mentores.
“Se nos ha ido de la mano la militancia ciudadana, ninguna institución va a ser la única encargada de devolver la tranquilidad a los lugares públicos donde están sucediendo todas estas indisciplinas sociales… Si una persona agrede con un bate en cualquier lugar público, esa persona debe ser sancionado por la ley, ¿por qué nuestros atletas son solamente sancionados por la Federación Nacional de Béisbol? ¿Cuándo la agresión puede ser penada por la ley y los tribunales? ¿Por qué las medidas son diferenciadas?”, fue el comentario de Julio César González Pagé. Coordinador de la Red Iberoamericana y Africana de Masculinidad.
La Dirección Nacional de Béisbol, recientemente criticada por el ridículo de Villa Clara en la Serie del Caribe, en Isla de Margaritas, vuelve a estar sobre el patíbulo. Su escueta pronunciación del 18 de febrero en Granma, medida disciplinaria muy por debajo de la esperada por la afición, así como la advertencia y amonestación a comisarios técnicos y managers, hacen pensar que el paternalismos hacia figuras e hijos de glorias deportivas es una necesidad, una especie de supervivencia en detrimento del espectáculo.
Según dijo Francisco García, psicólogo de la Universidad de las Ciencias, la Cultura Física y el Deporte, “Hay que profundizar la influencia psicológica, la influencia ideológica y política sobre los deportistas…Nuestro pueblo no es violento, no es la ideología del cubano, no es la idiosincrasia del cubano. Tenemos infinidad de ejemplos históricos desde la guerra de independencia hasta el momento actual”.
Pero los “ejemplos” nos dicen otra cosa. En el primer partido de Villa Clara contra Pinar del Río, después del regreso de Isla de Margaritas, fueron expulsados el pinareño Donar Duarte y el villaclareño Ramón Lunar. Este último, incluido en el equipo Todos Estrellas de la recién finalizada Serie del Caribe, fue echado por ripostar al pitcher después de un pelotazo. Donar fue objeto de una agresión por parte de un aficionado que lanzó una botella. Este ripostó con ira, devolviendo la botella al agresor.
Hace aproximadamente tres años un pelotero de Industriales, Lisván Correa, bate en mano hizo correr a un pitcher de Santi Espíritu, hecho que desembocó en una gran reyerta entre ambas novenas.
Es risible reconocer que el comportamiento deportivo, después de tanto cordel, se haya ido a bolina. La decadencia moral, la antipatía por el amateurismo impuesto y la aprensión ante determinados privilegios o privilegiados, lo mismo tocan fondo bajo un tablero de baloncesto que entre el montículo o el home-play. Tal como sintetizó la periodista y sub directora del diario Juventud Rebelde, invitada al panel de la Mesa Redonda, “La violencia en el deporte nos remite a las temáticas cotidianas”.
Así como la calle para unos es pasiva y para otros violenta, los espectáculos deportivos tendrán siempre protagonistas guapos y muy poco o nada caballerosos.
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