Sin glorias y con muchas penas, así terminó la Liga Élite del Béisbol Cubano

La Liga cerró el pasado domingo en el estadio Mártires de Barbados de Granma, con victoria 7-6 de Agricultores (Granma-Las Tunas) sobre Portuarios (La Habana-Mayabeque)
Liga Élite del Béisbol Cubano
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LA HABANA, Cuba. – La I Liga Élite del Béisbol Cubano (LEBC) ya es historia; y, según aficionados y entendidos, arroja más sombras que luces sobre el torneo llamado a recomponer la calidad del deporte nacional.

La justa cerró la tarde del pasado domingo en el estadio Mártires de Barbados de Granma, con victoria 7-6 de Agricultores (Granma-Las Tunas) sobre Portuarios (La Habana-Mayabeque). Coincidentemente, hace seis años, otro 22 de enero en la misma plaza y con Carlos Martí también de timonel, los Alazanes de Granma se titularon por vez primera en series nacionales.

Esta vez el triunfo llegó in extremis. A tres out de la corona, los bates de Portuarios se calentaron para fabricar un trío de anotaciones que sirvieron para emparejar el cotejo y mantener vivas sus esperanzas. La escena entonces quedaba lista para el final del noveno episodio, donde Osvaldo Abreu conectó el sencillo de oro que abrió las puertas del campeonato.

Para ganar la final los del Oriente se repusieron a un negativo marcador inicial de tres partidos por uno, materializando una remontada inédita en lides domésticas. De paso Carlos Martí se convirtió en el único mánager invicto en finales de la pelota cubana (4), tomando en cuenta todos los formatos competitivos que se han implementado.

Ahora los campeones tendrán la responsabilidad de representar a la Isla en la venidera Serie del Caribe, a celebrarse en Caracas, Venezuela, del 2 al 10 de febrero.

Trazando la ruta del fracaso

Las críticas a la LEBC comenzaron antes que se diera la voz de ¡a jugar! debido a los nombres dados a los equipos. El tema se había llevado a consulta popular, sin embargo, las denominaciones elegidas no salieron de ese debate y, en casos como el de Portuarios, la identidad de las provincias no se vio representada.   

Luego, la empresa TeamMate y Juan Reinaldo Pérez Pardo, presidente de la Federación Cubana de Béisbol, atizaron las polémicas al mentir en televisión nacional sobre la logística del torneo. Tras asegurar que toda la indumentaria ya se encontraba en el país, el funcionario reapareció para comunicar que el inicio del calendario se debía retrasar debido a demoras en la recepción de los uniformes y otros implementos deportivos. 

Desde el arranque, los estadios vacíos evidenciaron el desinterés de los aficionados por la liga, aun cuando se demandaba una competición de calidad superior en el país. Por demás, también conspiró contra la Liga el horario diurno de las acciones, con las limitaciones de convocatoria que ello implica.

La lid navegó un mar de contratiempos, desde suspensiones de partidos por problemas con la transportación de los atletas, hasta juegos sellados al atardecer para no encender el alumbrado de los estadios. Se vivieron extenuantes jornadas donde se recuperaron partidos y se jugaron los correspondientes al calendario, con mala alimentación y un sinfín de dificultades que atentaron contra el desarrollo del béisbol y el espectáculo.

En la conferencia de prensa posterior al sexto juego de la final, el propio Carlos Martí aseguró que, fuera de la etapa de play-off, “el resto [de la liga] fue un desastre”. Del mismo modo exaltó el esfuerzo que realizaron los atletas, quienes se desempeñaron en condiciones desfavorables: “Hay que hacerles un monumento a los peloteros porque la terminaron”.

Consultado sobre qué se podía hacer para mejorar la Liga, el avezado director respondió: “Hace falta un sinnúmero de cosas. Me refiero a la logística, me refiero a la atención de los atletas, me refiero a buscar otras comodidades que debe tener una liga de este nivel”.

El veredicto de la afición

“Fue un fracaso total, de punta a cabo”, dijo a CubaNet Luis Damián Olano Arencibia, quien apuntó que la única motivación que tuvieron los atletas fue la de disputar el derecho de asistir a la Serie del Caribe. 

Orlando Quesada Noa, por su parte, refirió que la serie no consiguió calar ni siquiera en los aficionados más comprometidos con el pasatiempo nacional. A pesar que sobre la grama del terreno primó la rivalidad, los parámetros de juego no mejoraron respecto a la Serie Nacional, apuntó. 

“Vimos errores en abundancia y un bajón ofensivo que nada tuvo que ver con una mejora del pitcheo, porque incluso las 114 carreras que se anotaron en la final son un récord. Más bien creo que tiene que ver con la calidad de la pelota, que no fue buena, por eso se conectaron tan pocos cuadrangulares”, dijo Quesada. 

Bajo condición de anonimato, una empleada del Estadio Latinoamericano informó que en los play-off el equipo de Portuarios jugó de local en el Nelson Fernández de San José de las Lajas, Mayabeque, debido a la escasa asistencia de público que registró el Coloso del Cerro en la etapa clasificatoria. 

“Allá coordinaron para hacer bulto con trabajadores y estudiantes, para que pareciera que había embullo. En Granma pasó más o menos parecido. Aquí se tenía miedo a que la gente no viniera, porque esta liga no gustó”, comentó la fuente citada. 

Por su parte, Armando Sosa Enríquez, entrenador de categorías infantiles en Arroyo Naranjo, señaló que “ninguna liga experimental va a resolver el problema. Primero hay que priorizar la base”, dijo. “Ahora mismo tenemos una provincial de solo siete juegos, eso no sirve, así no se desarrolla  nadie”, concluyó.

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