Béisbol infantil en La Habana, con más ganas que recursos

En los últimos años, el desarrollo de los entrenamientos y torneos infantiles se debe en gran medida a la colaboración de entrenadores y padres
Béisbol infantil, Cuba
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LA HABANA, Cuba. – Más allá de talento, convertirse en pelotero de alto rendimiento requiere una importante cuota de sacrificio. Además, son imprescindibles una serie de condiciones materiales que escasean en las categorías infantiles de la pelota cubana, donde el desarrollo de los jóvenes atletas depende del esfuerzo económico que puedan realizar sus familias.

Aunque se trate del deporte nacional, la falta de recursos también golpea al béisbol. En los últimos años, el desarrollo de los entrenamientos y torneos infantiles se debe en gran medida a la colaboración de entrenadores y padres, que son quienes consiguen uniformes, guantes, bates, pelotas y demás implementos deportivos necesarios para jugar.

Bajo esas circunstancias, por estos días se celebran en la capital los torneos provinciales para atletas de cinco a 14 años –categorías inferiores–, en la Ciudad Deportiva. En la semana de receso escolar, desde horas tempranas los niños jugaron partidos corridos con breves minutos de descanso intermedio, sin merienda ni agua garantizada por los organizadores.

Partido de la categoría siete-ocho años en La Habana (Foto de los autores)Con la vuelta a las aulas los juegos se celebran los fines de semana, en sesiones consecutivas de mañana y tarde. 

En medio de la actual crisis del transporte, trasladar a los niños hasta la Ciudad Deportiva fue el primer problema que enfrentaron los padres. Aquellos que viven en municipios periféricos como Cotorro, Habana del Este, Arroyo Naranjo, La Lisa o Guanabacoa tuvieron que rentar guaguas colectivas como opción más barata.

“Mejor me callo lo que cuesta el transporte, la merienda y todo lo demás. El INDER [Instituto Nacional de Deportes Educación Física y Recreación] no ayuda en nada, es como si no le importara. Menos el terreno de juego, los padres tenemos que poner todo aquí”, dijo a CubaNet Nelson Madrigal Pérez, cuyo hijo conforma la nómina del municipio Guanabacoa en la categoría siete-ocho años.

Los torneos infantiles se mantienen funcionando por la colaboración de padres y entrenadores (Foto de los autores)

Conseguir los implementos deportivos para que su hijo pudiera jugar, reconoce Madrigal, fue la parte más compleja. En Cuba solo se venden en las tiendas en moneda libremente convertible (MLC). Un guante de baja calidad cuesta más de 40 MLC, equivalentes en el mercado informal a más de tres veces el salario que paga el régimen a muchos trabajadores. 

Desde 2013 la Federación Cubana de Béisbol (FCBA) permite la contratación de peloteros criollos en ligas profesionales, recibiendo el 20 por ciento del dinero pactado en cada una de las firmas. Supuestamente, parte de estos ingresos serían utilizados para mejorar las condiciones de la práctica de la disciplina en todas las categorías.

Sin embargo, los recursos se destinan a mantener viva la Serie Nacional. Hacia las categorías infantiles apenas gotea dinero, al punto que niños con gran talento no pueden hacer el grado municipal porque no cuentan con sus propios implementos deportivos.

“Como padre lo ‘tiro todo’ para delante [gasto], pienso que es una inversión a largo plazo. Después de eso la responsabilidad es de él –dice señalando al hijo–, sabe que le toca ‘meter el huevo en el tornillo’ [sacrificarse] y explotar su talento. Por lo menos tiene que intentarlo en serio, el esfuerzo no puede ser por gusto”, destacó Madrigal.

Béisbol infantil, Cuba
La práctica infantil del béisbol en sufre la grave escasez de recursos (Foto de los autores)

La cuota de dificultades no resulta menor para los entrenadores. Según apunta Ismael Rodríguez Tomás, uno de los instructores de la categoría siete-ocho en San Miguel del Padrón, escasean las pelotas de goma que se deben usar para proteger a los niños.

“Sin esas pelotas y los guantes es complicado enseñar dos de los principales aspectos metodológicos de la etapa: batear y fildear. La pelota es el deporte que más talentos puede captar, pero si después de eso la Dirección Provincial de Béisbol no ayuda, realmente no podemos hacer mucho para que los niños aprendan”, aseveró Rodríguez.

Profundizando en el tema, Osmel Montesinos Alfonso, profesor de la categoría 10-12 en El Cotorro, argumentó que, si las autoridades deportivas no se interesan por mejorar la atención a la práctica de la disciplina, a la vuelta de unos cuantos años “en Cuba se va a jugar pelota de manigua”. 

Al respecto, el entrenador invitó a constatar el pésimo estado de los terrenos donde se preparan las nuevas generaciones de atletas. 

“La hierba se los está comiendo, lo tenemos que chapear nosotros mismos para poder entrenar. Uno lo hace por amor a este deporte, se crea un compromiso con los padres y los propios muchachos. Pero luego [las autoridades deportivas] te quieren exigir resultados, se les olvida que para comer pescado hay que mojarse el fondillo”, sentenció Montesinos.

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