LA HABANA, Cuba.- Cuando Emilio Sabourín organizó el primer juego oficial de béisbol en Cuba, el 27 de diciembre de 1874, no podía sospechar que estaba marcando el inicio de una pasión. El joven, que había aprendido los fundamentos de ese deporte en las universidades estadounidenses, se desempeñó como jardinero izquierdo de varios equipos de La Habana, y estuvo presente aquel día en que se enfrentaron los equipos Habana BBC (Baseball Club) y Matanzas BBC en el terreno de Palmar de Junco, provincia de Matanzas.
Ya desde el año 1865 un grupo de jóvenes que estudiaba en la universidad de Harvard practicaba el béisbol como entretenimiento y poniendo reglas a discreción, pues no dominaban los aspectos organizativos. En el barrio capitalino El Vedado se reunían los aficionados con frecuencia para topes amistosos entre equipos de diez integrantes.
A pesar de que las autoridades españolas veían con desconfianza tales encuentros, el juego se fue haciendo cada vez más popular en La Habana y el interior del país, al punto de que en 1868 el entonces Capitán General de la Isla, Francisco de Lersundi, prohibió por decreto la práctica del béisbol en territorio nacional, por considerarlo “un juego antiespañol y de tendencias insurreccionales”.
Pese a la prohibición y al crispado ambiente político de aquellos años, los cubanos siguieron jugando pelota en abierto desacato a las autoridades. En 1874 quedaron conformados los dos equipos que tuvieron el honor de protagonizar aquel juego inaugural en Palmar de Junco; el inicio de una tradición que convertiría al béisbol en deporte nacional de Cuba.
El partido de marras terminó con un marcador de 51 carreras por 9 a favor del Habana Baseball Club, y aunque existe un relativo consenso sobre aquel tope como el primero con carácter oficial, algunos historiadores insisten en que fue el 29 de diciembre de 1878 —cuatro años después—, fecha en que fue inaugurada la Liga Profesional Cubana con el choque entre los equipos Habana y Almendares en los terrenos que hoy ocupa el Hospital Materno “América Arias”, en la calle Línea.
Sin importar el año, o si ocurrió en La Habana o en Matanzas, lo cierto es que la segunda mitad del siglo XIX vio nacer algo grande para Cuba, que a día de hoy, y a pesar de los pesares, sigue siendo beisbolera hasta la médula, cantera de excelsos peloteros que lo han ganado todo, y de una afición incondicional.
Recibe la información de CubaNet en tu celular a través de WhatsApp. Envíanos un mensaje con la palabra “CUBA” al teléfono +525545038831, también puedes suscribirte a nuestro boletín electrónico dando click aquí.
