MADRID, España.- Este 18 de octubre se cumplen 43 años de la muerte de Virgilio Piñera, uno de los más grandes escritores cubanos del siglo XX.
Nacido el 4 de agosto de 1912, realizó sus primeros estudios en Cárdenas, Matanzas, su ciudad natal, pero a los trece años se instaló con su familia en Camagüey, hasta que en 1938 se mudó a La Habana, donde se doctoró en Filosofía y Letras en 1940.
Al año siguiente Virgilio Piñera publicó Las Furias, su primer poemario, y Electra Garrigó, una de las obras cumbres del teatro cubano. En 1943 publicó su extenso y reconocido poemario La isla en peso.
En 1944 comenzó a colaborar con la revista Orígenes, fundada ese año por los escritores José Lezama Lima y José Rodríguez Feo.
Dos años después viajó a Buenos Aires, donde estuvo de manera interrumpida hasta 1958. En la capital argentina conoció a grandes escritores como Jorge Luis Borges, Graziella Peyrou y José Bianco. Este último prologó su volumen de cuentos El que vino a salvarme, publicado por la Editorial Sudamericana.
En 1948 escribió Falsa alarma, obra precursora del teatro del absurdo. Su primera novela, La carne de René, apareció en 1952.
Tras la desaparición de la revista Orígenes, en 1955, fundó junto a Rodríguez Feo la revista Ciclón, también representativa de la literatura cubana.
Aunque había escrito cuentos aislados para diferentes sitios, su primera compilación de relatos, Cuentos Fríos, se publicó en 1956.
De regreso a Cuba, en 1958, colaboró en el periódico Revolución y en su suplemento Lunes de Revolución, que dirigía Guillermo Cabrera Infante, fue miembro del consejo de redacción.
Tras el triunfo de la Revolución cubana comenzó a ser perseguido por su orientación sexual, su atrevida proyección artística y sus diferencias ideológicas.
En 1961, cuando Fidel Castro presentó su dogma para la política cultural revolucionaria, durante una reunión en la Biblioteca Nacional, Piñera se atrevió a responder: “Solo quiero decir que tengo miedo de lo que se nos pueda exigir o pedir”.
En 1971, a partir del Congreso de Educación y Cultura, que dio inicio al funesto periodo denominado Decenio Gris, Virgilio fue condenado al ostracismo, a pesar de su comprobada grandeza como escritor.
Durante todos estos años y hasta su muerte, el 18 de octubre de 1979, estuvo excluido del mundo intelectual.
Como recuerda el periodista Jorge Luis González Suárez en un artículo para CubaNet, durante ese tiempo Piñera “acudía asiduamente a la cafetería que estaba ubicada frente al Hotel Capri, a donde iba a comer y a reunirse con algunos de los pocos amigos que todavía se atrevían a tratarlo”.
Este hecho dio origen, años después, a la obra teatral de José Millán titulada “Si vas a comer, espera por Virgilio”.
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