LA HABANA, Cuba.- En los años 70, para los habaneros amantes del rock, Pepino (Jorge Luis Fernández Pita es su nombre) era un héroe guitarrístico. Era lo más parecido a Jimmy Page o Ritchie Blackmore que teníamos a mano en aquel tiempo de prohibiciones en que uno salía para una fiesta donde tocara algún grupo y podía terminar en un calabozo, y lo que era peor: con la melena cortada y fichado como antisocial por la Policía Nacional Revolucionaria.
De hecho, más de una vez, como aquella en Santa Fe, el propio Pepino fue arrestado en alguna redada policial y encerrado en un calabozo. Todo por tocar rock, “la música del enemigo”.
No obstante –los jóvenes no entienden de riesgos y menos de prohibiciones-, había muchos grupos de rock en aquella época en La Habana: Los Gnomos, Los Kents, Dimensión Vertical, Almas Vertiginosas, Sesiones Ocultas, Los Pencos, Los Jets, Los Signos, Los Pacíficos.
Pepino tocó en Los Barbas, a los que, a diferencia de los demás grupos, sí los ponían por la radio y la TV, a condición de que no cantaran en inglés (¿se acuerdan de “Es tiempo ya de terminar”, su versión de Honky tonk woman”?). Pero cuando Pepino entró en Almas Vertiginosas fue que se hizo famoso entre la fanaticada rockera. Y no era para menos. Pepino, cuando tocaba covers, mayormente de Led Zeppelin o Deep Purple, no copiaba los solos, sino que hacía largas improvisaciones, descargaba, a la manera del jazz-rock.
Como casi todos los demás protagonistas del rock habanero, Pepino tuvo que tomar el camino del exilio. Hoy tiene 64 años, vive en Miami Beach y es músico de sesión. Recientemente intervino en una ambiciosa obra de Mike Porcel: Ecos, suite para orquesta y banda de rock.
Aunque Pepino se ha abierto a otros géneros, particularmente al jazz, su corazón sigue siendo rockero. No pierde ocasión de descargar con sus colegas de los viejos tiempos. Hace unos años disfrutó mucho tocar con Los Kents en Miami.
Me encontré a Pepino hace unos días, en Miami Springs, en el cumpleaños de un amigo común, y accedió a responder estas preguntas para CubaNet:
¿Cómo te iniciaste en la música?
La música me llamó la atención desde que yo era un niño. Recuerdo sentarme a oír con mi tía los programas musicales de la época. Me impresionaban mucho los sonidos de las grandes orquestas, las big bands. En casa de unos vecinos vi por primera vez una guitarra y fue amor a primera vista. Ya más adelante empecé a dar los primeros pasos con una guitarra que me prestó un amigo hasta que los tres acordes que me habían enseñado se me hicieron aburridos y fue cuando me decidí a estudiar seriamente la música, que para mí es algo sagrado, como una religión
¿Cuáles fueron tus primeras influencias?
Son muchas las influencias que vinieron en varias etapas. Mis primeras fueron como las de muchos jóvenes de mi generación, los Beatles, los Rolling Stones, y más adelante, Led Zeppelin, Deep Purple, Jimi Hendrix, Jeff Beck, hasta que descubrí a Weather Report, cuya música fue un punto de partida para indagar en los grandes del Jazz. Hoy siento que mis influencias son muy variadas, puedo decir que toda la música que sienta que es honesta y sincera ha marcado una huella en mí, desde José Antonio Méndez hasta Debussy.
¿Cuál es tu mejor recuerdo de cuando eras una estrella del rock undergound habanero? ¿Y el peor?
Nunca me consideré una estrella, como dices, simplemente disfrutaba tener una guitarra en mis manos y poder expresar todo ese torbellino de emociones cada vez que tenía la oportunidad de tocar para el público. Para mí, esos momentos quedaron grabados como mis mejores recuerdos de esa época. ¿Mis peores recuerdos? La falta de recursos y por supuesto, el hostigamiento que hubo contra el rock.
¿Qué queda en ti de aquel rockero de los 70?
Interpreto y trato de recrear todo esa amalgama de influencias que hay en mí partiendo de la base de que el rock es como mi casa, de la cual salgo y exploro muchos géneros, pero siempre regreso, es donde me encuentro cómodo y seguro. Si eso se puede interpretar como fusión o jazz rock me imagino que no ha cambiado para nada
¿Te has arrepentido alguna vez de haber partido al exilio?
Por supuesto que no. Me considero un ciudadano del planeta Tierra y considero que hubiera sido muy triste y aburrido haber estado imposibilitado de conocer y permearme de toda esa maravilla que es el planeta con sus distintas culturas. Desafortunadamente, en el momento que yo salí de Cuba eras despojado de tu ciudadanía, tus bienes, tu carrera, en fin, de todo lo que te pertenecía como ser humano. Muy humillante, pienso yo.
¿Qué haces actualmente?
Acabo de terminar de grabar un interesante y atrevido proyecto, Ecos. Es una suite para orquesta y banda de rock del compositor y amigo Mike Porcel producido por el también amigo Ricardo Eddy Martínez y el genial Ed Calle. Ahora estoy grabando un disco con el grupo Poem. En fin, hay muchos planes por venir. Me gustaría decir antes de despedirme que si en mis presentaciones pude llegar aunque sea a una sola persona en la audiencia, es la mayor recompensa que haya podido tener como músico y como ser humano. Muchas gracias por sus recuerdos y que viva la buena música.