LA HABANA, Cuba.- La alta costura cubana, después de décadas de estar confinadas a espacios reducidos detrás de algunas vidrieras de la isla y solo para algunos compradores extranjeros, ha querido salir a las pasarelas por tercera ocasión, a través de la Semana de la Moda en La Habana (SMH), que desde este 25 y hasta el domingo 29 de octubre, tendrá como sede el Antiguo Almacén de la Madera y el Tabaco en La Habana Vieja.
Lo que fue en su primera edición un proyecto independiente, como iniciativa de un grupo de diseñadores y artistas interesados por rescatar tradiciones textiles y realzar la calidad de estas producciones en los jardines de la Casa de la Amistad en el Vedado, se ha convertido hoy, según miembros del comité organizador, en un evento netamente dirigido por instituciones gubernamentales de cultura.
Para directivos del Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC), la Semana de la Moda no podía ser un proyecto completamente autónomo. “Estas pasarelas se prestaban para desfiles atrevidos y para mostrar colecciones de diseñadores que tenemos bajo estricta vigilancia, por lo que desde la segunda edición en el Gran Teatro de La Habana, tuvimos que tomar las riendas del evento junto a la Asociación Cubana de Artesanos y Artistas (ACAA) y el Ministerio de Cultura”, precisó un trabajador del departamento del Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC), que prefirió mantenerse en el anonimato.
A pesar que la segunda edición estuvo marcada por la prensa independiente interesada en el evento, el Departamento de Divulgación del FCBC, para esta ocasión, mantiene bajo su control los medios autorizados acreditados. Al respecto comentó a CubaNet María Salomé Morales, fundadora y miembro del Comité Organizador: “Se sale de mis manos, el evento es mío y la divulgación de todos los medios nos favorece, pero como estas instituciones me patrocinan una vez más, ellos tienen el derecho de acreditar a los medios que deseen”.
Bajo el eslogan, “Artesanía e Identidad”, este año realizarán un homenaje al legado de la decana de los diseñadores, la señora Carmen Fiol, quien falleció el pasado 14 de diciembre a sus 92 años de edad dejando una amplia gama de piezas sin concluir, los cuales se mostrarán en el desfile inaugural gracias a la labor de su hija y un grupo de alumnas que hoy trabajan en su sede, en la calle 19 del Vedado.
En su último año de vida, tuve el placer de conocerla y entrevistarla con motivo del histórico desfile de Chanel en el Paseo del Prado y a la que estuvo invitada, y ante la interrogante de que si el cubano de hoy vestía mejor que hace 20 o 50 años, respondió: “No, nunca. La enseñanza se interrumpió. Una modista de alta costura tenía siempre seis o siete personas aprendiendo, pero cuando triunfó la revolución eso se quedó así, y eso es lo que tenemos hoy, que se carece de personas que verdaderamente sepan y quieran aprender hacer las cosas como tienen que hacerse: con una buena terminación, con una buena costura, con una buena presentación, eso no aparece”.
Con participantes de ocho provincias cubanas, esta edición de la SMH contará con piezas de diseñadores de Pinar del Río, La Habana, Matanzas, Cienfuegos, Villa Clara, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila y Santiago de Cuba, con lo más novedoso y lo mejor de las piezas textiles que se realizan en las afueras de la capital.
Alaín Marzán, diseñador santiaguero, por segunda ocasión lleva a la SMH su última colección, “me enfoqué en mejorar mis diseños para mostrarlo en esta plaza, espero que gusten tanto como la de otros diseñadores reconocidos, y aunque no contamos con una industria que nos ampare, mis piezas solo son exhibidas en desfiles como este”.
Los trajes de novia, vestidos de gala, accesorios de playa y una colección para los más pequeños de casa, también será parte de esta jornada, que en 46 desfiles mostrarán variadas modalidades, desde textiles hasta bisutería y orfebrería.
Jesús Frías, representante del Comité Organizador, detalló a medios oficialistas que la clave está en potenciar la labor de nuestros artesanos y artistas: “La semana de la moda debe seguir siendo un certamen inclusivo, sin perder la calidad, autenticidad, elegancia, estilo y cubanía”.
Oscar de la Portilla es artista plástico y diseñador cuyo trabajo se caracteriza por la técnica del estampado y el entintado a mano, con más de 20 años en el diseño textil. Refiere que les es cómodo trabajar cualquier tipo de tela, desde la ropa de playa hasta la de ocasión, mostrando a sus clientes cómo usar sus prendas.
Comenta que su colección es muy limitada porque la hace a mano. Por eso la hace exclusiva. “Pero el problema va en que nosotros no tenemos una industria textil que nos ampare y reproduzca los diseños de los diseñadores cubanos”, selló el modisto.
Diseñadores como Freixas, Mariela Alemán, Annia Ferrer, Viera Reinoso, Rosa Xiomara Valdés, repiten este año en una semana de la moda, que atrae a un público esperanzado de algo diferente a lo que se comercializa en las tiendas recaudadoras de divisas (TRD) o lo que importan las “mulas” de los países de libre visado, pero que pueden comprar con facilidades de pago.
Aunque la industria textil cubana, aún no se digna de reproducir las prendas de algunos artistas cubanos, muchos espectadores anhelan con ansias vestir los diseños de sus diseñadores favoritos, o solo se resignan a ponerse las limitadas ofertas de las TRD.