Ciudad de México, México.-Su rostro y nombre ya son ampliamente conocidos por los amantes de las telenovelas mexicanas. Desde 2010 la joven actriz debutó en el género y desde entonces ha tenido un éxito tras otro. Hablamos de Livia Brita, actriz de origen cubano.
Nacida el 21 de julio de 1986 en Ciego de Ávila, la intérprete tenía el gen artístico en su sangre. Livia es hija del actor Rolando Brito(recordado por su personaje en “Hermanos”) y la bailarina Gertrudis Pestana. Por lo que desde pequeña se sintió atraída por el mundo del espectáculo.
A los 13 años la familia de la actriz salió de Cuba, anhelando una mejor vida y aterrizaron en México.
Brito tenía claro su sueño de convertirse en actriz así que comenzó a cursar estudios en el Centro de Estudios Actorales de Televisa. Al egresar tuvo grandes oportunidades laborales, pudiendo participar en muchas telenovelas.
La primera fue “El triunfo del amor” y le llegó en 2010. En esta producción mexicana, comparte créditos con el cubano William Levy y con la mexicana Maité Perroni.
Después hizo otros papeles, pero su primer protagónico fue en 2013 con la telenovela “De que te quiero, te quiero”. Casi 10 años han pasado pero Livia continúa ganando protagónicos y asegurando su lugar como una de las actrices más populares en México
La protagonista de “La desalmada” ha destacado no solo en la actuación, sino también en el modelaje y la conducción.
¿Cómo fue su infancia en Cuba?
En una entrevista para el canal de Yordi Rosado, la artista compartió que su niñez en Cuba fue muy difícil.
“El almuerzo era arroz con frijoles y yo me quedaba con hambre, mi hermana también”, dijo. “Carne ni hablar , eso no existía. Eran días especiales cuando había bistec de cerdo”, agregó.
Para poder alimentar a su familia, su padre usaba su auto y trabajaba extra como taxista para extranjeros.
“Vivíamos las mismas dificultades que pasaban todos, no teníamos dinero, no teníamos qué comer. Aunque él aparecía en la tele, teníamos lo mismo, y era muy difícil ser taxista para su ego, porque la gente llegaba y le decía ¿Pero tú eres taxista? De alguna forma, denigrando el trabajo de taxista. O sea yo me estoy ganando el dinero para alimentar a mis hijas, tenga que hacer lo que tenga que hacer”, expresó Livia.
Pese a las carencias ha contado que en general tuvo una infancia feliz y le gustaba jugar en las calles , sobre todo a las bolas o chinatas.