LA HABANA, Cuba. – El artista independiente Luis Manuel Otero Alcántara está ligado de forma espiritual y artística a San Lázaro. En el 2012 el creador comenzó un ciclo de performances que tenían como base el sacrificio religioso como mensaje en la obra del artista.
CubaNet se acerca a Luis Manuel en la fecha de la festividad de San Lázaro, para conocer por qué es tan recurrente la figura del santo en su creación.
“Una de las cosas que tenemos que inculcar en el cubano contemporáneo es el sacrificio, pero no el sacrificio de la autoflagelación es el sacrificio del trabajo. Trabajar por una Cuba libre, por prosperar, trabajar por todo. A pesar de que la realidad te empuja hacia otro lado (…) Estamos hablando de la gente que pueda hacer cosas por nuestro país”.
Para el artista San Lázaro representa la imagen del cubano, y se muestra satisfecho con la presencia de la figura de papel maché, realizada en el 2012, que sirve como imagen de adoración en una casa de devotos.
“En el primer performance yo pensé donarlo, parte de la obra era que desapareciera ante el tejido popular, que la gente lo adorara, la gente fuera y le pidiera (…) Lo que hice fue una especie de convocatoria popular, hablé con varias personas para ver quién quería quedarse con la obra y de momento hubo muchos insistentes. Lo dejé en la casa de quienes lo han cuidado y venerado.”
El San Lázaro negro del artista que está de forma permanente en la calle Omoa entre Román y Fernandina, ha pasado a ser el Babalú Ayé del Cerro. Al lugar llegan los creyentes de toda Cuba a venerarlo, ofrecerle sacrificios y pedirle milagros.
“La obra se mantiene viva y eso para mí es importante (…) Mi obra es intimista y también para el exterior. Pero muchas de mis obras son una especie de autoreconocimiento y autosanación, y esa obra sigue siendo espectacular.”
En el 2017 el artista continuó el ciclo de performance realizando una peregrinación de tres días hasta el Santuario Nacional del Rincón.
“Mucho de mi obra es como experiencias vividas en el momento. Es muy difícil mirarla como el performance y la foto; es difícil hablar de una foto, de un video; es experiencial. Lo que hago es como una especie de laboratorio vivo que va pasando minuto a minuto. La Seguridad del Estado me apresó tres días, yo en el calabozo con la piedra atada al tobillo. Cuando me soltaron todo el mundo pensó que no iba a seguir, y seguimos. Todos esos ejercicios de resistencia son parte de mi obra.”
Luis Manuel continúa proponiendo en su obra artística desafíos que se asemejan el sacrificio que ofrecen los devotos de San Lázaro. Luisma asegura que asume las consecuencias de su promesa, aportar al cambio que necesita Cuba.
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