LA HABANA.- La #00 Bienal se apoya en el rating que ha generado la represión contra sus organizadores, Luis Manuel Otero Alcántara y Yanelys Núñez. Además, se enfrenta a una campaña de difamación y crea una identidad sólida con carteles, pullovers y otros productos para promocionarse.
Según Luis Manuel Otero Alcántara la imagen que “han construido es la de que somos una contrabienal”.
“Que está en contra de la Bienal oficial y de quienes la organizan”, y peor aún, “en contra de los artistas y en contra del arte”, añade Yanelys Núñez.
“También se ha generado un rumor de que, como Luis Manuel es un artista político, la Bienal va a tener un perfil político o que el tema de la Bienal va a ser el arte político, el arte contestatario, el arte que se enfrenta al Gobierno y no es el caso”, continúa Núñez hablando como curadora del evento. “La Bienal tiene un tema libre con un tópico que dice: ‘En cada estudio una Bienal’, y es de algún modo decir que todas la iniciativas, institucionales y privadas, son bienvenidas, y eso va desde el arte más conceptual a la pintura más ornamental o que no tenga un perfil beligerante, contestatario o no”.
La convocatoria de la Bienal demuestra que los bandos de “buenos y malos” los ha creado el Gobierno porque “está abierta a los curadores que trabajan en las instituciones y a todo el que quiera involucrarse, como a los artistas que tengan proyectos durante ese tiempo y quieran decir: mi proyecto estará en tal espacio, yo quiero que forme parte de la Bienal”.
Lo que fuera en un principio un idea de “cuatro frikis” que se dijeron: “Ah, ¿suspendieron la Bienal? Vamos a hacer una Bienal”, como confiesa el mismo Alcántara, con toda la represión desatada a cada paso del artista más la solidaridad de muchos, la Bienal #00 se ha vuelto más visible de lo que ellos creían que sería y por tanto, ha generado “más responsabilidad”, de ahí que empezaran “este trabajo en serio”.
Entonces, “fue cuando salimos a buscar diseñadores, programadores ‘pro’ de verdad, para que todo fuera más profesional”, y Núñez habla del lanzamiento que habrá en las redes sociales en el que “diremos de algunos artistas, pero de otros no revelaremos sus nombres para evitar que los presionen antes de la fecha”, y la nueva estrategia es ganar en tiempo, y no quemar las naves porque como mismo muchos se han acercado para decirles “vamos a participar porque tenemos fe en el arte”.
Otros les han confesado su miedo a perder “las prebendas que les da el gobierno”.
Para los organizadores del evento es importante resaltar que tanto las bienales de artes plásticas como los festivales de cine y las ferias del libro son proyectos culturales que “han aportado algo a la sociedad o que han ubicado a Cuba en el panorama mundial”, y que ante un cambio supuesto debieran ser rescatados “bajo nuevas filosofías, nuevas propuestas”.
Y una de esas nuevas propuestas es tratar de subvertir el sentido del acceso al arte.
“No queremos que sean los artistas reunidos en sus estudios”, puntualiza Núñez. “La intención es que la gente se entere y vaya. Incluso, hay gente que no tiene espacio y va a reacomodar su casa para exponer o ayudar a que otra gente lo pueda hacer”.
Para la curadora, “los espacios independientes han demostrado que tienen proyectos más profundos y más aceptación que las instituciones cubanas que se han convertido en exportadoras de obras”.
Aunque parte de la estrategia de descrédito es “decir que la gente tiene que hacer lo que yo quiero y que va a haber un gran enfrentamiento político contra el sistema”, tanto Luis Manuel como Yanelys, se proponen “demostrar que el arte debe tener su propio espacio”, y que según ellos “va desde que los cines abran todos los días y cierren a las doce de la noche hasta que cada artista pueda tener su espacio y que nadie les esté machucando ni persiguiendo”.
Todavía está por verse si estos artistas logran crear el “espacio de libertad” que pudiera ser una Bienal totalmente independiente, pero analizando el panorama cultural cubano actual en el que no escapa nadie a la censura, el interrogatorio por agentes que nada saben de arte, más los arrestos y los operativos policiales, del 5 al 15 de mayo, que es la fecha prevista, puede que se desate un infierno en La Habana.