LA HABANA, Cuba.- Con el propósito de difundir su obra, que sobresale entre las más importantes, críticas, sistemáticas y coherentes en el ámbito del arte urbano en Cuba, Yulier P recién acaba de abrir su propio canal en YouTube.
De acuerdo con declaraciones del artista, la idea ha surgido como una alternativa contra la censura que sufre su obra pero, además, como respuesta al acoso constante de la policía política, conocida por criminalizar toda forma de expresión artística contestataria e independiente de las instituciones culturales del régimen.
“Se esfuerzan por volverme invisible y simplemente acudo a los modos de divulgar mi obra con los que cuento, sin depender de nadie”, comenta Yulier P, que además rememora cómo hace algunos años fue “regañado”, y posteriormente “castigado”, luego de ofrecer entrevistas a medios de prensa alternativos como CubaNet, quien fuese el primero en divulgar sus grafitis, así como el de otros jóvenes artistas cuyas obras hoy son indispensables no solo al hablar del tema urbano en la Isla sino de la plástica contemporánea.
“Hicieron que me botaran del taller donde trabajaba en Prado. Un taller a donde la gente acudía a ver mi obra, a comprar mis trabajos, después querían que borrara mis grafitis, a pesar de que tengo por principio no vandalizar ningún espacio público, por el contrario, busco llamar la atención sobre el deterioro de una ciudad, sobre el abandono, pero también sobre la pobreza, el hambre, la tristeza de la gente que vive en esta ciudad. Por ahí viene el conflicto”, explica quien jamás ha cedido al miedo, a pesar de que en varias ocasiones ha sido detenido y encerrado en calabozos.
“No quieren que pinte en los muros, pues lo hago en piedras, en las mismos escombros de los edificios en ruina, y los dejo allí mismo como un regalo. Ahora nadie puede acusarme de nada. Son regalos”, ironiza el artista.
Al igual que Yulier P, son numerosos los creadores independientes en Cuba que han encontrado un espacio de oportunidades en internet, ya en las redes sociales, en las distintas plataformas alternativas, como en los llamados “paquetes semanales” —que circulan en medios de almacenamiento portátiles por todo el país— y en los diversos medios de prensa no oficialistas.
Cada día que pasa son más las personas con talento que no se resignan a esperar por la aprobación del régimen ni a someter sus obras a los filtros de la censura oficialista, más preocupada por ofrecer al mundo una imagen falsa de consenso que por asegurarle a los artistas un ambiente de plena libertad creativa.
Hagamos nosotros también nuestro aporte como periodistas o espectadores, y contribuyamos a difundir sus obras, hacerlos más visibles, con el simple gesto de visitar sus páginas y sitios en internet, que sería también un modo de infundirles aliento y brindarles algo de protección.
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