LA HABANA, Cuba.-Durante todo el mes de junio ha permanecido en cartelera Arrivals, un performance en escena de la compañía de teatro El Ciervo Encantado que dirige la prestigiosa dramaturga Nelda Castillo. La pieza completa un díptico sobre el tema migratorio cuya primera entrega fue la controversial Departures, estrenada en 2017 con gran afluencia de público y merecido reconocimiento por parte de la crítica.
Resultante de una acuciosa investigación en la cual colaboraron importantes figuras de las artes escénicas cubanas, Arrivals es el testimonio de quienes regresan a la Isla desde el extranjero, trayendo consigo lo que Alejo Carpentier describió en su novela Concierto Barroco como “un baúl mundo a cuestas”.
En ese proceso largo y agotador que es hacer las maletas se concentra todo el drama de la protagonista, encarnada por la insuperable Mariela Brito. Relata el drama de un país entero al que el estatus de “normalidad” sigue siendo esquivo, mientras sus ciudadanos depositan algunas esperanzas en familiares o amigos que tienen la suerte de poder viajar.
La maldita circunstancia no es, en este caso, el agua por todas partes; sino la condición de ser cubano, un sujeto que porta en cada viaje una lista con los encargos propios y ajenos. Pedidos que van desde el televisor de plasma y libros que no se publican en Cuba, hasta tintes para el cabello, zapatos, desodorante, pasta dental, sazones, aceite de oliva, ropa interior, ungüentos analgésicos, café, tornillos, expansores…; porque en Cuba hace falta absolutamente de todo.
Arrivals es una obra marcada por silencios elocuentes, con una voz en off que enumera el contenido de las listas y dos temas musicales de alto valor simbólico, que acompañan el inicio y final de la puesta en escena: Va pensiero (Coro de los Hebreos) de la ópera Nabuco, de Verdi; y Bolero, de Ravel. La primera, muy a tono con la nostalgia por la patria perdida; mientras la segunda establece un ingenioso paralelismo entre el canon que va ganando intensidad con la suma de los instrumentos, y el equipaje al que se va sumando todo lo que se necesita en el país de los discursos y planes quinquenales.
Con la inclusión de ambos clásicos, Nelda Castillo busca precisar que la atribulada protagonista devenida en “mula”, posee cierto nivel cultural. Es una manera de reflejar que cada cubano que viaja, sea cual sea su extracción social, formación profesional o grado científico, ha pasado por el trance de tener que cargar como una bestia para proveer a los suyos.
Quizás fue una obra muy dilatada para el gusto del público; pero quienes se han visto en esa situación saben que preparar el equipaje de regreso requiere horas, paciencia y excepcionales dotes organizativas. Y que se termina adolorida, con un cansancio del alma y una aguda crisis existencial.
Mariela Brito estuvo perfecta en su interpretación, sin omitir el menor detalle. Desde la escena inicial en que aparece rodeada de cosas con solo dos maletas en las cuales todo tiene que caber, hasta ese gesto casi inadvertido de doblar cuidadosamente las bolsitas de Macy´s, Sears, H&M, VALSAN, Walgreens… y apretarlas contra el corazón para acto seguido guardarlas en el equipaje.
Podría parecer frívolo atesorar unas simples bolsas de plástico; pero son tan lindas, coloridas y resistentes que se verían muy bien en un entorno feo, gris y derruido, aunque solo sea para aportar un matiz distinto. Irónicamente, las cadenas comerciales del “enemigo”, los logos e imagotipos del “enemigo” son de la mayor utilidad en Cuba, donde es muy bien recibida una bolsa de Forever 21 con un paquete de café Pilón y una pasta Colgate dentro. Por absurdo que parezca, ello podría significar el mejor regalo de cumpleaños para muchos cubanos.
Tal vez Arrivals no figure entre las producciones más gustadas de El Ciervo Encantado, pero posee la virtud de transmitir que algo tan añorado como un viaje al extranjero, trae consigo una dosis de amargura. El expresivo rostro de la actriz con las maletas hechas, hundida entre tantos paquetes y el vigoroso crescendo del Bolero llenando la sala, desnuda el profundo patetismo de una circunstancia que refrenda cuán mal está Cuba.