(Nota de la Redacción: Esta misiva llegó al buzón electrónico de de la redacción de CubaNet, desde una dirección de correo Nauta. La hacemos pública a petición del autor)
EN ALGÚN LUGAR DE CUBA.- Despues de haber leído por algún tiempo los boletines de CubaNet , hoy por fin decido escribir algo. Hacer uso de algunas palabras para canalizar la angustia, el sufrimiento salpicados de dolor y frustración y también un tanto de desesperanza, que provoca vivir en una sociedad fallida y moribunda como lo es la nuestra.
No escribo para hacerme famoso, tampoco lo hago por bonificación económica alguna, lo hago porque me siento en la necesidad de hacerlo. De hecho preferiría mantenerme en el anonimato. Y las razones son más que obvias.
Soy un joven cubano de 18 años perteneciente a esta nueva generación, que comienza a transitar por este mundo —hasta ahora desconocido para mí— de las WiFi , el Facebook, Twitter y otras bondades de la red de redes. Desde pequeño siempre me ha gustado escuchar voces diferentes a las que diariamente debía escuchar en la escuela, el barrio y los limitados espacios de opinión existentes en mi pequeña isla.
Siempre había escuchado que desde ” el otro lado del charco ” se transmitía hacia la isla a traves de emisoras de radio y televisión , que tenían el nombre del apóstol José Martí. Pero la satanización que se hacía en todo lugar hacia estos medios, me hacía preguntarme ¿por què ,si se llamaban igual que aquél del que me habían enseñado tantas cosas buenas , eran tan prohibidas las escuchas de estas voces?
De niño cuando paseaba con mi madre, ella siempre me llevaba cerca de una de las sedes del PCC, encima de este edificio existía o existe una estructura metálica con cables y alambres ,algo que para un niño resultaba interesante. Al preguntar qué era aquello, ella me explicó que eso era para bloquear las señales de Radio Martí. Lo que despertó aún más mi curiosidad.
En noviembre de 2012 , un desvastador huracán arrasó con el pueblo en el que anteriormente vivía en el oriente del país. Los vientos del huracán se llevaron consigo aquella misteriosa estructura a la que muchas veces había mirado. Ese día tomé un pequeño radio que había en casa y tras un minucioso escudriñamiento de frecuencias con el dial, encontré aquella voz diferente. Se oía clara como el agua. A pesar de los constantes regaños de mi madre para que bajara el volumen, yo seguía igual de asombrado.
Mi pueblo empezaba a sufrir las secuelas de la tormenta, empezó a llegar el cólera, el dengue y el hambre. Se sabía por rumores que había contagiados de cólera pero ninguna emisora local hablaba del asunto. Pero en la nueva fuente de información que tenía se informaban los casos. Luego comencé a escuchar allí mismo que comenzaban a entrar donaciones de colchones , tejas y etc. Al oir esto pensé que iba a mejorar nuestra situación. Pero tremenda sorpresa cuando vi que todo aquello que llegaba regalado nos lo vendieron.
En ese punto comencé a preguntarme muchas cosas. Empecé a cuestionar todo lo que hasta ese momento se me había enseñado y vi que las cosas no cuadraban.
Intenté en una asamblea de aula compartir mi pensamiento, pero de regalo por mi acción de pensar diferente me gané que se me tildara de contrarrevolucionario y hasta un matutino especial en el que solo faltaba la mención de mi nombre para identificarme. Ese fue un punto de no retorno, a partir de ahí todo fue mas difícil.
Toda esta situación, ligada también a una dura crisis económica, hicieron que mi familia y yo tuviéramos que dejar nuestra tierra natal y aventurarnos en viaje hacia una provincia en el centro del país donde resido actualmente.
Aquí mejoramos económicamente después de duros tiempos de escasez.
Con el tiempo fue llegando el internet. Muchos de mis amigos lo usaban para hablar con familiares, usar el Facebook y otras cosas que ya no eran de motivo tan social. Al principio también fue así para mí. Era solo recreación , pero despues descubrí que se podía usar para muchas más cosas. Comencé a estudiar guitarra por internet. Mas con el tiempo también vi que allí podía encontrar información de la realidad de mi isla. Allí encontré a martinoticias.com y muchas más páginas que abrían el cerco mediático que aquí existe.
Hasta ahora fui tan solo un consumidor, pero hoy quiero participar. Así que para mí sería un honor que se publicara algo de lo que escribo y poder recibir en algunos de los boletines de CubaNet mi propia historia . Muchos amigos míos así lo esperan también.
Ha sido la opinión de un cubano común.