En los pasados días, la agencia de noticias Cubanet, informó sobre el derrumbe de 120 apartamentos en calle Oquendo, 308, entre San Miguel y San Rafael; dejando un saldo de más de 600 personas desalojadas. El edificio fue construido en 1928 y declarado en peligro de derrumbe en 1988.
Desde el 27 de febrero, los vecinos están en la calle con sus pertenencias amontonadas esperando un destino incierto. La orden de desalojo vino acompañada de autobuses que conducirían a los damnificados a albergues; pero se fueron vacíos.
“¡Pedimos casas! ¡No somos pollos de corral, somos seres humanos! ¡No queremos albergues!” – Se quejaban los vecinos afectados por el desplome de concreto.
En la noche del martes 4 de marzo, 6 días después del derrumbe, la gente sigue aglomerada en la calle. Un cerco policial limita la entrada y salida del área.
“Atención: no pueden apagar la radio. Manténganse alerta por la situación en La Habana.“- Se escuchaba este aviso a todo volumen proveniente de los walkie-talkies de los policías en la zona.
“¡Abajo el comunismo de p…. este! ¡Este país es una mierda!”- eran algunos de los gritos que se escuchaban anoche provenientes del interior del cerco policial.
Se respira un aire tenso en Centro Habana mientras que la prensa oficial guarda su acostumbrado silencio ante esta noticia.
Artículo originalmente publicado en El Blog de Yusnaby.
