MIAMI, Estados Unidos.- La controversia con el “elegante” despido del Dr. Jaime Suchlicki como director del Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos (ICCAS) de la Universidad de Miami, continúa. Se entiende. La decisión del Dr. Julio Frenk, presidente de la Universidad de Miami, de deshacerse de quien dirigió brillantemente y con devoción el Instituto por casi 20 años nos tomó por sorpresa a todos —un enigma rodeado de ambigüedades, sobre todo después del elaborado comunicado de la universidad alabando sus cualidades y labor. Pero ahora todo luce muy claro. Y con mucha razón, los ánimos están caldeados.
Un artículo publicado por el eminente profesor cubanoamericano de Yale, Dr. Carlos Eire, arrojó luz sobre el asunto. En su minuciosa exposición, aprendimos mucho sobre el Dr. Julio Frenk y su esposa, también empleada por la Universidad de Miami. Por ejemplo, los viajes del matrimonio a Cuba y su admiración por el sistema de salud castrista lo cual lo condujo como ministro de Salud de México, su país de origen, a crear fuertes vínculos con el régimen castrista y firmar un tratado de cooperación con el ministro de Salud de Cuba.
Digamos que el Dr. Eire, sin acusaciones, nos proporcionó suficientes detalles y antecedentes para que pudiéramos forjarnos una opinión informada sobre lo sucedido. Otro tanto hizo el popular columnista de este periódico, Andrés Reynaldo, pero fiel a su estilo, sin pelos en la lengua. Y ahora el Dr. José Azel, muy respetado miembro del equipo de ICCAS, confirma en, El ICCAS-gate: es el encubrimiento lo que delata, [Perspectiva, 4 de agosto] que todo el personal del Instituto fue informado de su inminente cesantía en junio, lo cual valida lo sostenido por el Dr. Suchlicki de que se intentaba desmantelar el Instituto.
Artículo publicado originalmente en El Nuevo Herald. Para leer el texto completo, haga clic aquí.