LA HABANA, Cuba, enero, 173.203.82.38 -Al oeste de la Habana está el puerto de Mariel. En el último lustro, un grupo de empresas brasileras, con el apoyo del gobierno federal, decidió construir allí infraestructuras portuarias por valor de ¿300, 400 o 500 millones de dólares?
Dos años atrás, en ese mismo lugar, el Presidente de Brasil, Luis (Lula) Da Silva, celebraba con Raúl Castro el desarrollo de las obras. Al preguntársele sobre la muerte de Orlando Zapata Tamayo, Lula puso cara de: “¿Quién es el negro ese?”. Y no fue la única indolencia del elogiado presidente carioca. Durante los juegos panamericanos, en Rio de Janeiro, su policía persiguió como negrero hambriento a dos boxeadores cubanos que habían decidido quedarse en el país, y los devolvió esposados en un avión venezolano.
A principios de enero, los asesores de comunicación de la actual presidenta de Brasil, Dilma Rouseff, le pasaron el dossier a primera hora de la mañana, con una nota especial: 80 % de los twits recibidos en el sitio de la presidencia versaban sobre un pedido de auxilio que le hacia una mujer desde La Habana.
El pedido se refería a la oportunidad que tiene la presidenta de Brasil de pedir a las autoridades cubanas que le permitan a Yoani Sánchez, la bloguera más premiada en lengua castellana, viajar al exterior, sin temer por represalias contra su familia.
Yoani ha manifestado su esperanza de que la presidenta brasileña le ayude, por solidaridad de género, y porque además ella misma fue perseguida y encarcelada por la dictadura de su país, en la década de los setenta.
Sin embargo, cincuenta años de dictadura han enseñado a los cubanos que de nada sirve el historial de lucha por la democracia que exhiban los presidentes latinoamericanos. Cuando se trata de Cuba, todos miran al otro lado, mientras corren a abrazar a nuestro dictador.
Ahora que la presidenta de Brasil se apresta para visitarnos, a finales de enero, una liebre acaba de saltar en las relaciones entre los dos países. Yoani Sánchez tiene demasiado peso mediático. Los asesores políticos de Rouseff no debieran echar a un lado su pedido. Pero la experiencia con el anterior gobierno de ese país apenas deja lugar para dudas.
El pedido de Yoani tuvo de inmediato una gran acogida internacional. Cientos de firmas se le sumaron en pocas horas. Entre ellas, las del documentalista brasileño Claudio Galvao Da Silva, quien pidió enviar correos electrónicos al gobierno de su país para que interceda.
Galvao invitó a Yoani a la presentación de su documental “Conexión Cuba-Honduras”, a presentarse el próximo 10 de febrero, en San Salvador de Bahía. Pero ya se sabe que nuestras autoridades vetaron 18 veces, en los últimos cuatro años, la posibilidad de que la bloguera concurriera a compromisos internacionales, incluyendo el recibo del Premio Ortega y Gasset, en España, y el Príncipe Klaus, en Holanda, entre otros.
En los últimos días, el parlamento cubano postergó una de las aspiraciones de nuestro pueblo: la libertad de viajar al exterior. Así que con los intereses que Brasil tiene en Cuba, es poco probable que la Rouseff medie por Yoani. Frente a ella se levanta un muro de 500 millones de dólares, llamado Mariel.