LA HABANA, Cuba, enero, 173.203.82.38 -Por estos días, después que el gobierno “autorizó” la compra y venta de casas, es frecuente ver en algunas puertas cartelitos en los que se lee: “Esta casa se vende”. Si bien es cierto que algunas familias utilizan el método de la compra-venta de casas como una mejor opción de permuta, también para quienes piensan emigrar del país esta es una forma muy común de obtener una buena cantidad de dinero convertible.
Así lo hicieron Dora y Manolo, que tenían una buena casa, amplia, moderna, construida por ellos a su gusto en la azotea que les cedió un tío, y que después de muchos esfuerzos y de gastar mucho dinero habían logrado poner a su nombre. Hace poco la vendieron y compraron otra más pequeña, y así pudieron darle a su hijo el dinero que necesitaba para emigrar.
No sé por qué, siempre que veo estos cartelitos vienen a mi memoria aquellas pequeñas placas de metal pintadas en rojo y negro que decían: “Esta es tu casa, Fidel”, y que en los primeros meses de 1960 los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) repartían casa por casa, mientras presionaban a los vecinos para que las clavaran en sus puertas.
Pero aún en aquellos primeros tiempos convulsos de fervor revolucionario, cuando a Lila, que tenía su casa propia en Cienfuegos, la presidenta de su CDR trató de hacerla poner la placa, esta no lo permitió, y le gritaba: “¡Qué Fidel ni Fidel! ¡Esta casa es MÍA!”
Otros, como Valentín, un español que también en Cienfuegos había logrado hacer cinco pequeños apartamentos para alquilar, ni chistó cuando le clavaron la laminita en cada una de las puertas. Pocos meses después, cuando en el propio año 1960 se promulgó la Ley de Reforma Urbana, el pobre hombre le comentaba a Osvaldo, el bodeguero: “Ahora sí que las perdí de verdad.”
En cambio, hoy hay otros cartelitos colgados en las puertas de algunas casas cienfuegueras, que denuncian la afectación sufrida durante algún ciclón, y que no han recibido apoyo del gobierno para ser reparadas: “Esta casa fue afectada por el ciclón …, en el año 19…”
Pero aun a pesar de que la compra y venta de viviendas hayan sido aparentemente permitidas, la gente trata de hacer este tipo de negocio con la mayor discreción. Me comentaba un vecino -que piensa dar ese paso y tiene colgado el cartel- que hay que tener cuidado, porque, como dice el refrán, “el que se mueve, no sale en la foto”.