LA HABANA, Cuba, septiembre (173.203.82.38) – Insistentes rumores sobre la presunta muerte del ex Presidente Fidel Castro circularon nuevamente en Internet, para luego ser indirectamente desmentidos por la prensa oficial mediante unas fotos de Castro publicadas a mediados de la semana pasada. El rumor se propagó en Cuba por medio de mensajes enviados a través de la telefonía celular, o de boca en boca, comunicado directamente a familiares y amigos, quienes a su vez lo difundieron entre otras personas.
Aunque nadie conoce el origen del rumor, en la población existía la percepción de que algo podría estar ocurriendo con el Comandante, opinión que se sustentaba por:
La ausencia de las Reflexiones que habitualmente publica Fidel Castro sobre la actualidad internacional y últimamente sobre el caso libio.
La discreta visita de José Ramón Balaguer a China.
El dramatismo con que los medios de comunicación están enfocando el fallecimiento del General de Cuerpo de Ejército, Julio Casas Regueiro.
La movilización efectuada para el funeral y entierro del General Casas, motivan a ciertos analistas de la política castrista a señalar que ello puede constituir un ensayo a pequeña escala, para cuando se anuncie el deceso de Fidel Castro.
El nerviosismo y la violencia con que el gobierno castrista está respondiendo ante las actividades protagonizadas por las Damas de Blanco y otros grupos de opositores pacíficos.
Algunos señalan que rumores como este han circulado dentro y fuera del país en otras oportunidades, y que “el caballo (Fidel Castro) siempre ha aparecido vivito y coleando”. Aunque esa afirmación es cierta, no lo es menos que Fidel Castro es un octogenario enfermo, lo cual es indicativo de que su fin puede estar próximo, si no es esta semana, puede ser cualquier otra, no muy distante.
Las situaciones que se crearían en la Isla ante el fallecimiento del líder, pueden ser múltiples y contradictorias, atendiendo a las circunstancias siguientes:
El Presidente Raúl Castro es también un anciano enfermo, que no cuenta con el carisma ni la habilidad política de su hermano.
Se presume que Raúl Castro no es el “máximo líder”, situación que le obliga a forjar alianzas y depender de un grupo de poder compuesto de individuos tan ancianos como él.
La pérdida del General Casas representa un duro golpe para la llamada dirección histórica. Está por verse su capacidad para neutralizar sus posibles consecuencias.
Se afirma que no existe consenso entre los gobernantes sobre la política a seguir en la era post Fidel Castro.
Es evidente el creciente deterioro de la situación socio-económica del país, y su consecuencia natural, la irritación popular, que ha podido apreciarse en la solidaridad que entre la población provocaron sendas protestas cívicas efectuadas en el Capitolio, y en el mercado de Cuatro Caminos, por mujeres políticamente desconocidas; quienes simplemente enarbolaron consignas de base popular.
Ante la posibilidad de que los cubanos de a pie asuman un liderazgo circunstancial, que origine una serie de protestas que se tornen incontrolables para los órganos represivos, muchos opinan que esta situación puede dejar abierta la opción para que en los cuarteles surja un hombre fuerte.