Una fracción del infierno
LA HABANA, Cuba, febrero, 173.203.82.38 -Mr. Parker chocó con la realidad pura y dura. El encontronazo fue hace unas semanas, en la ciudad de Cienfuegos, situada a unos 250 kilómetros al este de La Habana.
Tal vez aún no se haya recuperado del percance, en el cual su mirada colisionó frontalmente con el deterioro arquitectónico y el pésimo estado higiénico de los instrumentos para atender enfermedades dentales, con que cuenta la Clínica Internacional, que brinda servicios solo a extranjeros.
De acuerdo con una nota informativa, publicada en el sitio martinoticias.com, con sede en los Estados Unidos, las severas roturas en los ventanales y en otras secciones del inmueble, desataron las peores premoniciones de Mr. Parker, confirmadas poco después, al notar la mugre alrededor del picaporte de la puerta por donde se accede a la consulta.
La descripción del instrumental médico, por parte del experimentado escritor, anulaba cualquier expectativa de recibir una asistencia estomatológica mínimamente segura.
La bandeja que servía de soporte a las piezas, invitaba más a salir corriendo que a sentarse frente al médico. Parecía que la última limpieza se remitía a algunos años atrás, según declaraciones de Parker, quien acompañaba a la paciente.
“Un estudio con un microscopio, bien hubiera encontrado allí todas las bacterias que existen bajo la constelación solar. En Europa o Norteamérica ya hubieran cerrado el hospital de manera inmediata, por representar un peligro para la salud”, agregó.
Tanto la afectada con el dolor en las encías, como el resto de los viajeros implicados en la realización del reportaje especial “Cuba: Descubre su cultura y su gente”, no salían del asombro ante la sucesión de eventos que prometían un final poco agradable.
Por suerte, tras una breve revisión, la doctora determinó que no era necesario ningún procedimiento que requeriera el uso del instrumental colocado sobre el soporte metálico.
El testimonio de Christopher P. Parker ratifica lo que se viene reportando desde diversos medios y que quizás, en el exterior, no se perciba todavía como un fenómeno cotidiano en la mayoría de las instituciones de salud cubanas.
El declive en esta área responde a varias causas, que van desde la imposibilidad de cubrir los costosos servicios médicos (gratuitos para los nacionales) con una economía de subsistencia, hasta el negativo impacto de las indisciplinas laborales, los descontroles administrativos, el uso libertino de los presupuestos y la falta de personal debidamente calificado. En cuanto a esto último, sobresale el envío de miles de médicos y personal paramédico a prestart servicio en otros países del Tercer Mundo, en detrimento de la demanda nacional.
Ojalá que en el reportaje especial sobre Cuba, dirigido esta vez por National Geographic, aparezcan los pormenores de un asunto que podría causar muertes, por graves infecciones adquiridas a través de una inyección intramuscular o la extracción de una muela.
Mr. Parker ha escrito seis libros sobre Cuba y ha visitado la Isla más de 35 veces. Si se atreve a detallar estas experiencias en el reportaje, podría convertirse en persona non grata.
Verdaderamente me cuesta creer que este “amigo de Cuba” decida contar con honestidad lo que ha visto. Al menos no sería lo que casi siempre sucede en estos casos. De todas formas, si lo hiciera, habría que ver la manera de exponer el suceso.
El mundo debe conocer que el socialismo en Cuba no es un primor. Parker y su comitiva se llevaron en la memoria apenas una fracción del infierno.