LA HABANA, Cuba, octubre, 173.203.82.38 -La noche del sábado 24 de septiembre, en el litoral de Jaimanitas, en un espacio yermo debajo de un pino, más de treinta estudiantes de la Universidad de La Habana se reunieron con un equipo de audio, y montaron su propia discoteca al aire libre, con un lema: Hasta el sol.
La fiesta comenzó a las 10 de la noche, se incorporaron jóvenes de Jaimanitas que no tienen lugar de esparcimiento en el pueblo. Antes, la Casa de la Cultura ponía música hacia la acera y la gente se aglomeraba a bailar en la calle, pero esas actividades fueron suspendidas por las riñas, los heridos y los muertos; en cambio esta discoteca al aire libre se caracterizó porque no hubo bebidas alcohólicas, ni broncas.
A las tres de la mañana cuando la fiesta estaba en su apogeo, vecinos molestos llamaron por teléfono a la policía, a pesar que el DJ mantuvo no muy alto el volumen y a medida que avanzó la madrugada puso música más suave, Maná, The Beatles, Bob Marley. A las cuatro aparecieron dos autos patrulleros, los policías observaron desde los autos durante un rato. Los jóvenes bailaban, conversaban, se reían, contaban chistes, fumaban, algunas parejas se bañaban en la playa.
A las cinco uno de los policías habló con el que parecía líder del grupo, que le explicó que no era solo una fiesta, también realizaban una investigación sobre la conducta social con relación al efecto del consumo de alcohl, escogieron el lugar por el espacio natural que brindaba, la meta era amanecer y seguir hasta las diez de la mañana. Como no había que pagar cover se había unido mucha gente. No necesitaban comprar nada, pues venían apertrechados desde sus casas para pasarla bien.
El policía regresó al auto, al parecer a consultar, al rato les comunicó que estaban autorizados hasta las seis, en cuánto saliera el sol debían marcharse, pero estaban tan arrebatados de felices que no les importó, cuando terminó de amanecer recogieron el audio y se lo llevaron en un auto, los demás fueron hacia la parada del ómnibus por las calles aún dormidas de Jaimanitas, riendo y contándose más chistes.
Dicen muchos jaimanitenses que es la primera vez que en una discoteca en Jaimanitas se pasa tan bien, tan barato y sin broncas.