LA HABANA, Cuba, enero, 173.203.82.38 -Lo más común es que comentemos un libro después de haberlo leído. Pero en el caso de los cubanos que residimos en la isla, debido a lo difícil que resulta acceder a las novedades de la literatura internacional— sobre todo si el contenido de los libros no le resulta muy agradable al castrismo—, cualquier noticia acerca de la publicación de un texto que nos interese, ya es motivo suficiente para que nos asalte la tentación de comentar al respecto.
Lo anterior puede aplicarse en el contexto de la reciente aparición del libro Cuba en la era de Raúl Castro: reformas económico-sociales y sus efectos, de la autoría del académico cubanoamericano Carmelo Mesa-Lago. El no. 3 del 2012 de la revista Espacio Laical contiene una entrevista con el destacado economista, quien da a conocer la salida del referido texto; un libro que, tal y como indica su título, trata acerca de los cambios implementados por Raúl Castro, así como los contratiempos de todo tipo que afronta la actualización del modelo económico.
Quienes hemos tenido la oportunidad de leer algunos de los 30 libros sobre Cuba escritos por Mesa-Lago, nos sentimos en deuda con el autor por su acertada explicación de los ciclos económicos por los que ha atravesado Cuba a partir de 1959; ciclos que han oscilado entre el idealismo de la planificación centralizada, y el pragmatismo de las reformas con elementos del mercado. De igual forma, admiramos la comparación establecida entre una economía de mercado, como la chilena; otra mixta, como la costarricense; y por último el caso cubano con la planificación centralizada. A propósito, el profesor Mesa-Lago sostiene que el fracaso de los ciclos idealistas ha generado una serie de crecientes problemas que les abrieron las puertas a las actuales reformas estructurales del general-presidente.
El académico Mesa-Lago se lamenta de que su prolífica labor haya tenido que hacerse desde la distancia, como consecuencia de las pocas visitas a la isla que las autoridades cubanas le han permitido en los más de 50 años que lleva residiendo en Estados Unidos. Pero, sobre todo, al escaso tiempo programado para dichas visitas, las que se han limitado a la participación en eventos, seminarios y conversatorios, sin la posibilidad de prolongar su estancia en Cuba, y así poder investigar en archivos, bibliotecas y otros centros especializados.
En el año 2010, tras 20 años sin visitar la isla— período en el que alguna que otra vez le fue negada la entrada al país—, fue invitado por el cardenal Jaime Ortega a la X Semana Social Católica. Una visita que se materializó finalmente, no sin antes dejar de experimentarse cierta zozobra ante los amagos de las autoridades para impedirla. No obstante, la prensa oficialista silenció por completo la estancia entre nosotros de tan distinguida personalidad, y solo nos enteramos de su presencia a través de los medios de prensa de la Iglesia Católica.
Hay que decir que el profesor Mesa-Lago no pertenece a la rama más radical del exilio cubano, y tampoco se adscribe a lo que los gobernantes de la isla califican como “ideas neoliberales en la economía”. El catedrático no sugiere la salida total del Estado de los asuntos económicos, sino que insiste en que debe de conservar bajo su tutela las áreas estratégicas. No menciona el libre comercio, sino que aboga por el diseño de una estrategia que promueva las exportaciones y sustituya las importaciones. Además, estima que las reformas de Raúl están bien orientadas, y son las más importantes implementadas bajo la revolución.
Entonces, ¿cuál es el motivo del ostracismo a que es sometido por las autoridades cubanas? Muy sencillo: el profesor Mesa-Lago opina que las penurias económicas por las que hemos atravesado se deben, en lo fundamental, a deficiencias internas y errores de los gobernantes de la isla. Por el contrario, si le achacara las culpas al embargo de Estados Unidos, no dudamos de que tuviera las puertas de Cuba abiertas de par en par. Así son las cosas en este país.