LA HABANA, Cuba, febrero (173.203.82.38) – Los regímenes totalitarios necesitan siempre de un enemigo externo a quien culpar de los males que sufre el país, y a quien apelar cuando precisan de una supuesta unidad nacional en torno a la dictadura. Los gobernantes cubanos son maestros en la práctica de esa argucia: todas las vicisitudes del país son consecuencia del llamado bloqueo norteamericano, y los opositores al gobierno son mercenarios al servicio de una potencia extranjera.
Tan evidente resultó esa sutileza desde el principio que, no obstante visitar la isla atraído por un proceso revolucionario que mucho le simpatizaba, al filósofo Jean Paul Sartre se le atribuye una frase esclarecedora, pronunciada supuestamente en 1960: “De no existir Estados Unidos la revolución cubana habría tenido que inventarlos”. No he constatado que Sartre dijera o haya escrito la frase, pero estoy de acuerdo con el enunciado.
Los herederos del castrismo que forman parte del ALBA dan muestras de haber aprendido la lección. Hugo Chávez, con la intención de reelegirse en el año 2012, ha convocado a la creación de un polo patriótico con los ciudadanos afines a su gobierno, pues ya le resultan insuficientes los militantes de su Partido Socialista Unificado de Venezuela. La causa de ese llamado, al decir de Chávez, es la hostilidad de la administración de Obama hacia Venezuela, así como la actuación servil de la burguesía “pitiyanqui” nativa.
El nicaragüense Daniel Ortega, con la vista puesta en las elecciones de noviembre de este año, no ha vacilado en provocar un conflicto fronterizo con la pacífica Costa Rica, con el objetivo de distraer la atención de sus compatriotas acerca de la difícil situación por la que atraviesa su gobierno. Ni los dictámenes de la OEA, ni los pedidos de la mayoría de las naciones del área, han hecho que Managua retire sus tropas de la desembocadura del limítrofe río San Juan.
Así las cosas, no dudo que en su momento el ecuatoriano Rafael Correa y el boliviano Evo Morales acudan también a la variante del enemigo externo, con el propósito de prolongar sus mandatos. En el caso del primero, la válvula de escape podría hallarse en el conflicto con Colombia, aparentemente resuelto; mientras que Evo tal vez retome las disputas con Chile y Perú debido a las reclamaciones de su país para lograr una salida al mar. Estemos al tanto.