ARTEMISA, Cuba, octubre, www.cubanet.org -Un edificio del batey del antiguo central Sandino, en Mariel, lleva casi 30 años inconcluso, por lo que ya fue objeto de un reporte crítico publicado hace años en Cubanet. Ahora, en una edición reciente de El Artemiseño, semanario del partido comunista en la provincia de Artemisa, la periodista Yusmary Romero ha retomado el tema.
La obra, iniciada en 1984, se paralizó en 1991, pero no sólo por falta de materiales, como se afirma en el reportaje de El Artemiseño, sino debido al desmontaje de bloques de su quinta planta, por orden de la entonces dirección del complejo agroindustrial Sandino, para destinarlos a la adaptación de un local para tienda de venta por bonos de estímulo a los azucareros.
Por ser construido con piezas prefabricadas, la que debía colocarse como entrepiso sobre esa quinta planta que fue desmontada, no ajustó después con la cuarta, sobre todo por el hueco de acceso de la escalera a la azotea. Esto paralizó la obra.
Como dice la periodista Romero, “basta visitar Sandino para percibir la urgencia que viven muchas personas”. Aunque más exacto sería aclarar que los vecinos que ella menciona: José Cuellar, Olga Beltrán y Augusto San Martín, viven en barracones para esclavos del siglo XIX, en pésimo estado de conservación.
Ni en la Unidad Municipal de la Vivienda, ni en Planificación Física del territorio, existe documentación alguna sobre el edificio, según afirmaron sus respectivos directores a Yusmary Romero. Ello no ha sorprendido a los lectores de El Artemiseño que la periodista consultó, pues todos recuerdan información sobre obras sociales concluidas en la zona, según los medios de prensa, pero que en realidad no estaban terminadas. Tal fue el caso del asilo de ancianos de Cabañas y de la carretera de Mariel a Cabañas.
Tampoco se asombran, los encuestados, del carácter fantasmagórico del edificio inconcluso del batey, pues en la zona abundan los casos de damnificados que reclamaron por acciones constructivas incompletas en sus viviendas, y luego quedaron sorprendidos cuando les mostraron informes de entidades municipales que daban por terminadas dichas obras.
La reacción de muchos de los lectores del artículo, titulado “Edificio a medias, indolencia completa”, es de incredulidad. Uno de ellos, Carlos Miguel Sierra, espera que este sea “un reconocimiento más del desastre en la zona que no será solucionado al igual que otros problemas, como el suministro y calidad de los alimentos, el transporte, los viales, el agua y la corriente, situación infernal, y sin esperanzas de solución a corto plazo”.