LA HABANA, Cuba, abril, 173.203.82.38 -Hace unos días salí de excursión con varios amigos por la periferia de la Habana. Nuestro destino final era el pueblo de Mariel y sus costas. La magnitude de lo que se está construyendo allí rebasa la imaginación. Pero verlo me llevó a preguntarme: ¿Para quiénes será la prosperidad que traigan estas construcciones? ¿Quiénes disfrutarán los beneficios de esta Zona Especial de Desarrollo?
La bahía de Mariel fue vista por los colonizadores españoles durante la medición de la isla de Cuba, que en 1508 realizara el navegante Sebastián de Ocampo, quien hizo anotaciones sobre particularidades.
A partir del año 1959, se incrementa el impulso a la economía del municipio Mariel. Se modernizó la tecnología de la fábrica de cemento El Morro, convirtiéndola en la Fábrica de Cemento René Arcay. Además, se construyó la Central Termoeléctrica Máximo Gómez, con tecnología de la extinta URSS, y la Terminal exportadora de azúcar crudo, a la vez que se restauró el puerto y se creó un astillero.
Pero no es por sus industrias por lo que se hizo famoso y ha pasado a la Historia el Puerto del Mariel. El nombre “Mariel” siempre será recordado como uno de los más tristes y violentos episodio de la era castrista; asociado, más que con el progreso, con los “actos de repudio”. Este mes de abril se cumplen 33 años de la gran crisis migratoria de 1980, denominada Crisis del Mariel, por haber sido este el puerto por el que abandonaron la Isla rumbo a Cayo Hueso, en Estados Unidos, unos 125 mil cubanos, entre abril y septiembre de 1980. Los que escaparon en esos barcos pasaron a ser conocidos como “marielitos”.
Con la llegada de las reformas aperturistas de Raúl, el régimen estableció una prioridad estratégica a corto plazo en el puerto de Mariel. Este debe convertirse en el más moderno de Cuba. Ello se hará efectivo tras la ejecución de los trabajos inversionistas previstos en el programa integral de esa localidad habanera para convertirla en Zona Especial de Desarrollo. El principal socio inversor es la empresa Odebrecht S.A., de Brasil, que aporta 800 millones de dólares. Cuba, a su vez, debe aportar los restantes 200 millones.
Pero, ¿a las manos de quiénes irán a parar los resultados de esta inversión? Es un hecho que los grandes beneficiaros cubanos serán los de la clase política militar y sus acólitos, quienes hoy dirigen y controlan todo el proyecto y se preparan para una “transición” a su medida que les permita mantener el control del país y , sobre todo, de la economía. Todo indica que, a pesar del nuevo proyecto faraónico, los únicos cubanos de a pie beneficiados con la existencia del Puerto del Mariel continuarán siendo los “marielitos” que por allí huyeron.