LA HABANA, Cuba, marzo, 173.203.82.38 -El centenario del Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo, estimuló a recordar algunas cubanas que han contribuido a la forja de la nacionalidad y el devenir de Cuba.
Mercedes Santa Cruz y Montalvo, Condesa de Merlín (La Habana 1789-París 1852), fue la primera escritora con profundas raíces cubanas, evidenciadas en obras como ¨La esclavitud en Cuba¨. Gertrudis Gómez de Avellaneda (Camagüey 1814-Madrid 1873), resultó la más importante escritora criolla del Siglo XIX. Ambas vivieron la mayor parte de sus vidas en Francia y España, respectivamente. Marina Manresa, fue fusilada por conspirar con Narciso López para recibir tropas rebeldes en Camagüey a mediados del Siglo XIX, y Marta Abreu, dedicó gran parte de su fortuna a obras públicas, hospitales y escuelas en su ciudad natal, Santa Clara, y el financiamiento de las luchas por la liberación contra el colonialismo español.
Entre 1868 y 1898, las mujeres conocidas como ¨mambisas¨ siguieron a los hombres a la ¨manigua ¨o campos, donde sirvieron como mensajeras, recaudadoras, enfermeras, cocineras, costureras y escritoras. Sobresalió Ana Betancourt de Mora, quien habló de los derechos de la mujer ante la Asamblea Constituyente de Guáimaro, primera de la República en Armas, el 10 de abril de 1869. Por colaborar con los insurgentes, los españoles las castigaban con el exilio, la cárcel o el fusilamiento. Muchas mujeres fueron soldados y unas veinticinco llegaron a oficiales, entre ellas la general Magdalena Peñarredonda Doley, conocida como La Delegada; tres coroneles y más de veinte capitanes, como María Hidalgo Santana, negra pobre de Matanzas, llamada La Abanderada, que murió en combate. Otras, como Mariana Grajales, madre de los Maceo, fueron simiente de grandes patriotas y acompañaron a sus hijos, hermanos y esposos.
Formaron clubes revolucionarios femeninos en la isla y Estados Unidos, particularmente importantes en el apoyo a la guerra de 1895 y el Partido Revolucionario Cubano, creado por José Martí. Las mujeres llegaron a constituir el 37% de los delegados al PRC. El Club Esperanza del Valle se pronunció enérgicamente contra las crueldades del general español Valeriano Weyler, y su programa de 1897 expresó el derecho de la mujer soltera y viuda con más de veinticinco años a votar, al empleo público solamente limitado por su condición física, y también que el divorcio existiera por razones justas. Lo presentaron a la Asamblea Constituyente de 1901, que debatió la primera Constitución de Cuba y, como el sufragio sólo fue apoyado por 10 delegados, Edelmira Guerra, fundadora del club, dijo que esa Constitución convertía las mujeres en no-ciudadanos. Las organizaciones femeninas lograron el voto, reconocido formalmente el 3 de febrero de 1934 en la Constitución provisional.
María Luisa Dolz, nacida en 1854, fue la primera educadora en imponerse a los valores tradicionales, y crear un bachillerato privado en humanidades, comercio, inglés y francés. Muchos la han considerado iniciadora del feminismo moderno de Cuba. En 1915 se fundó la Escuela Normal de La Habana, que en 1926 graduó 150 mujeres.
A finales del siglo XIX las cubanas trabajaban en fábricas textiles y del tabaco. Más tarde laboraron como oficinistas, maestras, enfermeras y trabajadoras de menor rango en la administración pública y el comercio. No obstante, la cantidad de empleadas domésticas era elevada. La lucha de las mujeres y el movimiento sindical logró la Ley de Empleos de 3 de agosto de 1917 para que no se contratara a ningún emigrante varón en un trabajo que pudiera realizar una cubana, y fue el antecedente de la ley de 18 de mayo de 1922, para proteger los empleos frente a los hombres cubanos y extranjeros.
Entre 1868 y 1959 hubo grandes movimientos femeninos para fomentar el debate nacional sobre el divorcio, sin discriminación para la mujer. La primera propuesta de ley se realizó en 1868, apoyado por el gobierno en armas, y en los Códigos Revolucionarios aprobados el 14 de septiembre de 1896 ya había una ley de divorcio. La legislación efectiva se aprobó en 1918, pero las organizaciones feministas retomaron el asunto entre 1930 y 1934, pues habían quedado problemas importantes sin resolver, como los derechos maternos y el cumplimiento del pago de las pensiones alimentarias.
Las mujeres se destacaron en la lucha contra la dictadura de Gerardo Machado, derrocada en 1933. Posteriormente, Alicia Fernández de la Barca, Esperanza Sánchez Mastrapa y María Esther Villoch Leyva, integraron la Asamblea Constituyente para redactar y aprobar la Constitución de 1940, considerada muy progresista para su época. El Título Quinto, Familia, recoge los derechos fundamentales de matrimonio, divorcio, pensión alimentaria e igualdad de los hijos ilegítimos. En su Título Sexto, Trabajo, incluye el trato no discriminatorio para las mujeres y la maternidad. En su Título Séptimo, Sufragio, considera igualdad de derecho para todos los ciudadanos cubanos, y que ¨son electores todos los cubanos, de uno u otro sexo, mayores de veinte años¨.
El quehacer femenino continuó con el enfrentamiento a la dictadura de Fulgencio Batista (1952-1959), y la participación en todas las esferas de la sociedad. Durante los últimos 52 años, las mujeres cubanas han sido baluarte de la familia y tesoneras luchadoras frente a las carencias y dificultades cotidianas. El Siglo XXI empezó con su contribución al movimiento de periodistas y bibliotecarios independientes, y en favor de los derechos humanos.
La ola represiva comenzada en marzo de 2003 ha tenido firmes activistas por la libertad de los prisioneros de conciencia de los 75, entre ellas las sufridas madres ya fallecidas Ada Borrero, Clara Chepe y Gloria Amaya. Reyna Tamayo luchó denodadamente por impedir la cruel muerte de su hijo, Orlando Zapata Tamayo. También son fundamentales como bloggers, cuando el acceso a internet es sumamente difícil y su actividad, al igual que la de las periodistas independientes, es muy arriesgada.
Las mujeres continuamos esforzándonos con amor y sin rencor por alcanzar la libertad, la democracia y la reconciliación entre todos los cubanos.