GUANTÁNAMO, Cuba, marzo, 173.203.82.38 -El pasado 22 de febrero, el semanario “Venceremos”, órgano oficial del Comité Provincial del Partido en Guantánamo, anunció que desde el lunes 18 de febrero se estaba aplicando en la provincia un nuevo sistema para el cobro de los giros postales nacionales.
Consiste en que ahora los envíos pueden cobrarse en cualesquiera de las unidades informatizadas de la provincia y del país. Según la información, el tiempo de tardanza entre el momento en que se impone el giro y aquel en el que el beneficiado lo cobra, es de 24 horas, en el caso de las personas que viven en las cabeceras municipales, y de 72 horas para los residentes en otros lugares.
Juan Ruperto Pérez Pérez, director provincial de la Empresa de Correos de Cuba, explicó que el nuevo sistema minimiza la posibilidad de que las cajas se queden sin efectivo y no puedan pagar, y también aseguró que este nuevo sistema será muy ventajoso. Sin embargo, cualquier persona que por estos días tenga necesidad de imponer o cobrar un giro, comprobará que la realidad es otra.
El pasado lunes 4 de marzo, a la 1 p.m., entré a la oficina central de correos de Guantánamo y me llamó la atención el gran número de personas que estaban arracimadas cerca de una de las ventanillas. Me acerqué a preguntar y una señora me explicó que esa era la cola para cobrar giros. Acto seguido, la mujer inquirió con tono esperanzado: ¿Usted va a enviar alguno? Al contestarle afirmativamente, la alegría se adueñó de su rostro, pues, según me dijo, no había dinero en caja y había que esperar a que alguien viniera a imponer un giro para poder pagarle con ese dinero a quienes estaban en la cola para cobrarlos, si el monto depositado lo permitía.
Esta señora estaba en el correo desde las seis de la mañana, y era la tercera vez que iba a esa oficina, desde el pasado viernes 1 de marzo.
Otra anciana, de alrededor de ochenta años, que estaba en la cola desde las seis y media de la mañana, se desmayó y tuvo que ser recostada sobre uno de los peldaños de la escalera del local, pues han retirado las sillas que había. Después, fue trasladada hacia el hospital provincial en una ambulancia.
También fui testigo de que otra señora, nombrada Silvia Latamblé Leguén, no pudo cobrar, porque el giro fue remitido erróneamente hacia la provincia de Holguín, e incluso había sido cobrado por otra persona; algo inaudito, pues, para cobrar, hay que mostrar el carnet de identidad.
Según testimonios que recogí entre la población y las propias trabajadoras del correo, estas situaciones se han estado repitiendo cotidianamente desde que se implantó el nuevo sistema. Así que lo dicho por el director de la empresa provincial de correos de Guantánamo no se ha cumplido aún.
A ello se une el hecho de que en las oficinas de correos casi nunca hay modelos oficiales para imponer los giros y que si alguien desea imponer uno por una cifra mayor a los trescientos pesos, tiene que llenar otro modelo, pues una disposición de la empresa limita a esa suma el máximo del valor de un giro. De modo que para girar mil pesos tiene que confeccionar tres modelos por valor de trescientos pesos y uno por valor de cien, medida absurda que la dirección nacional de Correos de Cuba mantiene, a pesar de las molestias que causa y de los llamados hechos por la alta dirección del país a aplicar una nueva mentalidad en todas las esferas de la producción y los servicios.
No veo cómo se puede calificar de “ventajoso” un sistema que, lejos de solucionar un problema, lo agrava, y que ha eliminado la posibilidad de que el cliente cobre el giro en su casa, como ocurría anteriormente. Una vez más, pude constatar que entre lo que publica la prensa oficialista cubana y la realidad que vive nuestro pueblo, hay una diferencia muy grande, y que también existe una brecha enorme entre lo que dice propugnar la máxima dirección del país y lo que hacen algunas direcciones nacionales.
Como afirma un viejo refrán: Del dicho al hecho hay un gran trecho.