LA HABANA, Cuba, noviembre, www.cubanet.org – El Cardenal Jaime Ortega cumplió 77 años el pasado 18 de octubre. El Derecho Canónigo fija el retiro cardenalicio a los 75 años. Cierto que el Papa Benedicto XVI pidió a Jaime Ortega postergar la jubilación, pero Benedicto ya no rige el Vaticano, el tiempo pasa y al Cardenal se le nota extenuado. Su sustitución resulta impostergable.
Surgen interrogantes. ¿Quién será el sucesor? ¿Cómo serán sus relaciones con un gobierno de vocación absolutista? ¿Mantendrá la línea de Ortega? Se mantendrá en el justo medio, o se inclinará por la oposición?
Aplaudido por muchos, reprochado por otros, el Cardenal Ortega es para los primeros un santo, mientras otros le reprochan por falta de energías, plegarse al gobierno y callar ante los actos de repudio orquestados por el régimen contra pacíficos disidentes, especialmente las Damas de Blanco.
Hubo anuncios de excarcelaciones hechos por la Iglesia Católica, el 11 de febrero de 2011, anunció “la próxima excarcelación del opositor Oscar Elías Biscet, uno de los presos políticos más emblemáticos. Biscet cumplía una condena de 25 años por actos contra la independencia e integridad territorial del Estado, es uno de los opositores que ha rechazado la condición del exilio para salir de prisión”.
El cardenal Ortega fue portavoz de indultos y en ocasiones conversó con reos como “mediador”, o más exacto, facilitador, de las excarcelaciones y expatriaciones de casi doscientos prisioneros políticos.
Iglesia y gobierno tuvieron estrecha cercanía en esos días tras medio siglo de enfrentamientos y gradual distensión política al parecer razón principal por la que Benedicto XVI no aceptó la jubilación del Cardenal como correspondía de acuerdo al Derecho Canónigo.
Ramona Muñiz Hernández, de 84 años, dirigente de la Congregación Católica Hijas de María, residente en Tarará, Habana del Este, nos expresa: “Hay que reconocer la paciencia del Cardenal. Las “fieras” se doman a las buenas. No podía enfrentar de otra manera al gobierno. Un gobierno que cuando yo trabajaba como peluquera en una peluquería estatal me rebajó setenta pesos de mi sueldo de 280 por ser católica, asistir a misa, no esconder mis creencias. Yo no podía faltarle a Dios. Jaime Ortega, hoy Cardenal y Troadio Hernández, sacerdote actual en Bejucal, cuando eran seminaristas, se preparaban para el sacerdocio, el gobierno los sacó del Seminario -también a otros- reclutándolos el Servicio Militar Obligatorio, forzándolos a la vida militar por tres años internados en campamentos de Isla de Pinos, casi un destierro.
La Iglesia dio tremenda batalla y Jaime y Troadio pudieron reintegrarse al Seminario y concluir los estudios sacerdotales. Ortega es de Matanzas, hijo único de padres católicos. Siempre ha luchado contra las “fieras”, con bondad y amor a Dios. ¿Cuántos familiares de presos políticos y comunes han podido mantenerse con los doscientos pesos mensuales que calladamente les da la iglesia? Siempre hace obras de caridad. Mucha gente ni se entera. El Cardenal actúa a las buenas, ¡y vence! Es un santo”.
Arzobispo de La Habana, Ortega fue nombrado Cardenal en 1981. Allanó las diferencias entre Iglesia y el Gobierno comunista para que autorizara las visitas a Cuba de los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI.
Ortega fue artífice de la fastuosa celebración por los 500 años de la aparición en la nororiental bahía de Nipe de la Virgen de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba. El peregrinar de la Virgen por la isla desde Cobre, Iglesia donde es venerada, próximo a Santiago de Cuba, sirvió para avivar desbordadamente la fe cristiana del pueblo cubano frente a la doctrina marxista impuesta por el régimen desde hace medio siglo.
Por intervención del alto clero, Cayo de la Virgen y Playa Morales son dos sitios en el camino de la Virgen desde su aparición en la bahía Nipe al Cobre fueron recientemente proclamados Monumento Nacional. Otros espacios recibieron la categoría de Sitios de Interés Histórico.
El 25 de diciembre, Día de Navidad, eliminado del calendario oficialista, fue restituido como día festivo no laboral por petición del Papa Juan Pablo II a Fidel Castro en su visita pastoral a Cuba, cuando pidió “que Cuba se abra al mundo”. ¿Mantendrán el día de asueto?
La espléndida iglesia de Tarará, confiscada y convertida en almacén, después en mundana discoteca, fue recuperada por la iglesia, acción que lleva el sello de los esfuerzos del Cardenal, quien pronto dejará su controvertido magisterio bañado de Luces y Sombras, mientras el Papa Francisco y el Tiempo dirán la última palabra sobre el Cardenal Ortega y el proceder del siguiente Cardenal.