LA HABANA, Cuba, julio, www.cubanet.org -El agravio al presidente boliviano Evo Morales por parte de los gobiernos de cuatro países europeos que le impidieron sobrevolar su territorio sirvió para conformar un nuevo capítulo del culebrón de la Alianza Bolivariana.
A tenor del escándalo, los medios internacionales, siempre prestos a consagrar, con candor y entusiasmo, inexactitudes y verdades a medias, unas veces por desconocimiento y otras, casi siempre, en aras del oportunismo y lo políticamente correcto, han vuelto a repetir hasta el aburrimiento que Evo Morales es el primer presidente indígena de la historia boliviana.
De haberse tomado el trabajo de repasar la historia sudamericana del siglo XIX, hubieran descubierto que 176 años antes del triunfo en las urnas el 18 de diciembre de 2005 del candidato por el Movimiento al Socialismo, Evo Morales, hubo, aunque no usara chompa ni hablara de la Pachamama y el Tahuantinsuyo, un presidente indígena en Bolivia: el general Andrés de Santa Cruz Calahumana (1792-1865).
Santa Cuz descendía por línea materna de la realeza inca. Los parientes de su madre ostentaban el cacicazgo de Huarina, cerca del lago Titicaca.
Algunos objetarán que Santa Cruz no era indio, sino mestizo. Cierto. Tan mestizo como Evo Morales. Según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), menos del 36% de los aymarás no tienen algún tipo de mestizaje. Y evidentemente, “el compañero Evo” no es uno de ellos.
Andrés de Santa Cuz, según Ignacio Domeyko, “tenía el aire de un indio de las cordilleras”. Lo describía: “Pequeño, flaco, de color cobrizo, cabellos negros y gruesos, frente estrecha; ojos negros de ébano, brillantes, con una expresión de desconfianza; mejillas anchas y salientes, labios gruesos”.
El general Santa Cruz se proclamó presidente interino de Bolivia el 24 de mayo de 1829.
Con más motivaciones políticas que históricas o geográficas, la República de Bolivia había sido fundada cuatro años antes, en 1825, con una Constitución que reconocía a Simón Bolívar como presidente vitalicio. El régimen bolivariano duró poco más de dos años. El mariscal Sucre, en quien Bolívar había delegado el poder, se vio forzado a dimitir en abril de 1828.
El general Santa Cruz, al expirar su interinato en 1831, se hizo elegir por un período de cuatro años. En 1834 implantó una nueva Constitución y en octubre de 1836 dictó el Estatuto de la Confederación Peruano-Boliviana.
El intento de Santa Cruz de resucitar al régimen bolivariano lo que consiguió fue un sangriento conflicto con Argentina y Chile.
Santa Cruz fue derrotado en la batalla de Yaguay, en 1839. La confederación se desintegró.
Santa Cruz, a quien sus enemigos llamaban despectivamente “el Cholo”, murió exiliado en Francia.
Más complejos que los dilemas que enfrentó en su tiempo el general Santa Cruz son los que enfrenta hoy el que es machaconamente presentado como “el primer presidente indígena de Bolivia”.
Evo Morales descubrió que gobernar es una cosa bien distinta a beneficiarse como opositor de las turbulencias sociales y las reivindicaciones indígenas. A casi ocho años de ser electo presidente, se encuentra atrapado por las contradicciones de un discurso donde mezcló indiscriminadamente el indigenismo, el antiamericanismo, el socialismo del siglo XXI y las reglas del juego democrático.
Hoy no se sabe si Bolivia avanza hacia el socialismo, el Tahuantinsuyo o la desintegración como nación.