LA HABANA, Cuba, marzo, 173.203.82.38 -Por desafueros incontrolados e inactividad del gobierno, peligra el humedal más importante del oriente cubano: el ecosistema San Miguel de Parada, que envuelve la ensenada Miradero, al noroeste en la bahía de Santiago de Cuba, declarado Área Protegida de Significación Local, en Categoría Refugio de Fauna.
Las perturbaciones son ocasionadas por la extracción de mangle rojo, refugio faunístico reproductivo, muro natural de contención de corrientes marinas y tormentas. También por la caza furtiva, sustracción de huevos y pichones, pesca no autorizada, presencia del foráneo depredador pez claria (pez gato), plantas invasoras (especialmente el marabú), tranques artificiales a escurrimientos de aguas, e insuficiente educación ambiental de los residentes de Caimán Chico, Punta de Sal y Parada, y de trabajadores de la empresa de la zona, experta en ecología.
El daño ambiental es peor por vertimiento de sustancias contaminantes. El río Cobre recibe, a su paso por la fábrica Procesadora de Soya, las aguas albañales y purgas (principalmente una espesa masa de grasa llamada Mafanda), que deja incrustaciones por todos lados, en su paso hacia una laguna de oxidación que, desbordada por falta de mantenimiento, retoma el cauce del Cobre, extendiéndose por el humedal hasta el mar.
El Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente ha impuesto quince contravenciones y una paralización parcial a la fábrica, por contaminación. Pero las afectaciones continúan.
Personas de Santiago de Cuba se trasladan al estanque para recoger Mafanda, con el fin de utilizarla en la producción artesanal de jabón.
Uno de estos recogedores de Mafanda respondió, sobre su producción ilícita, que además ignora normas de higiene y salud: “Nadie se ha quejado por problemas de la piel. Tampoco explico, ni me lo preguntan, de dónde obtengo la materia prima. Una pastilla de jabón fabricada por mí, cuesta cinco pesos, mucho mejor precio que en las shopping”.
Otro joven, en short, sin camisa, medio cuerpo metido en la laguna de residuales, dice, mientras acopia la condensada manteca: “No piense que es un trabajo fácil. Llegar hasta aquí, tan apartado, con lo difícil del transporte, cargar pesadas cubetas de Mafanda, ser atacado por nubes de mosquitos, es todo un sacrificio. Pero es la forma que hemos escogido un grupo de santiagueros para buscarnos la vida”.
Otras industrias contaminantes son la fábrica de aceite comestible Erasol, la Cervecería Hatuey, la Refinería de Petróleo Hermanos Díaz, y la Termoeléctrica Renté.
San Miguel de Parada, con apenas 327,6 hectáreas, es importante reservorio de la flora y fauna, con doce agrupaciones vegetales (fitocenosis), de manglares exclusivos, y hábitat de supervivencia de especies de aves autóctonas y de otras partes del continente.
De las 374 especies de aves cubanas, 132 (35,29%) tienen hábitat en San Miguel de Parada, según Gerardo Hechavarría, doctor en Ciencias Biológicas.
Entre ellas, están el tomeguín del pinar y de la tierra, el cartacuba, el negrito, el frailecillo silbador, la yaguaza, la torcaza cabeciblanca y hasta la cachiporra, de México.
El manatí, mamífero acuático autóctono, de tan gustada carne, y, por lo mismo, perseguido, amenazado de extinción, aparece en ocasiones en Miradero.
Especialistas de la sucursal santiaguera del El Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, han dado la voz de peligro. Ahora cabe preguntar: ¿Tomará al fin serias medidas el gobierno para salvar el parque ecológico San Miguel de Parada?
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