LA HABANA, Cuba, agosto, www.cubanet.org.- Similar al tema de la película Minority Report, de Steven Spielberg, donde se encarcelaba a alguien por los delitos que aún no había cometido pero se suponía que podía llegar a cometer, el Código Penal cubano vigente dedica varios artículos al “estado peligroso y las medidas de seguridad”.
El índice de peligrosidad pre delictivo es algo que prácticamente no existe en el mundo. Se traduce en aplicar una medida coercitiva en el presente por algo que “iba a hacer” en el futuro. La población la llama “ley de peligrosidad”. Es común escuchar: “le aplicaron el peligro”.
Vicente Rodríguez es un ex preso político que conoce esta ley por haberla padecido en carne propia. Tanto hombre como mujer que va sancionado por la ley de peligrosidad, cuando llega a prisión, lo que va a estar dentro de las galeras son 21 días. Al cabo de ese tiempo, te llevan para la 1580 u otros de los llamados “asentamientos” que tiene el Estado.
Según la narración de Rodríguez, en estos “asentamientos” los presos trabajan de lunes a domingo, construyéndoles los edificios a la gente del Ministerio (del Interior), u otros intereses del Estado. Y con un salario mínimo. La prisión tiene estos campamentos que son para la “mínima”, para el “peligro”. El “peligro” (ley de peligrosidad) es “mínima de calle”. Como no es delito, tú vas a prisión con un trabajo. Como un trabajador preso.”
Rodríguez comenta que dicha ley no es más que una justificación para encontrar fuerza de trabajo. Si el prisionero muestra una buena disposición, es posible que una sanción de dos años resulte en libertad condicional al cabo de ocho meses, o que de cuatro años se cumplan solo dos. Analizando el fenómeno, no parece conveniente que se queden vacíos los barracones. Si le dan la libertad a 25, tienen que entrar 25. Para que hagan el trabajo, agrega Rodríguez.
Una buena parte de las edificaciones del país, después de 1959, las han hecho los presos. Alamar, Barlovento, construcciones en Guanabacoa, en el Cotorro, el hospital CIMEQ, asegura Rodríguez, que dice haber estado en esta última cuando fue recluido en Valle Grande en el año 1983. Son brigadas que ellos van sacando y le van dando estímulos, como pases para visitar a la familia cada 45 días. Si te esfuerzas en el tiempo que estás trabajando, te dan un pase de cinco días, no de tres. Los esclavos están aquí mismo.
En un juicio por peligrosidad, la persona no tiene derecho a defenderse, tiene un abogado que es decorativo. Parece que el juicio estuviera ya hecho, que tú vas sancionado porque “los factores” dicen que tienes que estar dos años privado de tu libertad.
Para eliminar la ley de peligrosidad del Código Penal, es necesario que el Estado respete los derechos humanos y en particular el derecho de toda persona a que se presuma su inocencia hasta que se demuestre lo contrario.
Vale aclarar que en el mundo existe el índice de peligrosidad post/ delictivo que consiste, por ejemplo, en que si una persona comete un delito y se prueba que es un enajenado mental, no puede cumplir una sanción pero es potencialmente peligroso; como ya cometió un delito se teme que siga vulnerando los bienes jurídicos de la sociedad. Entonces, se le aplica una medida, como el internamiento en un hospital.
Escritor Ángel Santiesteban ha caído en la red
Recientemente, al escritor Ángel Santiesteban lo trasladaron de la cárcel 1580, donde cumplía una sanción de cinco años por supuesta violencia doméstica –que el artista niega- para uno de estos “asentamientos”. Según lo antes expuesto, es muy probable que el autor del blog Los hijos que nadie quiso sea utilizado como constructor.
A través de terceras personas, su bitácora continúa activa desde la cárcel, de manera que por él podría informarnos sobre estos campos de trabajos forzados que tanto recuerdan a las tristemente célebres Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), implementadas por el castrismo en sus primeros años.