CIENFUEGOS, Cuba, septiembre (173.203.82.38) – A las diez de la mañana del 8 de septiembre, me han visitados tres hombres de edad madura que dijeron ser campesinos que querían hablar conmigo. Fueron respetuosos y receptivos. Accedí y nos fuimos al espacio donde mi esposa lavaba hacía unos minutos, bajo un techo de zinc.
Para mi sorpresa uno de ellos tiene entre sus manos un papel donde está impresa una crónica de mi autoría publicada días antes en CubaNet: “Como cambian los tiempos compay”, que versa sobre la pérdida de valores que, según mi criterio, ha sufrido el campesinado cubano. Cuando indago sobre cómo leyó el texto publicado, el portador me dice que su hijo lo bajó de Internet. También alcanzo a leer, porque el hombre colocó el papel casi ante mi vista:
ARTÍCULO DE ALEJANDRO TUR VALLADARES
Fecha: 31/8/11
Expediente: Cojo (¿Será por el padecimiento que afecta a mi pierna izquierda?)
Monitoreo: Canal radial y digital.
Emisora Subversiva.
Sitio CR: Cubanet. (CR significa contrarrevolucionario.)
Blog CR.
PIO: Alejandro Tur Valladares.
Fuente:
Periodista Independiente: Alejandro Tur Valladares, director de Jagua Press.
Evidentemente, la visita forma parte de un guion diseñado por alguno de los departamentos con que cuenta Seguridad del Estado. El propósito es fácil de adivinar: Hacer que me cohíba y me autocensure, que cambie la actitud crítica que sostengo de cara a la sociedad, por una complaciente con el oficialismo.
Los visitantes me pidieron que cambiara el enfoque de mis trabajos, que hablara de lo bueno que ha hecho la revolución en el campo. Dicen que se sienten ofendidos, pues expreso en mi crónica que los campesinos son alcohólicos y delincuentes. Eso no es verdad. Basta con leer el texto sin prejuicios para percatarse de que no absolutizo en ningún momento.
Lo que si escribí y ahora sostengo, es que después del año 59 las costumbres de la campiña cubana comenzaron a cambiar. Que en ello mucho tuvo que ver el experimento social al que fueron sometidos los guajiros en aras de la construcción del hombre nuevo y el comunismo. Que el alcoholismo, el robo, la mala educación han permeado la sociedad, no sólo en el campo, también en la ciudad, no es un secreto para nadie.
No tengo la verdad absoluta, pero mi verdad, esa percepción que tengo sobre estos asuntos, la defenderé hasta la muerte.