MADRID, España, julio, www.cubanet.org -El níquel ha sido el principal producto de exportación de Cuba durante casi dos décadas, según disminuía el peso del azúcar. No obstante, el goteo oficial de noticias a principios de julio denotó serios problemas, que debían haber sido abordados en la Asamblea Nacional del Poder Popular. Públicamente, no transcendió el tratamiento del tema hasta el día 10, cuando la televisión reportó la confirmación del cierre de la planta René Ramos Latour, de Nicaro, primera construida para el procesamiento del mineral, en 1943.
Entonces, se dijo que el proceso de cierre duró un año y que los 4 mil trabajadores fueron ubicados ¨por aquí y por allᨠsin que nadie quedara abandonado. Pero en realidad esa no era la gran noticia, sino el aplazamiento de la explotación de la nueva planta en construcción, por parte de la empresa mixta cubano-venezolana Ferroníquel Minera S.A, cuyo inicio estaba previsto para fines de 2013, o inicios de 2014, en la zona Moa Occidental III, de la provincia de Holguín.
Esta inversión se calculó superior a los 700 millones de dólares, y debiera producir unas 25 mil toneladas métricas de níquel, asimilando gran parte de los trabajadores desempleados por el cierre de la vecina planta de Nicaro.
Pero, de acuerdo con lo publicado en la Gaceta Oficial, el 6 de julio, el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros decidió autorizar la paralización, por tres años, de los trabajos de explotación, así como la prórroga del inicio del procesamiento, por el término de cuatro años, debido al “cambio de las condiciones iniciales previstas para la ejecución del proyecto, al atrasarse la creación de una asociación económica entre la empresa proyectista extranjera y una compañía cubana de ingeniería”.
En 2010, los medios nacionales publicaron que habían comenzado los movimientos de tierra para la construcción de la planta, pactada desde 2007, junto a otra para la producción de acero inoxidable, en Venezuela. Pero desde hacía tiempo, se comentaba en La Habana el enfriamiento de la inversión, debido a la disminución del interés de China en prestar parte del capital.
Las promesas chinas cuajaron durante la estancia en Cuba del presidente Hu Jintao, en noviembre 2004. En esa ocasión se efectuó el Foro de Inversión y Comercio, con 200 empresarios de un centenar de compañías chinas. Fidel Castro, al clausurar la sesión de la Asamblea Nacional, en diciembre, desbordó su entusiasmo porque China contribuiría al aumento de la producción de níquel, a través de un crédito por 500 millones de dólares, para la creación de una empresa mixta, que construiría una planta de ferroníquel, con capacidad para 22 500 toneladas anuales, durante 25 años, con condiciones de pago muy ventajosas.
Pero China se ha retractado. Quizás haya influido la relativa disminución de su crecimiento, y la crisis económica internacional, causante de una menor demanda de acero inoxidable, con incidencia en la disminución de los precios del níquel, así como la apertura de nuevas capacidades productivas de níquel en países más cercanos como Madagascar, Indonesia, Filipinas, Nueva Caledonia y Australia. Cuba continúa siendo un importante suministrador de níquel del gigante asiático, que en nuestra zona también lo adquiere en Colombia.
La industria niquelífera fue sacudida en los últimos años. En septiembre de 2010, la ministra Yadira García fue destituida, por ¨deficiencias en la dirección del organismo, reflejadas de manera particular en el débil control sobre los recursos destinados al proceso inversionista y productivo¨, pero posiblemente también por el apresamiento de directivos de la planta Pedro Soto Alba, de Moa, explotada conjuntamente con la empresa canadiense Sherritt International. En agosto de 2012, se anunció que 12 altos funcionarios, de ellos, 3 viceministros, recibieron condenas de entre 4 a 12 años de prisión por corrupción, durante el proceso de negociación, contratación y ejecución del proyecto de expansión.
En 2010, la producción del país fue de 69 700 toneladas de níquel más cobalto, para 1,100 millón de dólares, lo que representa una tercera parte del ingreso por exportaciones. El precio del níquel en el mercado mundial continúa bajando, mientras que el del petróleo se mantiene o incrementa, lo cual incide en los precios de producción.
En consecuencia, no extraña que Raúl Castro haya subrayado que Cuba ¨no puede vivir más de la asociación que haga con otro país, de un producto o dos, del azúcar o del níquel, que se agotará y ya se está agotando¨. Son palabras que traslucen claramente pesimismo ante el futuro de las subvenciones de Venezuela y ante la imposibilidad de encontrar otro mecenas.