LA HABANA, Cuba, febrero, 173.203.82.38 -Han trascurrido más de cuatros años desde que el presidente Raúl Castro, en un discurso en la ciudad de Camagüey, diera a conocer que en un grupo de municipios se vendía diariamente la leche fresca a los niños menores de 7 años. Desde aquellos pronunciamientos hasta hoy, el asunto de la leche está envuelto en una espesa penumbra, ha pasado a la categoría de secreto de Estado.
Se desconoce, por estadísticas o informes oficiales, hasta dónde se ha cumplido el compromiso que hiciera el presidente de que todos los cubanos podrían tomar leche.
Lo que sí es cierto es que en la provincia de La Habana, la más poblada del país, a cada niño menor de 7 años se le vende, mensualmente, tres kilogramos de leche en polvo, al precio de 0.10 dólar por kilogramo.
Los adultos tienen que comprar la leche por la izquierda, a 2, 3 ó 4 dólares el kilogramo. Todo depende del municipio en que residan. No es lo mismo residir en los periféricos Mantilla, o San Miguel del Padrón, que en el céntrico Vedado, o en Miramar, donde todo es más caro.
Aquellos con mayor disponibilidad de dólares, pueden comprar en las Tiendas de Recuperación de Divisas (TRD), las bolsas de leche en polvo de uno y de medio kilogramo, a 5,20 y 2, 40 dólares, respectivamente. Algo inalcanzable para la mayoría de los cubanos, cuyo salario mensual no sobrepasa los 20 dólares.
Se desconoce cuál es el monto que el gobierno destinará el presente año para la importación de leche en polvo, cuya cotización internacional ronda ya los 4 200 dólares por tonelada.
La producción nacional de leche entre los años 2008 y 2010, tuvo un comportamiento positivo, aumentando gradualmente. En 2008, se produjeron 545,5 millones de litros; en 2009 fueron 600,3 millones; y en 2010, se alcanzó la cifra de 629,5 millones de litros.
El pasado año, hasta septiembre, sólo se habían producido 371. 6 millones de litros. En la información brindada en la reunión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, celebrada en diciembre, no se dijo nada del total de leche producida durante el año entero, ni sobre cuántos son los municipios que la venden directamente, ni sobre el total de bodegas involucradas en ese plan a nivel nacional.
El otro gran misterio es dónde ha ido a parar la carne de res, dado que en el año 2010, los mataderos estatales sacrificaron 379 000 cabezas de ganado.
Las carnicerías sólo venden, de manera racionada, pollo, picadillo de soya, pescado, cuando viene, y, para los niños, una 1 libra mensual de picadillo de res, en lugar de pollo.
Hace más de 20 años que la carne de res no aparece en nuestras carnicerías, ni en fotos. Entre los pocos afortunados que la consumen, están los que pueden pagarla a 4 dólares el kilogramo, a los vendedores clandestinos, o los que la compran en las TRD, donde un kilogramo de picadillo cuesta 9 dólares, y el filete, a13 dólares el kilogramo.
El misterio aumenta, porque la existencia de ganado vacuno en Cuba es de 3 892 800, de acuerdo con cifras estimadas del año 2009, que resultan dudosas, ya que desde el año 2000 no se hace un censo ganadero en el país.
Desde el último trimestre del pasado año, el gobierno ha emprendido una batida sin cuartel contra cuatreros y matarifes, para poner término a la matanza de ganado vacuno y la venta ilegal de carne de res.
Pero lo que está claro es que por muchos animales que hayan matado estos bandoleros, la cifra no se acerca ni remotamente a las casi 400 mil reses que sacrificaron los mataderos estatales en 2010.
Salta entonces de nuevo la pregunta: ¿Dónde ha ido a parar toda la carne de las vacas sacrificadas por el gobierno? ¿Quién se la ha comido? Porque sólo una ínfima cantidad se vendió en las TRD. Y en los restaurantes para el servicio del turismo, la carne de res se vende en dólares. Mientras los de moneda nacional solo venden carne de cerdo y pollo.