LA HABANA, Cuba, marzo, 173.203.82.38 – Recientemente, durante las actividades de la Feria Internacional del Libro de La Habana, el escritor y periodista francés, ex director de Le Monde, Ignacio Ramonet, ofreció a los alumnos de la facultad de comunicación de la Universidad de La Habana, una conferencia para promocionar su más reciente libro, “La explosión del periodismo”. Dicha reunión se efectuó en la Sala Sanguily, del propio enclave universitario.
Ante un auditorio que al autor le parecería de “trogloditas”, ya que, según Ramonet, en las universidades de Madrid y Brasilia los estudiantes de periodismo, a quienes impartió sendas conferencias, enseguida sacaron sus iPads y comenzaron a enviar twits -expresión que sacó risotadas a los presentes-, abordó la temática de la libertad de expresión, justo en uno de los latifundios de censura más cruentos del mundo.
“En la actualidad -expuso el conferencista- 1500 millones de personas han dejado de ser pobres y un móvil inteligente, o un iPad, está al alcance de cualquiera. El cúmulo de información que transita por el ciberespacio, además de la capacidad de interactuar que proporcionan las redes sociales Facebook y Twitter, ya tiene al borde del knockout a la prensa tradicional”, recalcó Ramonet.
Enumeró las bondades del internet, pero señaló el atraso tecnológico de Cuba en el ciber-espacio, calificándolo de “prehistórico”, como consecuencia del “bloqueo electrónico e informático por parte de EE UU”. Un inconveniente que él supone se resolverá en breve, con la conexión del cable submarino de fibra óptica y el satélite “Simón Bolívar”.
Al responder a las interrogantes del estudiante Omairy Lorenzo sobre “la información, creación de conocimiento y la prensa como cuarto poder”, Ramonet apuntó que: “En estos momentos prescindir del internet resulta un hándicap muy peligroso”. También dijo que el concepto de “cuarto poder”, adjudicado a la prensa, sólo es aplicable a las democracias.
Hizo referencia al título “El espíritu de las leyes”, de Montesquieu, cuando expuso que para que una sociedad funcione republicana y democráticamente, se necesitan tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial.
El concepto de “cuarto poder” -respondió Ramonet- surgió a través de la prensa, cuando dio lugar a la opinión pública. Pero la manipulación de las grandes transnacionales de la información también provocó el surgimiento de un “quinto poder”, prototipo de contra-prensa, que ya está denunciando los manejos mediáticos de los más poderosos.
Ignacio Ramonet, quien anduvo para arriba y para abajo con Alfredo Guevara, organizador de los festivales de cine latinoamericano, recibió el título de Doctor honoris causa en Ciencias de la Comunicación, otorgado en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, donde igualmente habló sobre la candente temática de la prensa libre. También fue invitado a la conferencia de “nueve rounds”, impartida por Fidel Castro a un “selecto” club de intelectuales de izquierda.
Pero Monsieur Ramonet debe haber notado que su obra fue soslayada por los medios. Y el contenido de la conferencia ofrecida en la Sala Sanguily, de la Universidad de La Habana, sólo fue publicado en Cubadebate, un sitio oficialista de mínimo acceso a la población.
La gélida acogida al volumen “La explosión del periodismo” se justifica porque los conceptos sobre libertad de expresión, citados por Ramonet , aunque fueron abordados desde una óptica izquierdista, contradicen los intereses de la dictadura.
El analfabetismo de prensa que sufren los cubanos es una de las causas por la que se ha sostenido el castrismo en el poder durante más de 53 años. El protagonismo de Facebook y Twitter en las revueltas de la primavera árabe, más la amplia difusión al tiranicidio de Gadafi, son hechos que frescos en la memoria del régimen cubano.
El libro de Ignacio Ramonet , presentado en la Feria del Libro de La Habana, del cuál se hizo una pequeñísima edición para ser vendido a precios astronómicos, fue tan inalcanzable para nosotros como esos aparaticos “inteligentes” llamados iPads de que habló el francés frente a su auditorio de trogloditas cubanos.