LA HABANA, Cuba, enero, 173.203.82.38 -La reciente estancia en Cuba del canciller brasileño Antonio de Aguiar Patriota, los días 16 y 17 de enero, evidencia los minuciosos preparativos en curso para la primera visita oficial de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, el 31 de enero. La mandataria permanecerá en La Habana apenas un día de su cargada agenda al frente del país más importante de América Latina, y en ascenso constante dentro del contexto internacional.
Además del encuentro de trabajo con su homólogo, Bruno Rodríguez, Patriota coordinó con los vicepresidentes, Ricardo Cabrisas y Marino Murillo, y como colofón, fue recibido por el presidente Raúl Castro.
Indudablemente, el peso fundamental de la visita de la Señora Rousseff estará en el estado y la expansión de las inversiones brasileñas en Cuba, y el comercio y la cooperación científico-técnica, particularmente en la agricultura, donde se destaca la producción de soja y la mecanización de la cosecha azucarera, que está confiriendo un importante impulso a los rendimientos cañeros en el Central Jesús Rabí, de Matanzas, según han reportado los medios cubanos.
Por su parte, el gobierno de Cuba necesita urgentemente expandir sus vínculos, a fin de no continuar dependiendo económicamente de Hugo Chávez. Además, necesita recibir financiamiento para obras de desarrollo.
Brasil probablemente procura posicionarse con prioridad para la inevitable apertura cubana a un plazo indeterminado. Evidencia de ello es la ampliación del puerto de Mariel, con una inversión de 800 millones de dólares, previendo el futuro auge comercial, y las posibilidades de participación destacada en el turismo y otras esferas, con la vista puesta en el impulso que recibirá por la paulatina normalización de las relaciones de la Isla con Estados Unidos.
Desde hace años, las empresas brasileñas han procurado un espacio prominente en los sectores donde el gobierno cubano permite la participación extranjera, como el tabaco, a través de Brascuba, o el petróleo, mediante Petrobras, las cuales al parecer no han tenido grandes progresos. También las empresas del gigante sudamericano persiguen adelantarse a la probable competencia de las compañías norteamericanas.
Paralelamente, el intercambio comercial Cuba-Brasil aumentó entre 2006-2010, de 376 millones de dólares, a 488 millones; mientras que de enero a noviembre de 2011, alcanzó 570 millones.
Por supuesto, los acontecimientos en curso en la región y los procesos de integración, como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), creada a principios de diciembre del pasado año, a instancias de Brasil; además, algunos asuntos internacionales, sobre todo aquellos donde ambos países no tienen estrecha afinidad, también deben estar siendo pulidos para las conversaciones al más alto nivel y para el comunicado final sobre la visita de la mandataria brasileña.