LA HABANA, Cuba, marzo (173.203.82.38) – En el artículo Obama desoye a Farrar y se embarca en Miami, publicado el viernes 25 de febrero en el periódico Granma, se intenta demostrar, mediante fotos trucadas, una presunta metamorfosis del Presidente Busch en Barack Obama. Encabezando el párrafo 9 hay una frase digna de reproducción: “En tiempos en que los periódicos tienen más mentiras que anuncios”.
En Cuba los periódicos son propiedad del Estado, dirigidos por gente confiable del Partido Comunista, y en ninguno hay anuncios. Entonces, siguiendo la línea de pensamiento de Juan Fernández López, autor del artículo, en Granma sólo se publican mentiras.
Hace tiempo que eso se sospechaba, aunque era lógico pensar que en esos medios pudiera haber algún comunicador honesto que tratara, cada vez que le fuera posible, de colar alguna verdad. Pero ante la confesión de Granma –camuflada-, el derecho a la duda queda abolido. ¿Será Fernández López una rara avis dentro de esos medios?
De todas formas, los anuncios o comerciales son mucho más importante para una nación que el dinero que aportan al órgano de prensa; gracias a ellos fue posible que los periódicos, en su momento, se abarataran y pudieran llegar a un público más amplio.
José Martí, que fue un declarado defensor del libre comercio, aunque de eso nada se mencione en los medios oficialistas de la isla, dijo que los anuncios en los periódicos son más importante que lo que se escribe en ellos, pues lo anunciado refleja lo que se hace o crea, y lo otro no es nada más que lo que se opina.
Fernández López opina que el Presidente Obama está errado en su apreciación de la oposición interna en Cuba, y muy en particular en su valoración en cuanto a la muerte y la figura de Orlando Zapata Tamayo.
Dice que quizás fue desinformado “por un periodista independiente o un ciber disidente, inventores de noticias cuando el bolsillo no les suena”.
El bolsillo no me suena, pero no me preocupa porque el menudito y la calderilla lo que hace es fastidiar la tela del pantalón. Además, en estos momentos y desde hace tres o cuatro meses, no hay ni bolsitas de nylon en las tiendas, y lo lógico es tener los bolsillos desocupados para si se compra algo echarlo en ellos.
Es que acaso después de más de medio siglo de tiranía ¿hará falta decir cosas que no sean ciertas para demostrar la carencia de justicia y equidad que existen en Cuba?
Hace solo unos días, a través de su embajador, La Habana se manifestó en contra de la expulsión del gobierno de Muammar al-Gaddafi del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Internamente, los medios están tratando de hacerles creer a los cubanos que lo que sucede en Libia es debido al interés de Europa y Estados Unidos en el petróleo libio.
El mensaje subliminal parece ser que en Cuba también los civiles indefensos serían asesinados si se intenta derrocar al régimen. La casta gobernante está siempre entregando su tarjeta de presentación, no es necesario inventar nada al respecto.
Pero ya resulta imposible continuar manteniendo a todo el pueblo de Cuba atado. Si llegado el momento los soldados empiezan a disparar contra los ciudadanos indefensos, ninguna mentira va a salvar a los culpables. Y ante un escenario de ese tipo en Cuba, no creo que se pierda tiempo consultando al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para que ocurra una intervención humanitaria.