Los trovadores de Carlos III
LA HABANA, Cuba, marzo (173.203.82.38) – Guitarra en mano, dos muchachos se alistan a complacer a la pareja que solicitó la melodía de José José. Otros esperan a que el dúo termine esa canción para pedir sus favoritas.
Los dos jóvenes trovadores “cuentapropistas” amenizan las noches en el restaurante de comidas rápidas de Carlos III. Se dedican a hacer felices a los trasnochadores y enamorados que acuden al lugar. Se ganan la vida a fuerza de ritmo, melodía y sentimiento. Reparten alegría.
Varias veces han sido advertidos por los trabajadores de la cafetería, que incluso los han sacado del establecimiento “por órdenes superiores”. Dejaron la escuela hace un año para dedicarse a la música. Pronto se dieron a la tarea de aumentar el repertorio, porque la demanda de melodías en el “rapidito” aumenta con el paso de los días, y no quieren quedarse “cortos”, quieren complacer a la clientela.
“Esto deja más que estar en un aula oyendo a un maestro que puede ser tu hermano y está más interesado en enamorar a las muchachas de la clase. Cada vez que podemos venimos aquí a tocar, aunque ya hay chivatones que nos han echado la policía encima y hemos tenido que dormir unas cuantas veces en los calabozos” –dice el que parece ser director del dúo. Pero no se identifica.
A pesar de las advertencias y las detenciones, los jóvenes vuelven una y otra vez a cantar a su “público”, que se alegra cuando aparecen en el lugar. Las noches sin ellos son monótonas, y la victrola no suena porque la música que tiene no le gusta a los clientes, que prefieren pagar a los improvisados músicos que siempre complacen peticiones.
No dudo que pronto tendrán más problemas con las autoridades, que parecen siempre empeñadas en amargarnos cualquier posible momento de felicidad. Y es que ninguno de los dos ha cumplido 17 años, razón por la cual no pueden solicitar los permisos necesarios.
Por el momento ahí están. Chivatos, calabozos y “órdenes superiores” no han logrado aun detener la música y siguen alegrando a los noctámbulos.